Trump refuerza su condición de favorito en las elecciones con el apoyo de Nikki Haley

El expresidente asegura que su rival en las primarias estará “presente de alguna manera” en su equipo, como ya ocurrió durante su primer mandato

¿Pragmatismo o cinismo? Mientras Donald Trump mantiene su ventaja –mínima, pero inamovible– sobre Joe Biden y las elecciones que se avecinan, la nunca triunfa -es decir, los republicanos que se opusieron al regreso del expresidente a la política- están cayendo uno a uno en el saco del trumpismo.

La última en hacerlo ha sido también la figura más significativa de ese movimiento: Nikki Haley, rival de Trump por la nominación republicana en las primarias donde, aunque no tenía posibilidades de ganarsí logró sacarse de la cabeza a su rival, quien le puso, muy a su estilo, un apodo que rápidamente caló entre la opinión pública: “Cabeza de chorlito”.

Haley anunció este jueves su voto por Trump, aunque no ha pedido a sus seguidores que la apoyen. Su rendición fue acordada. Poco después, Trump reaccionó diciendo que el exmiembro del gabinete, dado que Haley era embajadora de Estados Unidos ante la ONU, “estará presente de alguna manera” en su equipo. Así que la ex candidata ha decidido que, más que la resistencia numantina, lo mejor para ella era una rendición negociada. Paz por un cargo.

La conversión de Haley a trumpismo tiene una lectura clara: el ex candidato, ex gobernador de Carolina del Sur y ex embajador en la Naciones Unidas es un animal político superiory su instinto le dice que fuera del paraguas de Trump no hay futuro en el partido Republicano. Lo que, a su vez, es una excelente noticia para el expresidente.

Si Trump perdiera clara e inequívocamente las elecciones, Haley estaría en la posición inicial para decirle al Partido Republicano: “Te lo dije. No íbamos a ganar con este candidato”. Eso la habría catapultado a la primera fila de la política estadounidense y la habría convertido en presidenta en 2028.

Pero no parece que ese vaya a ser el caso. Eso ha llevado a Haley a hacer otro cálculo, con dos opciones. Si Trump pierde, será por poco y, además, prácticamente todos los líderes republicanos no reconocerán la derrota, lo que abre las puertas a otra crisis constitucional, quizás con violencia, después de las elecciones. En ese contexto, Haley no quiere ser el chivo expiatorio si Trump pierde. Y si Trump gana las elecciones, ella podrá asumir el cargo.

Ataques anteriores

Eso no significa que la decisión sea una cálculo político cínico. Porque no es que Haley pensara que Donald Trump no estaba calificado para ser presidente de Estados Unidos, es que pensó que ni siquiera estaba calificado para tener una licencia de conducir. Y eso no es una licencia literaria. El 12 de febrero lo dijo el exgobernador de Carolina del Sur, exembajador de Estados Unidos ante la ONU (nombrado, precisamente, por Trump) y entonces único rival del expresidente en las primarias.

También había lanzado otras sutilezas contra su rival, incluyendo que “todo lo que ha dicho o puesto en televisión es mentira” y que Trump “está fuera de control”. Para colmo, cuando Haley canceló su campaña no pidió el voto por Trump, lo que significó que la expresidenta iba a tener que trabajar con el 20% de los republicanos que habían votado por ella y sin cuyo apoyo no pudo regresar a la Casa Blanca. Ahora, todo eso queda olvidado, a cambio de un puesto o, al menos, un futuro en la política.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

NEXT ¡La Voyager 1 se despierta! Sonda de la NASA vuelve a enviar datos científicos completos