Trump: propaganda electoral y crimen

Trump: propaganda electoral y crimen
Trump: propaganda electoral y crimen

El juicio penal que se desarrolla en Nueva York en el que se acusa a Donald Trump (foto) de 34 crímenes, expone el deterioro de las instituciones estadounidenses y la crisis del sistema político con el que pretenden enseñar al resto del mundo. La trama del litigio exhibe la evidencia más explícita del derecho a la impunidad y lo combina con la licencia para mentir, corromper y engañar. La presentación de cargos realizada por la fiscalía de Nueva York hace una semana busca ser utilizada por el candidato republicano para victimizarse y transformar su posición de acusado en un insumo para su campaña electoral. El sistema político estadounidense y el marco judicial, mediático y de inteligencia que lo cubre se esfuerzan por visualizar la tríada de poder real sobre la que se estructura su institucionalidad corporativa: el complejo militar-industrial, las corporaciones transnacionales y los fondos de inversión. Estos tres actores colectivos son quienes –en última instancia– serán los encargados de rechazar o habilitar su candidatura.

Trump acumula más de treinta cargos en cuatro juicios. Dos de carácter federal, uno en Georgia y otro en Nueva York, donde la semana pasada comenzaron las comparecencias de testigos, bajo la acusación de encubrimiento y falsificación de registros contables con el objetivo de ocultar sus vínculos extramaritales con una actriz de películas porno y un modelo de la revista Playboy. El proceso contra Trump, que se desarrolla en Manhattan ante la presencia de doce jurados (siete hombres y cinco mujeres), comenzó con la toma de juramento de este último el viernes 19 de abril. El fiscal adjunto Matthew Colangelo estuvo a cargo , el lunes, de presentar los cargos ante el juez y el jurado, advirtiendo que: “El acusado orquestó un complot criminal para falsificar las elecciones presidenciales de 2016. Luego encubrió esa conspiración criminal falsificando sus registros comerciales para sobornar y silenciar a quienes pudieran ensuciar su campaña electoral en 2016”.

La acusación contra el expresidente incluye la compra de influencia mediática para encubrir sus propias irregularidades y operaciones para manchar la reputación de sus competidores políticos. En la última semana, el exdirector de la revista declaró como testigo Investigador NacionalDavid Pecker, quien se responsabilizó de haber sobornado a la modelo Playboy Karen McDougal para encubrir su romance con el entonces candidato republicano. El mismo director de la publicación fue el encargado de asumir la responsabilidad de pagar 30 mil dólares al portero del Torre Trump, para evitar que se conocieran los encuentros con dos docenas de mujeres.

En otra parte del juicio, el juez Juan Manuel Merchán tomó nota de cómo el entonces abogado de la acusada, Michael Cohen, transfirió 130.000 dólares a la actriz de cine porno Stormy Daniels para garantizar su silencio. Pecker asumió ante el jurado que sus publicaciones realizaban el llamado “periodismo de chequera”, consistente en elogiar o enaltecer a los contribuyentes y, al mismo tiempo, demonizar a sus contendientes, una operación naturalizada y común dentro de las corporaciones de propaganda occidentales. lo que no pareció causar asombro entre los periodistas acreditados ante el tribunal.

La distorsión informativa sobre la que se monta gran parte del espectáculo mediático estadounidense –del que América Latina también es tributaria– incluye el protagonismo de la redes sociales. El magistrado ordenó varias órdenes de silencio para que Trump evite el acoso y acoso a los jurados, fiscales y su familia, promovidos desde su plataforma. Verdad social. Trump atacó a la hija del juez Merchan en dos ocasiones y -según la fiscalía- violó la discreción requerida en diez ocasiones. La defensa del acusado, a cargo de Todd Blanche, apeló la medida, argumentando que su cliente sólo había vuelto a publicar textos de terceros.

Trump fue declarado culpable, durante el último año, en tres juicios civiles, sin que estos procesos interfirieran con su candidatura: fue condenado a pagar 355 millones de dólares por inflar el valor de sus propiedades, se le condenó a pagar cinco millones de dólares en concepto de indemnización por abuso sexual contra el columnista Jean Carroll, y fue multado con 85 millones de dólares por difamación y calumnia contra este último periodista.

Donald Trump se jactó hace años de que podía dispararle a alguien en la Quinta Avenida sin que eso le supusiera la pérdida de capital electoral. A finales de la década de 1920, un cabo del ejército alemán escribió: “No importa si se ríen de nosotros o nos vilipendian… si se nos retrata como payasos o criminales; Lo principal es que nos mencionen, que se preocupen por nosotros una y otra vez…” Sin embargo, fue Marco Tulio Cicerón quien probablemente caracterizó con mayor precisión la etapa histórica que atravesamos: “Cuanto más cerca está un imperio de la caída, más más locas sus leyes”.

 
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