El palacio porteño que tiene dos apellidos y busca salir del abandono

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¿Palacio Haedo o Palacio Villar? El destino final de uno no podría haber sido sin el otro y sin la presencia de estas dos familias que pasaron el puesto de una propiedad ubicada en un manzana atípica del barrio de Retiro. Afortunadamente, y después décadas de abandonocomenzó la ansiada labor de restauración y refuncionalización de este Monumento Histórico Nacional, que fue primero el mansión haedopara luego convertirse en el palacio de villar y terminará siendo la sede de la Administración de Parques Nacionales (APN).

Desde hace unas semanas se puede ver una red de protección que cubre todo el perímetro, y personal trabajando en una de las tres fachadas, la de Maipú. Otro costado da a Marcelo T. de Alvear y, el principal, a la Avenida Santa Fe. Junto al Palacio de la Paz, el Hotel Plaza, el Kavanagh, la estación terminal de trenes Mitre, la Torre Monumental y el Palacio Anchorena, el Palacio Villar Forma parte del entorno histórico de la Plaza San Martín.

El edificio pertenece a la APN y, una vez concluidas las obras, estará destinado a convertirse en un gran centro de interpretación: no solo sobre la historia y el origen de la organización, sino sobre la Noticias del parque e información relacionada. Ubicado en una zona muy visitada por turistas de todo el país y el mundo, también será un hito clave para su difusión.

El palacio de la esquina de Santa Fe y Marcelo T. de Alvear. La cúpula tiene una plataforma de observación. Con la restauración también se incorporará una azotea. Foto: Luciano Thieberger

El palacio actual tiene una historia que se remonta a los primeras décadas del siglo XIX. La investigación realizada por el arquitecto Alejandro Boccacci, de la APN, ubica entre 1862 y 1865 la construcción de una casa baja con varias habitaciones y un patio central. Como ahora, ocupaba toda la parcela. En ambas esquinas, sobre lo que hoy es la Avenida Santa Fe, tenía dos torres bajas, distintas entre sí: una octogonal y otra cilíndrica.




Residencia Haedo, antes de convertirse en el Palacio de Villar. Tenía sólo dos plantas, dos torres y ocupaba además toda la manzana triangular. Imagen Archivo General de la Nación

Los Haedo vivieron allí y lo habitaron hasta 1880, cuando lo vendieron a Reynaldo Villar, hacendado entrerriano. Y fue la familia Villar la que emprendió el proyecto de ampliación, recién para 1928-1929 (fuente Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos CNMLyBH). Así fue que contrataron al arquitecto Fortunato Passeron y al ingeniero Martín Brizuela para transformar una casona de estilo italiano en un palacio congótico gótico, pero sobre todo, ecléctica. Creció dos niveles y se añadió una mansarda. Se reemplazan las dos torres originales: la de Marcelo T. de Alvear y Santa Fe por una cúpula octogonal, la de Santa Fe y Maipú se transforma en pináculo, una pequeña torre cónica. Y se agrega una tercera cúpula, sobre Marcelo T. de Alvear y Maipú.

Clarín Pudo ingresar al edificio, en plena restauración. La obra es ejecutada por la Secretaría de Obras Públicas (Ministerio de Obras Públicas de la Nación). Se trata de todo el edificio y no debería verse afectado por un posible cambio de gestión, porque es “administrativa y técnicamente correcto” continuar, según ha confirmado la Secretaría. El plazo de la obra es de 18 meses, debe entregarse en junio de 2024 (comenzó en febrero). El costo es de 580 millones de pesos.




Restauración de la carpintería original de la mansarda. Se volverán a cerrar las ventanas que no sean originales, para restaurar el techo abuhardillado al aspecto que tenía a principios de 1900. Foto cortesía: Ministerio de Obras Públicas de la Nación (MOP)

Si bien para la Secretaría es un gran desafío, lo cierto es que en los últimos años este departamento ha intervenido, entre otras, en tres obras muy importantes: la restauración de la Confitería del Molino, la recién inaugurada Casa sobre el Arroyo de Mar del Plata. y ahora mismo, el interior de la Basílica y Convento de San Francisco de Asís (el exterior ya se puede ver totalmente restaurado).

“Esta restauración comprende diferentes capas históricas. La fachada y cubiertas se van a restaurar al 100%. Por otro lado, hay diferentes situaciones en los interiores. Por un lado, se conservarán los espacios nobles, como el hall de entrada, los ascensores históricos, las vidrieras, las escaleras y el primer piso; pero por otro lado, como se han hecho modificaciones muy importantes en las plantas superiores a lo largo de estas décadas, se dispondrá que estos espacios más híbridos se destinen a los usos específicos del centro de interpretación”explicó la arquitecta Mariana Quiroga, especialista en patrimonio y directora de ejecución de proyectos en la Secretaría.

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Oficina en la ochava de Santa Fe y Marcelo T. de Alvear. Foto cortesía del MOP


Oficina en la ochava de Santa Fe y Marcelo T. de Alvear. Foto cortesía del MOP

Entre otras muchas cosas, recuperarán: pisos de madera originales, cerramientos -se están realizando búsquedas para encontrar el color original-, los techos planos y las molduras, vidrieras, un patio interior que hoy está cegado pero que tenía como fin iluminar el interior de la casa; Además, la mansarda volverá a su aspecto original. “Vamos a cerrar las ventanas que se abrieron en los años posteriores a la construcción del palacio. Ya se compró un stock de pizarra negra, de España, para reponer en la buhardilla”, detalló la arquitecta Roxana Chapoñan, inspectora de obras del Área de Conservación del Patrimonio (Dirección Nacional de Gerencia de Obras del ministerio).

Una de las tres cúpulas del palacio. Es de zinc y pizarra, se ubica en la esquina de Maipú y Marcelo T. de Alvear. Foto cortesía del MOP


Una de las tres cúpulas del palacio. Es de zinc y pizarra, se ubica en la esquina de Maipú y Marcelo T. de Alvear. Foto cortesía del MOP

“La idea es reforzar la imagen del palacio hacia la fachada principal, la entradapor Avenida Santa Fe. Luego se volverán a colocar las pizarras originales en esta fachada y las nuevas, en el resto de la mansarda”, explica Chapoñan. Sucede que originalmente las buhardillas eran “ciegas”, con muy pocas aberturas. Al haberse transformado para usos administrativos, se abrieron ventanales y se perdieron las pizarras. Por eso hubo que comprar y realizar este movimiento de pizarras, explica Chapoñan.

Los arquitectos Quiroga y Chapoñan, sobre el andamio. Detrás está la cúpula cónica en la esquina de Santa Fe y Maipú. Foto cortesía del MOP


Los arquitectos Quiroga y Chapoñan, sobre el andamio. Detrás está la cúpula cónica en la esquina de Santa Fe y Maipú. Foto cortesía del MOP

En el interior del palacio se instaló un taller en el que se fabrican las piezas faltantes de la fachada. Un grupo de obreros elabora, con moldes, las barandillas de los balcones y las molduras decorativas; muchos se cayeron por falta de mantenimiento.

El taller in situ, donde se realizan a mano las piezas faltantes de la fachada. En este caso, la barandilla de uno de los balcones. Foto cortesía del MOP


El taller in situ, donde se realizan a mano las piezas faltantes de la fachada. En este caso, la barandilla de uno de los balcones. Foto cortesía del MOP
La mayoría de las ménsulas de la fachada se cayeron por falta de mantenimiento. También se realizarán en el taller de palacio. Foto cortesía del MOP


La mayoría de las ménsulas de la fachada se cayeron por falta de mantenimiento. También se realizarán en el taller de palacio. Foto cortesía del MOP

La fachada tiene dos tipos de piedra similar (el revestimiento clásico utilizado en esos años), uno más fino que el otro. Se realizó un estudio para determinar su composición química y se detectó mica, por esta razón existen piedritas que brillan. Depende de cómo incida la luz en la fachada, brillan más o menos. “Este forro estaba cubierto por una pintura de látex amarilla. Para retirarlo se hizo un trabajo de hidrolavado y aspersión”, explicó Chapoñan.

Detalles de la fachada, ya restaurada. Foto cortesía del MOP


Detalles de la fachada, ya restaurada. Foto cortesía del MOP

¿Palacio Haedo o Palacio Villar?

Para el universo APN es Palacio Haedo, el personal se refiere a esta propiedad con ese nombre. Y en el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, también lo nombran de la misma manera; incluso todos la documentación se refiere a este nombre.

Plano del palacio. Imagen cortesía del MOP


Plano del palacio. Imagen cortesía del MOP

Sin embargo, hay quienes lo nombran de otra manera. Por ejemplo, el arquitecto Juan Vacas, actual subsecretario de Paisaje Urbano Bonaerense y miembro de la CNMLyBH, objetó amablemente Clarín sobre la nota publicada en 2021 sobre el palacio: “Es cierto que popularmente se le conoce como Palacio Haedo. Son como mitos urbanos, difíciles de torcer. Pero corresponde decirle a Palacio Villar porque esta fue la familia que llevó a cabo la obra de transformación. Pensemos que las personas que aportaron el dinero para estas importantes construcciones también tenían una intervención muy activa, sobre todo en los aspectos ornamentales”.

La puerta de entrada principal del palacio. Está en perfecto estado. Se puede ver el detalle de la V del Villar. Foto cortesía del MOP


La puerta de entrada principal del palacio. Está en perfecto estado. Se puede ver el detalle de la V del Villar. Foto cortesía del MOP

Así, la Guía de Monumentos Históricos Nacionales -que elaboró ​​la Comisión con todos los Monumentos Históricos del país, y que puede consultarse en línea- identifica el palacio como la “Vieja Residencia de Villar”.

CAROLINA DEL SUR

 
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