Es fundamental recordar que el tiempo de calidad se define como tiempo en el que estamos plenamente presentes y conectados emocionalmente, sin distracciones, interrupciones ni pantallas. Ana María Franco, formadora de disciplina positiva para padres, destaca la importancia del tiempo de calidad “Podemos aprovechar este tiempo para realizar actividades recreativas, así como para fortalecer una relación basada en la comunicación, el amor y la enseñanza”.
Un estudio reciente de Mondelēz International sobre la paternidad moderna revela datos preocupantes sobre el tiempo que los padres dedican a sus hijos. Según la investigación, realizada con padres de América Latina que tienen hijos de 7 a 13 años, el 74% de los padres siente la necesidad de compensar a sus hijos por el tiempo que no pasan juntos. (Lea también: Descubra los perfiles profesionales del futuro que impulsan la IA).
La rutina diaria, el cansancio y las tareas domésticas son algunas de las principales barreras identificadas por el 68% de los encuestados.
El estudio muestra que, en promedio, los padres logran dedicar solo entre 2 a 4 horas con sus hijos durante la semana, tiempo que consideran insuficiente para fortalecer los vínculos afectivos y apoyar el desarrollo integral de los niños. En respuesta a esta realidad, muchos padres buscan alternativas como cambiar a trabajos con menos horas de trabajo o permitirse indulgencias ocasionales. Así, el 60% recurre a actividades especiales como ir al cine, parques de atracciones, paseos o viajes para recuperar el tiempo perdido. Incluso un 37% permite que los niños pasen más tiempo jugando con el móvil, videojuegos o viendo la televisión, mientras que un 45% opta por compensar mediante la elección de alimentos y un 27% mediante regalos como juguetes, juegos o ropa.
El estudio destaca que sólo dos horas semanales del tiempo de los padres con sus hijos se consideran “tiempo de calidad”.
A pesar de diversas limitaciones, estos momentos son muy valorados por las familias. Implementar tiempo de calidad con los niños se recomienda como un aspecto crucial para fortalecer los vínculos afectivos, promover su desarrollo, apoyar el aprendizaje y mejorar la comunicación, contribuyendo al bienestar integral de los niños y creando un ambiente familiar armonioso.
Esta investigación subraya la necesidad de que los padres se esfuercen por estar plenamente presentes en el tiempo que comparten con sus hijos, promoviendo así un desarrollo emocional saludable y relaciones futuras sólidas.
