Muere a los 87 años el artista Frank Stella, precursor del minimalismo

Muere a los 87 años el artista Frank Stella, precursor del minimalismo
Muere a los 87 años el artista Frank Stella, precursor del minimalismo

El pintor Frank Stella, figura destacada del arte estadounidense de posguerra, especialmente con sus primeras obras minimalistas, falleció este sábado en su casa de Nueva York, a los 87 años, a causa de un linfoma, según informaron. Los New York Times. Pese a la insistencia de la crítica, Stella se negó a interpretar su obra con una frase célebre: “Lo que ves es lo que ves”.

Nacido en 1936, en Malden, Massachusetts, hijo de Frank y Constance Stella, él ginecólogo y ella paisajista, comenzó su carrera con pinturas sobrias, algunas con poco color y sin pretensiones de estimulación visual, que contrastaban con el expresionismo abstracto. . del tiempo. Sus primeros trabajos incluyeron una serie de pinturas utilizando la técnica rayado (obras de gran formato con finas líneas negras sobre lienzo blanco) que causaron sensación en el mundo del arte americano.

“Fue uno de los primeros artistas americanos que se educó en la abstracción y, por tanto, se desarrolló y progresó en ella de forma natural, sin ninguna conversión traumática”, escribió el crítico Francisco Calvo Serraller en este periódico en 2012.

Antes de cumplir 25 años, Stella ya era reconocida como uno de los grandes artistas americanos y su carrera abarcó seis décadas. Tras finalizar la carrera de Historia en la Universidad de Princeton, el joven artista abrió su estudio en Manhattan, donde comenzó a trabajar en sus pinturas de tonos oscuros. “Todo te parece vivo y fabuloso cuando eres joven”, dijo en una entrevista a este periódico con motivo de una retrospectiva en el IVAM de Valencia en 2012. “Lo bueno de aquella época es que en realidad había pocos de a nosotros. Podías conocer a todo el mundo, se reunía gente con intereses comunes. El mundo del arte no era muy grande. Hoy es totalmente diferente, hay infinidad de artistas, galerías, museos, exposiciones”.

De las pinturas negras al color

gracias a tu serie Pinturas NegrasPinturas de gran formato formadas por franjas oscuras apenas separadas por líneas de lienzo sin pintar, alcanzaron fama al oponerse a la corriente del expresionismo abstracto dominante en los años cincuenta. Fueron recibidos como un desafío a la corriente dominante, representada con gran peso por Pollock o De Koonig, y fueron decisivos para el nacimiento del minimalismo.

“Aunque Stella era muy consciente de la magnitud de la contribución del expresionismo abstracto en general, sentía la necesidad de hacer algo más, algo parecido a lo que Jasper Johns y Rauschenberg ya habían emprendido –la conversión de la pintura en un objeto– pero de manera uniforme. manera más radical”, escribe Calvo Serraller. Cuatro de estas obras fueron incluidas en la ahora legendaria exposición de 1959. dieciséis americanos en el MoMA de Nueva York, una exposición colectiva en la que Stella fue la participante más joven, al tiempo que realizó su primera exposición individual en la galería Leo Castelli.

El propio Stella no tenía clara su reacción ante el expresionismo abstracto, tal y como admitió a este periódico: “No creo que la mía haya sido una reacción contra el expresionismo abstracto”, explicó. “Solo estaba tratando de ser lo más directo posible. Estaba tratando de encontrar algo más cercano a mi sentido de conciencia. Sin filtros. Sin drama ni ansiedad. Algo inmediato y que causaría un impacto. Y al mismo tiempo se entendió primero. “Comprensión visual instantánea”.

‘Hatra II’, obra de Frank Stella, una de las expuestas en el Museo Guggenheim Bilbao, fotografiada el 19 de junio de 2006.Luis Alberto García Pérez

Posteriormente, el pintor experimentó un cambio de registro y durante los años siguientes se volcó hacia las obras coloridas, tan características de su obra, algunas todavía con rayas, otras con figuras geométricas. En esos años el borde duro (pinturas de bordes duros) prevalece y el artista sorprende al mundo con su lienzos en forma, con el que muestra sus diseños en formatos caprichosos, impactantes y cada vez más grandes. A finales de los años 60 se embarcó en el ambicioso proyecto Transportador, una serie de cuadros de gran tamaño compuestos por semicírculos superpuestos de colores brillantes. Este cambio de registro marcó el inicio de una actividad casi frenética (se le atribuyen más de 10.000 obras, y podía trabajar hasta diez piezas a la vez). Posteriormente, a partir de finales de los años 70, el artista se embarca en la producción de piezas tridimensionales: conocidas como construcciones barrocas, cada obra es más compleja, más rica y brillante que la anterior.

El artista estadounidense Frank Stella con una de sus obras expuesta en la exposición de la Royal Academy, de Londres, en el año 2000.Ian Nicholson – Imágenes PA (Getty Images)

“Trabajando siempre de manera sistemática, serial y concienzuda, sorprende cómo Stella, sin renunciar a sus principios puritanos, que nos recuerdan esa estética higienizada de la pintura holandesa, de Vermeer a Mondrian, pudo conducir al fantástico festival ultrabarroco. de obras pictóricas, si así se puede llamar, pirotecnia helada”, escribió Calvo Serraller.

En 1961 se casó con Barbara Rose, quien se convertiría en una reconocida crítica de arte. El matrimonio duró hasta 1969, cuando se divorciaron. En las décadas de 1970 y 1980, recurrió cada vez más a obras tridimensionales en las que incorporó aluminio y fibra de vidrio, antes de realizar esculturas monumentales para espacios públicos. El MoMA de Nueva York ofreció retrospectivas de su obra en 1970 y nuevamente en 1987. Durante los años 80, Stella se guió por la música y la literatura, por ejemplo, en una serie escultórica inspirada en Moby Dickcon formas tan complejas que tenía más en común con maquetas arquitectónicas que con esculturas tradicionales.

Exposición de Frank Stella en el IVAM en 2012.José Jordán

Una gran muestra de esta gran producción se pudo ver en la exposición antológica de 2016 en el Museo Whitney de Nueva York. Con un centenar de obras elegidas por el propio artista y distribuidas según sus deseos, la exposición ocupó 560 metros cuadrados del espléndido edificio construido por Renzo Piano junto al río Hudson. Allí recordó su pensamiento más conocido: “La pintura es sólo una superficie plana con pintura encima. Y nada más”.

Sobre ello reflexionó, con cierto humor, en aquella conversación con EL PAÍS: “La mayor parte de la pintura que se ve hoy es resultado del Photoshop. Es como la fotografía, la fotografía manipulada. Y de ese medio es de donde surgen muchas de las ideas de la pintura actual. En cuanto a otras formas como las instalaciones o las performances, también están muy influenciadas por el mundo digital. Es lo que es. “Pintar con pintura sobre un lienzo sólo se le ocurre a gente como yo, a los dinosaurios”.

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