Jugar la Liga de Campeones es un desafío máximo que requiere de los mejores jugadores. Sobre todo si ante ellos llega un equipo del Inter de Milán con la etiqueta de subcampeón de Europa y la etiqueta de líder de la Serie A con pleno de victorias. La experiencia acumulada en los últimos años en enfrentamientos contra rivales de la talla de Nápoles, Manchester United, PSV, Mónaco, Leipzig o Roma debería servir para plantar cara a cualquier rival, pero siempre hace falta un líder que mande a los locales. Éste responde al nombre de Take Kubo.
El inicio de la liga japonesa ha sorprendido a muchos. Especialmente a aquellos que no siguen mucho a la Real y que sólo la ven cuando le brillan los grandes focos, como ocurrió en el Bernabéu. Porque su última temporada fue sencillamente fantástica, con diez goles y diez asistencias que le convirtieron en el mejor sub-21 de la Liga con permiso de Gabri Veiga.
Pero lo que está sucediendo ahora es sencillamente extraordinario. En diez años, desde que Carlos Vela anotó 21 goles y 20 asistencias, no se ha visto nada parecido en la Real. Y no tanto por los números sino por su influencia en el juego y la dificultad de los rivales para frenarle. Enloqueció al Real Madrid y el mejor ejemplo es que Tchouaméni y Fran García vieron la tarjeta por derribarle violentamente.
Al equipo le falta un delantero que marque la diferencia para aprovechar todo el caudal ofensivo que genera
Su estado de forma es tan bueno que ahora mismo en el equipo de la Real están Kubo y diez personas más. Es una pena que al equipo le falte un delantero centro que pueda marcar la diferencia para aprovechar todo el caudal ofensivo que está generando, porque pocas veces un futbolista ha sido más decisivo a la hora de romper el uno contra uno en el último tercio del campo. . Quizás también la ausencia de ese ‘nueve’ sea lo que le ha cargado de mayor responsabilidad que afrontar y desbordar.
En lo que va de Liga ha sido decisivo. Ante el Girona fue el autor del gol y ante el Celta se lo cedió a Barrenetxea tras llegar a línea de fondo y centrar con la derecha. En la cuarta jornada ante el Granada marcó un doblete y participó en la acción previa de un tercero, que Miki Bosch anotó en propia portería al intentar recortar el centro del ’14’ a Oyarzabal.
---En el Bernabéu ofreció una exhibición antes del descanso con dos centros, a Barrenetxea en la portería y a Merino, cuyo disparo detuvo de forma increíble Kepa, en el que combinó velocidad y habilidad para alejarse antes y visión del rival. del juego y templanza para ponerlo en el lugar adecuado en el momento adecuado. La falta de disparo impidió que la Real anotara pero sin duda fue el mejor de todos los que pisaron el césped durante el siguiente con diferencia.
El inicio del japonés ha sorprendido a algunos, pero la pasada temporada ya marcó diez goles y diez asistencias
La Real se aferra a su momento de juego para soñar con hacer daño al Inter. Jugar la Champions significa estar en los mejores escenarios y enfrentarse a los clubes más representativos de Europa. El rival da miedo con Mkhitaryan, Lautaro, Barella, Calhanoglu, Dimarco, Dumfries, Thuram y compañía. Pero futbolistas como Kubo están a ese nivel y ahora sólo queda demostrarlo. La semana pasada fue clave en la victoria de Japón por 1-4 sobre Alemania en Wolfsburg con dos asistencias características.
Una operación redonda
El jugador y el club se han alimentado mutuamente en una convergencia que ha sido positiva para ambas partes. Kubo no había terminado de romper con su paso por la Liga. Ni en Mallorca, ni en Villarreal ni en Getafe. Parecía uno de esos juguetes rotos que prometían apoderarse del mundo y terminaron en el olvido. Pero Olabe depositó su confianza en él y actuó rápidamente para ficharle por 6,5 millones hace apenas un año. Una auténtica ganga teniendo en cuenta el rendimiento que está dando.
En un ambiente de confianza, sin tener que hacer las maletas cada verano y con compañeros con los que comparte la misma filosofía de juego, ha explotado para confirmar las predicciones de todos aquellos que veían algo diferente en él. A sus 22 años tiene toda una carrera por delante. para construir. La primera temporada: este miércoles contra el Inter.