ATLANTA (AP) — Los trabajadores de las plantas automotrices en el sur deberían tener libertad para sindicalizarse sin presión de los empleadores o gobernadores antisindicales, dijo el jueves la secretaria de Trabajo interina de Estados Unidos, Julie Su, incluso cuando algunos estados del sur aprueban leyes para inhibir el trabajo organizado.
“Esa elección pertenece al trabajador, libre de intervención, ya sea del empleador o de los políticos, libre de represalias y amenazas”, dijo Su a The Associated Press en una entrevista el jueves en Atlanta. “Y lo que estamos viendo es que esos trabajadores que se pensaba que eran demasiado vulnerables para hacer valer ese derecho lo están haciendo, y lo están haciendo aquí en el Sur”.
El sindicato United Auto Workers votó una amplia campaña para organizar las plantas de ensamblaje de automóviles del sur después de ganar nuevos contratos lucrativos en una confrontación con los fabricantes de automóviles de Detroit. La semana pasada, el 73% de los votantes en una planta de Volkswagen AG en Chattanooga, Tennessee, eligieron unirse al UAW. Fue el primero del sindicato en una planta de ensamblaje del Sur propiedad de un fabricante de automóviles extranjero.
Los trabajadores de las fábricas de Mercedes en Tuscaloosa, Alabama, votarán sobre la representación del UAW en mayo, y la compañía también ha apuntado a plantas en Georgia, Mississippi, Carolina del Sur y Texas.
Pero los líderes políticos y empresariales de los estados del sur llevan mucho tiempo luchando contra los sindicatos. Antes de la votación de Volkswagen, seis gobernadores republicanos del sur criticaron la campaña de organización del UAW, argumentando que los trabajadores automotores que votaran por la representación sindical pondrían en peligro sus empleos. El gobernador de Tennessee, Bill Lee, calificó el lunes la votación sindical como “un error” y “una pérdida para los trabajadores”.
El director ejecutivo de Ford Motor Co., Jim Farley, dijo en febrero que su empresa “pensará detenidamente” dónde fabricará nuevos vehículos después de la huelga del UAW del año pasado. Si la UAW organiza a otros fabricantes de automóviles, podría aumentar sus costos, llevándolos a fabricar más vehículos fuera de Estados Unidos. Pero Su dijo que la administración del presidente Joe Biden se centra en apoyar los empleos en el país, y destacó las subvenciones a los fabricantes de automóviles para apoyar la transición a los vehículos eléctricos.
“Así que la industria automotriz es una industria estadounidense emblemática”, dijo Su antes de hablar ante la Asociación de Alcaldes Afroamericanos. “Queremos asegurarnos de que los empleadores que hacen lo correcto con sus trabajadores, que se sientan a la mesa de negociaciones de buena fe, que negocian contratos justos, también puedan prosperar y obtener ganancias utilizando trabajadores estadounidenses”.
Biden respalda a los sindicatos de otras formas. Señaló que en enero la administración finalizó una regla que exige mano de obra sindicalizada en todos los proyectos de construcción federales que cuesten más de $35 millones, a pesar de las quejas de los contratistas no sindicalizados de que la regla reduce la competencia y aumenta los costos.
“Esa es una manera de garantizar que haya buenos trabajadores sindicalizados en los puestos de trabajo”, dijo Su, afirmando que los acuerdos laborales sindicales están aumentando considerablemente en los proyectos de construcción.
Los estados del sur también están impulsando leyes que recuperarían los dólares de incentivos económicos si las empresas reconocieran a los sindicatos sin requerir una elección secreta. Todas las principales plantas automotrices del sur han recibido asistencia estatal para el desarrollo económico.
La ley federal también permite a los empleadores reconocer a los sindicatos si la mayoría de los trabajadores devuelven tarjetas firmadas que autorizan a los sindicatos a representarlos, un proceso conocido como verificación de tarjetas. El gobernador de Georgia, Brian Kemp, firmó dicha ley el lunes; Lee firmó uno en Tennessee el año pasado. Las leyes de Alabama están impulsando tal medida.
Los partidarios creen que los sindicatos pueden presionar injustamente a los trabajadores para que firmen tarjetas, mientras que los empleadores tienen más posibilidades de derrotar a los sindicatos en elecciones secretas. Pero quienes apoyan a los sindicatos argumentan que las leyes violan la Ley Nacional de Relaciones Laborales, que permite el reconocimiento voluntario. También dicen que los empleadores utilizan elecciones secretas para ahuyentar a los trabajadores de los sindicatos.
Su dijo que no está segura de si el Departamento de Trabajo intentará impugnar las leyes, señalando que la Junta Nacional de Relaciones Laborales, que supervisa los asuntos sindicales, tiene la responsabilidad principal. Pero dijo que “existen estándares federales bajo los cuales ningún trabajador debería vivir y trabajar”.
También condenó la actividad antisindical por parte de los empleadores, calificándola de “inaceptable”. Citó una encuesta de 2017 que mostró que casi la mitad de los trabajadores estadounidenses votarían a favor de sindicalizarse si tuvieran la oportunidad.
“Esto es parte de la promesa del presidente Biden de centrar a los trabajadores en la economía”, dijo Su. “Ha dicho que es el presidente más pro trabajadores y pro sindicato de la historia, y vamos a cumplir esa promesa. Y eso incluye garantizar que los trabajadores tengan derecho a afiliarse a un sindicato”.
