No existe una fórmula mágica para erradicar el extremismo, pero sí condiciones para evitarlo

Casablanca (Marruecos), 25 may (EFE).- Los jóvenes de Sidi Moumen, el barrio donde crecieron los terroristas de los atentados de Casablanca de 2003, tienen un refugio donde dar rienda suelta a su creatividad con el teatro, la danza o la música. Es la cultura como antídoto contra radicalización, una fórmula de éxito que la Fundación Ali Zaoua aplica en cinco ciudades de Marruecos. La fundación, creada hace diez años por el director de cine marroquí Nabil Ayouch tras contar la historia de estos yihadistas en su película ‘Los caballos de Dios’, lleva una década promoviendo la cultura y el arte en barrios marginados de Marruecos para luchar contra el extremismo en las filas de los jóvenes y brindarles oportunidades laborales. IMÁGENES: PABLO LÓPEZ CONTRERAS CONTIENE TOTALES DEL FUNDADOR DE LA ASOCIACIÓN, DIRECTOR DE CINE MARROQUÍ, NABIL AYOUCH, EN CASABLANCA, MARRUECOS. TRADUCCIÓN COMPLETA: Nabil Ayouch, director de cine marroquí y fundador de la Fundación Ali Zaoua: 1.- “No existe una fórmula mágica para erradicar el extremismo, pero existen condiciones previas que pueden permitir a los jóvenes que piensan que no tienen futuro encontrar otras formas de vida expresión más allá de la radicalización”. 2.- “Estos medios de expresión son los que os damos en esta Fundación y en estos centros, es un camino que os permite liberar ansiedades y miedos y esa inquietud que a veces carcome por dentro y puede levantar pensamientos oscuros y lúgubres, pero Al exteriorizarlos, se transforman en algo constructivo a través del arte y la cultura.

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