Cómo se detectan y tratan los tumores pancreáticos premalignos

Cómo se detectan y tratan los tumores pancreáticos premalignos
Cómo se detectan y tratan los tumores pancreáticos premalignos

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“Este fue un descubrimiento milagroso y, a pesar de lo difícil que va a ser pasar por esto, doy gracias a Dios que lo detectaron a tiempo”, publicó en sus redes sociales la cantante del dúo Pimpinela. Lucía Galánla semana pasada, tras comunicar el diagnóstico de quiste pancreático premaligno que recibió a finales de 2023.

El artista se encontraba de gira en Madrid cuando, en medio de una bronquitis, se le realizó una tomografía computarizada donde los médicos encontraron el tumor premaligno. Tras exhaustivos análisis, el propio quiste fue extirpado la semana pasada en el Sanatorio Mater Dei, en una intervención quirúrgica que, según su familia, fue exitosa.

Como ocurrió en el caso de Galán, la mayoría de los quistes pancreáticos Se detectan de manera incidental, casual, en estudios de imagen solicitados por diferentes especialidades y por diversos motivos, como destaca el gastroenteróloga analía pasqua, Miembro de la Unidad de Enfermedades Pancreáticas del Hospital Italiano de Buenos Aires. La mayoría de las veces estos quistes no provocan síntomas, aunque “con el tiempo algunos pueden provocar pancreatitis, es decir, inflamación del páncreas”, afirma.

Según los especialistas, existen diferentes tipos de quistes pancreáticos: benignos, premalignos y malignos, siendo los benignos y premalignos los más comunes.

“Hoy en día, con todos los estudios de imagen disponibles, como la tomografía computarizada, la resonancia magnética o la buena calidad de una ecografía, los diagnósticos se realizan con mucha más frecuencia. “Son hallazgos, como es el caso de Galán”, afirma el médico. Pablo Capitanich, jefe de la sección de Vías Biliares y Páncreas del Servicio de Cirugía del Hospital Alemán.

Cancer de RIÑONShutterstock

El cirujano diferencia los quistes pancreáticos benignos, que normalmente no requieren control, de los premalignos. Dentro de esta última categoría existen dos condiciones posibles: “La mayoría de los quistes premalignos no requieren tratamiento quirúrgico. Son indolentes. Esto significa que no tienen ningún signo de preocupación que requiera cirugía. Otros, como el caso de Galán, tienen algunas características que son preocupantes, y luego se hace una cirugía preventiva antes de que se convierta en algo malo”, detalla.

También destaca la necesidad de diferenciar estos quistes de los tumores sólidos malignos del páncreas. “El cáncer de páncreas, que son tumores sólidos, debe estar muy bien separado de los quistes, que son lesiones quísticas con potencial maligno, por lo que uno tiene altas posibilidades de recibir tratamiento y resolverlos”, aclara.

Al mismo tiempo, añade: “Es raro que un quiste como el de Galán sea detectado como un cáncer avanzado. Generalmente se detectan como un quiste premaligno, como le pasó a ella, o como un cáncer incipiente”.

“Lo importante es consultar con equipos especializados para que la toma de decisiones sea multidisciplinar y personalizada”, afirma Pasqua.

Aunque la mayoría de las veces quistes en el páncreas No presentan síntomas, cuando son de gran tamaño pueden presentar “síntomas de ocupación”, que se presentan cuando el cuerpo comprime estructuras que se encuentran cercanas al páncreas, produciendo dolor. “Los pacientes pueden tener saciedad temprana o dolor inespecífico en la parte superior del abdomen o dolor referido a la espalda. En algunos casos, cuando son muy grandes, se puede sentir un bulto”, explica Capitanich.

En los casos quirúrgicos, tras la operación, el equipo interdisciplinario debe estudiar en profundidad el quiste. “El quiste es como un globo y la pared del globo tiene células que tienen el potencial de convertirse en algo malo. Una vez realizada la operación, se estudia cada uno de los pedacitos de esa pared para ver si hubo alguna mala transformación, porque puede haber un cáncer incipiente o un cáncer un poco más avanzado que no se vio en los estudios preoperatorios”, detalla . Esto último ocurre en la minoría de los casos.

En caso de que no haya transformación maligna, afirma Capitanich, el paciente se considera curado. “Si tiene alguna transformación maligna tenemos que ver qué grado de agresividad tuvo el tumor. Si es un tumor que es incipiente se llama in situ, en ese caso también se considera curado. Si está un poco más avanzado probablemente tendrán que añadir tratamiento de quimioterapia”, explica.

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