Taiwán, un territorio en situación incierta

Taiwán, un territorio en situación incierta
Taiwán, un territorio en situación incierta

El territorio de Taiwán fue cedido por China a Japón en 1895 en virtud del Tratado de Shimonoseki y permaneció bajo dominio japonés hasta 1945.

Hoy 05:31

Por Antonio Boggiano, en el diario La Nación
En su rendición, Japón acordó no conservar la soberanía sobre Taiwán. En el Tratado de Paz de 1951, celebrado entre las potencias aliadas, se confirmó esa obligación de Japón, aunque no con la Unión Soviética y China. Mediante este tratado, Japón renunció a todos sus derechos sobre la isla sin especificar destinatario alguno. Después de la Guerra Civil China, las fuerzas comunistas se apoderaron del territorio, mientras que el régimen nacionalista se instaló en Taiwán y Pescadores.

Estados Unidos y el Reino Unido consideraron entonces que la soberanía sobre Taiwán era incierta e indeterminada. No hubo ninguna demanda de separación de Taiwán. De ahí la dificultad para juzgar la situación de ausencia de reclamación. La falta de reconocimiento de Taiwán como Estado independiente y separado confirma esa ausencia. En 1979, Estados Unidos reconoció a la República Popular China como el único y legítimo gobierno de China. La comunicación entre Estados Unidos y China de 1972 aceptó que Taiwán era parte de China. Pero esta situación cambió en 1979. El Reino Unido admitió que Taiwán era una provincia de China. También lo es el fallo en Reel v Holder, en Weetily Law Report, 1981, 1, 1226.

Al parecer, Taiwán sería una entidad territorial no estatal capaz de actuar de forma independiente en el escenario internacional. En 1984, China ofreció a Taiwán autonomía total si aceptaba un plan de reunificación, propuesta que fue rechazada. En diciembre de 1991 se celebraron las primeras elecciones democráticas. Ese rechazo debe interpretarse como una señal de independencia. O tal vez como causa de futuros ataques. Es relevante considerar que cuando Taiwán, en 1999, solicitó acceso al GATT, solicitó la entrada como “territorio aduanero” de Taiwán, Penghse, Kinmen y Matsu, evitando así un reclamo de condición de Estado. “Chinese Taipei” accedió a la Organización Mundial del Comercio mediante la aprobación de la Conferencia Ministerial de noviembre de 2001.

Consideraciones legales podrían inclinar la sentencia a favor de China. Sin embargo, no hay que olvidar y menos menospreciar que China cedió Taiwán a Japón en 1895 y que permaneció bajo el imperio japonés hasta 1945. Hay una cuestión que hay que destacar, y es que el asunto es de tal magnitud que Las valoraciones jurídicas aún más fundadas parecerían insuficientes a nivel de la realidad geopolítica para establecer una solución. La historia y las relaciones internacionales juegan un papel relevante. De ahí que sea necesario tener en cuenta todos los factores generalmente aceptados para el reconocimiento de los Estados. Y, sin embargo, mediante una mera evaluación normativa, la cuestión no parece capaz de resolverse. China lo está persiguiendo con ejercicios militares consistentes con sus afirmaciones diplomáticas.

Al parecer, Estados Unidos quiere la independencia de Taiwán. Por supuesto, las consecuencias de un conflicto armado serían difíciles de imaginar. Podría pensarse que si China cediera Taiwán a Japón durante al menos cincuenta años, podría esperar el momento más oportuno para ejercer el poder efectivo de reconquista. También será relevante considerar el conjunto de relaciones internacionales. Los Estados dominantes, si se me permite la expresión y el concepto, pueden inclinar las opiniones jurídicas aunque no, en sí mismos, la ecuación de fuerzas. Los intereses serán decisivos. Aunque no sólo económico. Los analistas de las relaciones internacionales podrán poner en juego todos los factores, incluso los armados, en el juego de la imaginación.

Si China intentara tomar Taiwán por la fuerza, enfrentaría resistencia del territorio atacado y probablemente de Estados Unidos y sus aliados que compiten en defensa. Los hechos y no probablemente el derecho internacional determinarán si se trató de una agresión o de una reconquista, que sólo puede calificarse como tal en caso de victoria. Ni siquiera podemos juzgar bien las situaciones, ya que no sabemos si China tiene otros frentes de conflicto y su gravedad. Obviamente, en caso de guerra, deben entrar en el análisis cuestiones relativas a los expertos en conflictos armados, no las leyes. Tampoco se excluirían incidentes terroristas importantes que son muy difíciles de apreciar en el resultado de la guerra. Taiwán alberga importantes empresas tecnológicas, algunas de ellas productoras casi en exclusiva, con aplicaciones a armas equipadas con la inteligencia humana y artificial más avanzada.

Todavía faltan estudios publicados sobre armas dirigidas por inteligencia artificial y no sería de extrañar que existan secretos de guerra relativamente revelados por el espionaje más moderno. La guerra actual requerirá una ciencia aún arcana para las mentes comunes y corrientes. Quizás hoy sólo un puñado de personas pueda acceder a los datos más secretos de la inteligencia artificial. Y quizás estemos todos en manos de esa llamada élite que dice extraer oro de cráteres o estrellas sin luz. Toda imaginación perecerá en el intento de distinguir los mitos de la realidad. De la realidad probablemente ignorada.

Volviendo a lo que sabemos, Taiwán fue observador en la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud de 2009 bajo el nombre de “Taipei Chino”. Pero su participación estuvo bloqueada desde 2016 por presiones de China. Y volviendo al pasado de la cesión de China a Japón, esa cesión reemplazó una soberanía por otra. Por tanto, la cesión es un título derivado oponible al cedente. No es un título original como el añadido a La isla de las palmeras, un conflicto entre Estados Unidos y Holanda. El cedente transfiere la soberanía con el alcance de su propio título. El sucesor del cedente tiene el mismo título y derecho que el cedente. La adquisición de territorio por el uso de la fuerza es absolutamente nula, aunque en ocasiones se ha admitido la violación de esta norma en homenaje a la realidad. Pero tales adquisiciones requieren reconocimiento. El uso de la fuerza y ​​la conquista como adquisición territorial exceden obviamente el propósito de estas líneas. Mientras tanto, China continúa con ejercicios militares.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Clara Brugada tiene una ligera ventaja – el Financiero – .
NEXT La actriz porno que acusó a Donald Trump de soborno le pidió ir a la cárcel