Ahora, a medida que aumentan las ventas de LP en el Reino Unido, también aumenta el comercio ilegal de falsificaciones de mala calidad, pero los detectives de discos están contraatacando, amplía el artículo.
Detalla además que el vinilo ilícito ha estado en circulación tanto tiempo como los propios discos, pero su último pico de producción fue entre mediados de los años 1960 y finales de los 1970.
Entonces, como ahora, lo que se producía a menudo seguía un patrón predecible: si un álbum de un artista exitoso escaseaba, idealmente hasta el punto de ser considerado coleccionable, entonces la piratería llenaría el vacío, explica la fuente.
Investigar esta actividad ilícita, según el artículo, puede resultar fascinante y a la vez muy extraño, ya que las historias que se producen mezclan la aplicación de la ley mundana con los nombres de músicos muy famosos (que también se ven afectados por la piratería).
En el Reino Unido, la Industria Fonográfica Británica (BPI), el grupo que representa a las discográficas, emplea a un pequeño equipo de personas que vigilan la venta ilegal de música y hacen todo lo posible para erradicarla.
En opinión de BPI, se trata de “un delito grave que niega a los artistas recompensas por su creatividad, explota a los fans y afecta a los minoristas legítimos y a los sellos discográficos que invierten en música”, según cita The Guardian.
La entidad también señala que en ocasiones se confunde el comercio de discos ilícitos con el lavado de dinero y el narcotráfico.
BPI afirma que entre 2020 y 2022, eliminó 43.000 discos falsos de los mercados en línea (por un valor de más de 800.000 dólares).
Si se tienen en cuenta las decenas (o incluso cientos) de miles de álbumes que presumiblemente no fueron detectados, se tiene una idea de la proliferación de esta industria clandestina que están tratando de abordar, afirmó.
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