- Informe sobre virus respiratorios y estado de la red asistencial en el marco de la Campaña Invierno 2024 arrojó un aumento en la circulación de virus respiratorios, donde predomina la influenza con 883 casos y prevalencia entre menores de 5 a 14 años.
Existe preocupación entre los especialistas por los bajos índices de vacunación que se observan en un reciente estudio del Ministerio de Salud (Minsal) donde se puede comprobar que sólo el 45% de las personas en grupos de riesgo han recibido la vacuna contra la influenza, proporción que es aún menor. si se analiza el caso de los adultos mayores de 60 años, quienes son más afectados por esta enfermedad (39,88%).
En cuanto a la dosis de refuerzo de Covid-19, la situación es peor: el 21,19% de los mayores de 60 años la han recibido. Sólo en el caso del virus respiratorio sincitial las cifras son más alentadoras: el 91,7% de los recién nacidos ha recibido el fármaco Nirsevimab, aunque en los lactantes de mayor edad la evolución también es menor, alcanzando el 48%.
¿Qué medidas se pueden tomar para revertir este complejo escenario?
El especialista en comunicación de riesgos y parte del equipo encargado de las comunicaciones durante la pandemia de COVID-19, Rodrigo Durán Guzmán, indicó que la baja tasa de vacunación en Chile podría estar influenciada por diversos factores, entre los que se encuentra la desinformación sobre la seguridad y efectividad de las vacunas. , la falta de acceso a servicios de salud adecuados en determinadas zonas, la desconfianza en las instituciones gubernamentales o el sistema de salud y la presencia de barreras socioeconómicas que dificultan el acceso a la vacunación.
“Para revertir esta situación, es crucial implementar estrategias de comunicación efectivas que promuevan la importancia de la vacunación, abordando inquietudes y mitos comunes sobre las vacunas. También se deben fortalecer los sistemas de salud para garantizar que haya un acceso equitativo a las vacunas en todas las comunidades, especialmente aquellas que enfrentan mayores desafíos socioeconómicos”, explicó Durán.
El también académico y maestro en Comunicación Estratégica agregó que “los grupos más afectados por la baja tasa de vacunación suelen ser aquellos que ya son vulnerables por factores como la pobreza, la falta de acceso a la atención médica y la desigualdad socioeconómica. Esto puede incluir personas mayores, personas con comorbilidades, comunidades indígenas, áreas rurales o urbanas marginales y personas con afecciones médicas subyacentes que las hacen más susceptibles a enfermedades prevenibles con vacunas.
Durán enfatizó la importancia de “implementar programas de vacunación inclusivos que lleguen a todos los sectores de la población, abordando las barreras que impiden que ciertos grupos accedan a las vacunas”. Además, es importante involucrar a los líderes comunitarios y las organizaciones locales en la promoción de la vacunación para aumentar la confianza y la aceptación en estas comunidades. Y para todo ello es muy necesaria una buena planificación y una comunicación de riesgos tanto efectiva como eficiente. Donde no sólo la sociedad civil cuente con información veraz y oportuna, sino también quienes trabajan en los diferentes servicios de salud, tanto públicos como privados, a nivel nacional. Una buena descarga de información no sólo reduce múltiples incertidumbres, sino que también facilita la toma de decisiones de las personas”, destacó Rodrigo Durán Guzmán.
