La frase tiene la impronta de Marcelo Bielsa: “No soy ignorante de todo lo que pasó, sé que mi autoridad está afectada, pero hice la preparación con la mayor seriedad”. El técnico de la Selección Uruguaya habla tras la derrota ante Perú en Lima, y luego de que Luis Suárez -el máximo ídolo del fútbol del país en la última década recién retirado de la Celeste- lo criticara por el manejo del plantel y algunas actitudes en el concentración, como no saludar o decirles a los jugadores que no se detengan a firmar autógrafos o tomarse fotos con los aficionados. Supuestas revelaciones que otros jugadores, como Agustín Canobbio o Federico Valverde, validaron.
El pequeño país, que se detiene cuando juega la Celeste y que encuentra en su Selección una identidad nacional como casi nada en la historia, está polarizado y dividido entre quienes apoyan a Bielsa y quienes apoyan a Suárez.
La revolución Bielsa, ese cambio de paradigma que genera cada vez que se suma a un equipo, quedó repentinamente pulverizada. La Celeste del Loco, que había diluido su fuerza uruguaya para convertirse en un equipo arrollador, capaz de anular y vencer a Argentina, campeona del mundo, en la Bombonera, o ser la mejor Selección durante la fase de grupos de la Copa América de Estados Unidos.
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El inesperado colapso comenzó con las declaraciones de Suárez, o quizás antes, cuando Bielsa expuso la organización de la Copa América y Estados Unidos en general, luego de una serie de incidentes ocurridos con familiares de los jugadores en la semifinal contra Colombia.
Nunca nadie ha defendido a sus jugadores como lo hizo Bielsa en aquella Copa América de Estados Unidos. “Lo único que puedo decir es que los jugadores reaccionaron como lo habría hecho cualquier ser humano. Si están atacando a tu mujer, a tu madre, a un bebé, a tu mujer, a tu hermana… ¿Qué haces? ¿Ustedes preguntan si van a sancionar a los que fueron a defender?”. Bielsa sabía que esta conferencia en la que criticó a la organización del torneo, a la Conmebol y a Estados Unidos como matriz política y cultural le iba a salir cara: “No tienes que decir una palabra y te amenazan”.
Suárez fue muy preciso en las situaciones que le provocaban molestia. Tan precisos que casi nadie sospecha que se trata de un invento. Todo lo contrario. La cuestión es si estas situaciones pueden ser tomadas al revés por quienes las llevan a cabo. A Cano-bbio le pasó casi lo mismo que a Lucas Ocampos (al que Bielsa entrenó en el Olympique de Marsella): Bielsa le había reprochado un gol del equipo rival, aun cuando había marcado para su equipo, y le echaba en cara la derrota. Ocampos dijo que le ayudó a mejorar. Canobbio lo tomó como una falta de respeto: “Me terminó echando la culpa, me impactó mucho la forma en que me lo contó”, dijo. Fue contra Ecuador en Quito. A partir de esa situación, Suárez entró en escena como líder y referente del equipo. De hecho, el encuentro que narró (“tuve una charla de cinco minutos con Bielsa hablando como referente y al final solo respondió ‘muchas gracias’) fue posterior a esa situación.
Suárez, ídolo indiscutible que ahora juega en el Inter Miami de David Beckham, una de las estrategias de Estados Unidos para consolidar el fútbol en el país del béisbol, el baloncesto y el fútbol americano, soltó una frase que pasó desapercibida, pero que sembró una polarización creciente: “ Mañana pido a la gente que no se lleve bien con los jugadores si algo no va bien. “Bielsa ha separado a todo el grupo incluso en su forma de entrenar”. Lo que vino después fue una derrota ante un Perú débil que generó muchas sospechas y dudas.
En Adagio en mi país, Alfredo Zitarrosa, la voz del pueblo, canta que un solo traidor puede derrotar a mil valientes. Y como enseña la historia, la traición siempre puede estar cerca.
La ida y vuelta de Valverde
El volante de la Selección Uruguaya y del Real Madrid de España, Federico Valverde, elogió al técnico argentino Marcelo Bielsa tras la derrota ante Perú. La Celeste vive una feroz batalla interna que inició, hace unos días, el histórico exdelantero de la ‘Celeste’, Luis Suárez.
El futbolista del Real Madrid había asegurado que todo lo que decía Suárez era cierto.
Sorprendentemente, Valverde se pronunció tras la derrota con Perú y elogió al técnico rosarino: “Se trabaja mucho más con él. Físicamente te mata. Y mentalmente también. Pero, al final, eso responde a lo que espera de los juegos”.
“Esas ganas de deprimirte, de hacer todo intensamente, esa locura que te agota mentalmente, pero que te compensa el día del encuentro y te da placer. Todo lo que sale de la boca de Bielsa es bueno para aprender”, agregó el ex Peñarol de Montevideo.