El Parlamento Europeo denuncia el caso Koldo como malversación de fondos. El PSOE va a pedir al Congreso la comparecencia de Illa, Armengol e Isabel Díaz Ayuso y no sabemos si la de su novio. El PP es de Calviño, de Maroto, y busca datos de 67 personas más. El PP cita en el Senado a Koldo y también a Illa por el caso de las mascarillas.
Todo este circo comienza cuando la amnistía no logra poner de rodillas a la Constitución. Y los acusados de terrorismo temen que la que llaman Justicia española les quite.
Pere Aragonés propone ampliar las pistas del Prat, quizás para volverse loco. La amnistía divide a jueces y fiscales y tardará en aplicarse. Los catalanes cruzarán la frontera en autobús para escuchar a Puigdemont.
Con esta crisis de corrupción y choque del Congreso y el Senado, Sánchez es de los pocos que cree que la legislatura aguantará. En la última sesión de control alardeó de que le quedan tres años, pero son sus socios los que creen que la incertidumbre en Cataluña tumbará al Govern.
Los del PNV vaticinan una disolución de las cámaras en otoño. Si, como ha prometido Puigdemont, si pierde se retira, se llevará a Sánchez por delante.
El presidente del Gobierno desprecia el lío de comisiones, y se va de gira por el universo para evitar la tercera y última guerra mundial que sólo dejará vivas a las cucarachas.
Serafín Quero ha escrito un precioso libro llamado Málaga paraíso del vino en el que aconseja beberlo contra la impaciencia y el estrés de la política. Bebamos, querido Carlos, el vino que viste la Venus del mantón de Manila. ¡Viva el Vino!
