Bellingham y nada más

A la espera de Francia y Portugal, y habiendo visto ya Alemania, España e Italia, se puede decir sin abrir el paraguas que, si Inglaterra ha venido a tierras teutónicas para acabar con una sequía de 58 años, tiene trabajo por delante. Bastante.

Victoria con el gancho en el debut de los ‘pros’ en la Eurocopa, con un acercamiento de tres laterales derechos en el once (Walker en su lugar, Trippier a pierna cambiada y Alexander-Arnold como acompañante de Rice en el doble pivote) , un central del Crystal Palace (Guéhi) junto a los Stones, Bellingham como ’10’, Foden por la izquierda y Saka por la derecha. Un caos táctico con más organización de la que parece sobre el papel, pero con insuficientes méritos ofensivos y jerarquía.

El partido empezó con emoción en las gradas. Los 6.000 serbios pitaron ‘Dios salve al Rey’, música de viento silenciada por la mayoría inglesa (40.000 en las gradas) y regresada con los acordes del himno de los Balcanes. Todo en la vida tiene cura, menos la falta de educación.

Había expectación por ver el nivel de Bellingham, después de un último tercio de temporada con el Madrid con la lengua fuera. Afortunadamente para Inglaterra, parece haber recargado las pilas, aunque no lo suficiente como para igualar a Jude de agosto a diciembre. Parece más ligero, más dinámico y ágil. Y lo que nunca ha perdido, como no le pasó en Madrid, es su llegada al área y su capacidad goleadora.

Jude abrió el marcador en el minuto 13.. Pase al espacio de Walker en carrera de Saka, el centro del atacante del Arsenal toca la bota de Kostic, toma vuelo y termina en el borde del área pequeña donde llega Bellingham para enviar el balón a la red. Potente cabezazo de Jude para convertirse en el tercer goleador inglés más joven (20 años y 352 días) en la historia de las Eurocopas, tras Rooney y Owen.

Gol de su versión prime en Madrid. Bellingham bajó al centro del campo, inició la fase ofensiva y la finalizó con un gol desde segunda línea. La felicidad protagonizó con su clásica celebración y acompañó desde la grada con la inglesa a capella ‘Hey, Jude’. Canto que volvió quince minutos después tras un cambio de orientación en el centro del campo con el exterior de su bota derecha y en formato de volea. Visto en cámara lenta, a más de una persona en las gradas se le cayó la baba. Si hubiera sido un concurso de gimnasia rítmica, habría sacado cinco dieces. Demasiada clase.

Es cierto que el dominio de Inglaterra no se concretó en demasiadas ocasiones, pero Serbia ni siquiera le hizo cosquillas en la primera parte. Mitrovic, que ha marcado 46 goles en Arabia Saudita, y Milinkovic-Savic, su compañero en el Al-Hilal, todavía tenían la arena del desierto en los ojos.

Serbia revive en el segundo acto

El pulso le llegó a Serbia en la segunda mitad. Menos es nada. Es cierto que su primer disparo entre palos fue en el minuto 82, de Vlahovic, pero antes ya había amenazado a Inglaterra con un par de ataques por la banda izquierda. También generaba ansiedad en el aire, ayudada por las excentricidades de Pickford, que gastaba demasiadas energías animando a su parroquia y haciendo misteriosos sus saltos de altura y patadas. Te vendría bien concentrarte en parar. Suele ser un lanzamiento de moneda.

De kane, supimos que no se quedó en el hotel de concentración gracias a un cabezazo en el minuto 78 que primero despejó Rajkovic, para luego escupir en el larguero. Fue el único momento en el que dejó de ser invisible. Como el resto de sus compañeros, salvo unos minutos dignos de Saka y la primera parte de Bellingham. Jude y nada más en el estreno en inglés.

 
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