Sigan remando, “diálogo” legisladores – Rincón de la Política Economía – Opinión – .

Sigan remando, “diálogo” legisladores – Rincón de la Política Economía – Opinión – .
Sigan remando, “diálogo” legisladores – Rincón de la Política Economía – Opinión – .

Como el panorama no es lo suficientemente recesivo y Argentina no es lo suficientemente cara para producir, acaba de pasar algo más: el Enargas empezó a notificar a las fábricas que consumen mucho gas que tienen que dejar de producir para que no haya escasez de gas en los hogares. Eso es al menos lo que está pasando en Córdoba esta mañana y probablemente esté pasando en el resto del país. La semana pasada, los cortes comenzaron a afectar estaciones de GNV en varios puntos del país. Los dos sectores juntos (industria y transporte) consumen la mitad del gas del país.

Una de las razones de los recortes es que el gasoducto que no debería llamarse Carlos Néstor Kirchner no está del todo listo, por lo que no puede bombear todo el gas necesario. Pero no es la única razón. Hay uno más en profundidad. Los especialistas calculan que, en invierno, Argentina podría demandar hasta 180 millones de metros cúbicos de gas si pudiera. Pero resulta que en verano sólo exige 110. Hay 70 millones de metros cúbicos de diferencia entre invierno y verano.

Entonces no puedes invertir miles de millones de dólares en tener capacidad para producir y transportar 180 millones de metros durante dos meses si el resto del año el 40 de toda esa gigantesca inversión la vas a haber parado. Es inviable. Nadie va a perforar esos pozos ni a tender gasoductos para que estén nueve meses a oscuras. Y, si lo hiciéramos de todos modos, tendríamos que pagar más por el gas para compensar estas inversiones no rentables.

¿Hay una solucion? Sí, claro. Hay que invertir en muchas cosas diferentes en las que se puedan aprovechar esos 70 millones de metros que sobrarían la mayor parte del año, para que los pozos y gasoductos puedan operar y funcionar todo el año. Por ejemplo, si se construyeran plantas de amoníaco, en los meses cálidos Argentina podría fabricar el insumo básico de los fertilizantes más utilizados en el mundo. O, si se construyeran plantas de licuefacción de gas, Argentina podría comprimir el gas y exportarlo por barco al hemisferio norte, justo cuando allí es invierno y el gas licuado es caro. Hay más alternativas de exportación e industrialización.

Pero todos tienen un gran problema: requieren inversiones multimillonarias, cantidades brutales de dólares que el Gobierno no tiene y que las empresas argentinas tampoco tienen. Demasiada historia de impagos, demasiados desastres.

Para eso, tenemos que intentar que algún fondo de inversión gigantesco del extranjero, alguna multinacional con acceso a fondos infinitos, venga y se arriesgue a enterrar la basura aquí, a construir fábricas, puertos, oleoductos y trenes que no podrán llevarse a ninguna parte. más tarde. . Para eso está, por ejemplo, el Rigi, el régimen de promoción de inversiones que los senadores y diputados “diálogos” están retrasando en el Congreso con sofisticación superflua.

Sigue así. Pero vamos a ver el invierno de 2025, de nuevo sin poder utilizar todo el gas posible y, quizás, de nuevo con recortes.

 
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