«Un museo debe comunicar con menos palabras elegantes» – .

«Un museo debe comunicar con menos palabras elegantes» – .
«Un museo debe comunicar con menos palabras elegantes» – .

El gestor, curador y crítico cultural David Barro (Ferrol, 1974) acaba de aterrizar en Mallorca para hacerse cargo de la dirección del museo de arte contemporáneo Es Baluard, entidad que ya conocía al haber comisariado una exposición de Rafa Forteza y haber participado en su programa de formación. Veranea en la isla todos los años desde 2015. “A partir de hoy soy un mallorquín más”, declaró este lunes, tras firmar su contrato. Con experiencia en gestión cultural y convencido de que la lengua catalana forma parte de la cultura local, este gallego, primer hombre al frente de este recinto ferial tras ganar el concurso para acceder al puesto directivo, apuesta por crear alianzas con otras instituciones y aplicar la empatía su gestión.

-¿Cuál es tu proyecto?

-Seguir contribuyendo a hacer de Es Baluard un referente del arte contemporáneo, tanto nacional como internacional. Si tenía la intención de competir y estar hoy aquí es porque vi un equipo bien estructurado, con departamentos muy bien trabajados, un museo que evidentemente tiene un enclave que habla por sí solo, también una historia, una buena colección. , pero Mi intención es que pueda abrirse mucho más allá de lo que es el arte contemporáneo en sí. Muchas veces somos más crípticos o más complicados para la sociedad y eso sólo se consigue con comunicación y empatía. Y por supuesto eso viene del compromiso como director, como mediador con el contexto balear y como relaciones públicas del museo y con el equipo.

David Barro, en Es Baluard, tras la reunión de la junta directiva que confirmó su nombramiento. |

-Ya lo has dicho, a veces el arte contemporáneo es elitista…

-Podemos ir a un partido de fútbol o de baloncesto y disfrutarlo y quizás no conocemos todas las reglas. Es muy difícil conocer y entender el arte contemporáneo porque continuamente habla de sí mismo, es muy metalingüístico, pero claro, nosotros mismos, los mediadores y comunicadores, no podemos ser igualmente metalingüísticos, porque la gente a veces se siente excluida o no entiende nada. Un museo, con su equipo y su director, debe comunicar de otra manera. Quizás tengamos que hablar con menos palabras estúpidas. Lo difícil, cuando sabes lo que quieres decir, se puede decir de forma muy sencilla. Tenemos que lograr esa empatía y es una tarea muy importante porque el arte ha perdido mucha conexión con la sociedad. La labor de la dirección de un museo es superar esos muros, abrirse a la sociedad y eso no significa perder rigor a la hora de trabajar.

-¿Qué le motivó a presentarse como candidato?

-Se dio la oportunidad y es difícil que haya un equipo tan bien estructurado y que funcione tan bien en otros museos. Es un museo y un contexto que debería ser mucho más conocido y valorado a nivel social y creo que puedo contribuir en ese sentido.

-¿Y por qué cree que no está a ese nivel?

-Una de las cosas que creo que podemos mejorar es la forma en que nos comunicamos. Pero, por otro lado, me gustaría fidelizar a mucha gente con el museo, gente que quizás no tiene la oportunidad de viajar a Palma. ¿Y cómo podemos hacerlo? Bueno, tengo una serie de estrategias de comunicación digital para que puedas seguir el museo y lograr esa empatía a través de determinadas comunicaciones. Por eso digo que la comunicación, para mí, es estratégica, lo es todo.

-¿Estás dispuesto a jugar un papel activo, a dar tu opinión sobre temas de actualidad?

-Totalmente, pero en cosas en las que tengo una opinión bien fundada, porque no me considero una persona que sepa y pueda hablar de todo. Tengo muchos años de experiencia, he trabajado con diferentes actores, lo que pido como interlocutor es respeto por la obra y lo que tengo claro es que tendré un compromiso con el museo y el contexto. Si vengo aquí es para darlo todo, si no, no lo haría.

-¿Qué sabes de la realidad balear?

-Conozco las galerías, creo que hay muy buen tejido, quizás en algunos momentos les ha faltado trabajar juntos, más complicidad. Hay una red de galerías magnífica, pero en ARCO sólo hay tres, y quiero presionar para que entren más… Mi idea es trabajar con el archipiélago balear y esa tarea es muy grande.

-¿Ya tienes el presupuesto?

-No, tengo una figura general que no me sirve para valorar nada, porque tengo que ver cómo son esos partidos… Lo que puedo decir es que vengo a gestionar ideas y oportunidades. Una cosa es el presupuesto que tenemos, pero si gestionamos bien esas oportunidades puedes tener el doble de presupuesto con el mismo dinero.

-¿Con alianzas con otros centros culturales?

-Por supuesto, con coproducciones y logística. O generar un proyecto que sea para todo el territorio balear, liderado desde aquí con otras instituciones. Puede ser con un departamento que no está en tu junta ni con la universidad, o un patrocinador turístico que esté interesado en un tema determinado. Si el museo funciona, las oportunidades económicas llegan porque llegan más patrocinadores.

-No quiere mencionar nombres, pero su idea es contar con artistas locales e internacionales reconocidos.

-Sí, pero una carrera rigurosa no quiere decir que sea una carrera de 30 años, pueden ser 6 años… Trabajaremos con los dos, intentaremos tener siempre nombres significativos. Y siempre habrá un artista balear exponiendo en el museo.

David Barro, en un momento de la entrevista.

-Se presentó hablando en catalán. ¿Eres consciente de que este es un tema candente aquí?

-Supongo que como en Galicia, Cataluña o el País Vasco. No soy muy del tema, pero para mí el mallorquín es la expresión de un lugar, ahora de nuestro lugar, y vengo de una tierra donde la lengua ha mantenido viva la cultura y para mí la lengua es la expresión sonora y la permanencia. de una cultura. Tenemos la suerte de que el lenguaje del arte es universal, el hecho de que todavía no hable catalán es totalmente insignificante, lo importante es que sé valorar la importancia y como museo tiene que comunicar en catalán y quizás en otros. veces, de lo contrario. Lo que tiene que prevalecer es el sentido común. El mallorquín tiene que ser clave y en algún momento vamos a trabajar en cosas que tienen que ver con la construcción del lenguaje desde el punto de vista del arte contemporáneo. Creo que el carácter diferencial de un museo, la personalidad de un territorio es absolutamente fundamental si quiere ser creíble y el lenguaje es fundamental. Más allá de polémicas, por supuesto que valoraremos el tema del mallorquín y de cómo puede haber artistas que trabajen con la voz, con la lengua, me parece muy rico.

-Llegar a una comunidad de gobierno conservador…

-Lo que ofrezco es mi compromiso con la institución y, en ese sentido, pido el mismo respeto a mis interlocutores. Si los interlocutores respetan al museo y apoyan cuando surgen problemas, entonces para mí es la ecuación perfecta, independientemente del color político que puedan tener.

-Su programación comenzará en 2025. ¿Tiene tiempo suficiente?

-Los tiempos son muy ajustados, sobre todo si quieres trabajar con artistas internacionales, pero he conseguido los primeros que eran los que más me necesitaban. Es justo, pero creo que llegaremos en enero.

 
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