Para mantenerse vital y saludable es fundamental llevar una buena alimentación, realizar actividad física y cuidar la salud mental. A continuación se presentan algunas recomendaciones para lograr ese objetivo.
Bogotá, mayo de 2024. Lamentablemente, el cuidado de la alimentación a veces pasa a un segundo plano con el paso de los años. Es por ello que es fundamental tener un equilibrio en nuestra rutina diaria para poder mantenernos saludables.
En ese sentido, los nutrientes son cualquier sustancia química presente en los alimentos a) que aporta energía; b) que es necesario para el crecimiento, desarrollo y mantenimiento de la vida; oc) cuya carencia provocará que se produzca un cambio a nivel químico o fisiológico en el organismo. Los principales tipos de nutrientes son: macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) y micronutrientes (minerales y vitaminas).
Por tanto, el consumo de nutrientes esenciales en cantidades suficientes es fundamental tanto para el buen funcionamiento del organismo como para contribuir a un envejecimiento saludable, reducir el riesgo de desarrollar enfermedades y tener una mejor calidad de vida.
Clara Valderrama, Nutricionista Dietista y miembro del Consejo Asesor de Dietistas de Herbalife, afirma que existe una gran variedad de alimentos que deben incluirse en la dieta según las necesidades individuales, y que pueden cambiar con el tiempo: “Los alimentos que contienen proteínas como aves, pescado, carnes magras, entre otros, ayudan a formar y mantener los tejidos del cuerpo, como los músculos y la piel. Por otro lado, los alimentos que cuentan con fibra, vitaminas y minerales como frutas, verduras y cereales integrales nos permiten realizar funciones como obtener energía, mantener la piel en condiciones normales y apoyar el funcionamiento del sistema digestivo. Todos estos grupos de alimentos son vitales en el cuerpo humano.“, concluye el especialista.
En vista de todo lo anterior, compartimos a continuación algunos consejos para mantener la vitalidad y el bienestar en el tiempo:
- Aumentar el consumo de agua: Incluye un vaso de agua adicional al día durante una semana. Esto se puede acompañar con unas gotas de limón, jengibre, concentrado de aloe o té verde para darle sabor y así aumentar el consumo de líquidos paulatinamente.
- Coma o incluya más frutas y verduras: Lleva la fruta picada o en preparaciones nuevas para disfrutar de cada alimento. Prepara ensaladas acompañadas de aderezos con vinagre balsámico, limón o aceite de oliva. Pruebe batidos de proteínas con la adición de verduras y/o frutas.
- Reducir el consumo de azúcar: Lee las etiquetas, utiliza edulcorantes naturales, cambia el postre por una ración de fruta, ya sea natural o congelada.
- Reducir el consumo de grasas: Utilice técnicas de cocina como asar, hornear, cocinar al vapor, freír al aire y condimentar con hierbas y especias para darle sabor. Reducir también el consumo de salsas preparadas con alto contenido en grasas.
- Actividad física constante: Incluye el ejercicio en tu rutina diaria. Para los adultos, la OMS recomienda 150 minutos de actividad física moderada a la semana y un descanso adecuado entre 7 a 9 horas diarias.
- Cuida la salud mental: Realizar actividades como meditar, yoga, practicar algún hobby y tener relaciones sociales saludables. Asimismo, pertenecer a grupos o asociaciones ayuda a mantener el bienestar emocional.
Seguir estas sugerencias ayuda a mantener la vitalidad y el bienestar. Recuerde en cualquier caso que siempre es recomendable consultar a especialistas de la salud para identificar las necesidades individuales, el estado físico y la presencia o ausencia de patologías particulares. De esta forma, será posible determinar la cantidad de calorías y nutrientes necesarios a consumir diariamente.
