Fue al médico por un lunar que estaba creciendo, le diagnosticaron sequedad, pero resultó ser cáncer de piel. – .

Fue al médico por un lunar que estaba creciendo, le diagnosticaron sequedad, pero resultó ser cáncer de piel. – .
Fue al médico por un lunar que estaba creciendo, le diagnosticaron sequedad, pero resultó ser cáncer de piel. – .

Megan Grieves acudió al médico más de 30 veces para buscar una explicación a un lunar que le crecía en la pierna izquierda. Durante diez años acudió a varios controles para comprender el tamaño de la peca. Los médicos le dijeron que era sequedad.

La mujer desveló a ‘The Sun’ que tenía un lunar en la pierna desde que tenía uso de razón. “Cuando cumplí 15 años, mi abuela dijo que no le gustaba cómo se veía y me dijo que fuera al médico”, dijo.

Sin embargo, la mujer, que ahora tiene 36 años, detectó que algo no andaba bien: el tamaño de la marca empezó a crecer. Preocupada por su salud y por lo que le dijo su difunta abuela, June Evans, antes de morir, acudió inmediatamente al médico.

​Grieves dijo que le recetaron cremas humectantes para tratar el parche en su pie. Durante un tiempo se aplicó varios ungüentos y siguió las recomendaciones de los expertos, pero el lunar fue creciendo cada vez más y empezó a ponerse rojo.

​”A medida que pasó el tiempo, mi lunar se volvió más costroso y escamoso. Comenzó del tamaño de una peca grande y llegó al tamaño de 10 monedas juntas”. Aseguró a los medios internacionales.

Sin estar tranquila, insistió en que la talla no era la correcta.

Su abuela insistía mucho en que a ella nunca le había gustado esa marca. ​El duelo empujó a ser evaluada una vez más con un dermatólogo, quien descubrió algo grave. En 2016 le diagnosticaron melanoma, una variante del cáncer de piel que se considera la más peligrosa.

“A medida que pasó el tiempo, mi lunar se volvió más costroso y escamoso y, a veces, sangraba”, dijo.

Con el paso del tiempo, mi lunar se volvió más costroso y escamoso. Comenzó del tamaño de una peca grande y alcanzó el tamaño de 10 monedas juntas.

Según MedlinePlus, es causada por mutaciones en unas células llamadas melanocitos, un pigmento producido en la piel. La señal para estar alerta es cuando aparece un lunar nuevo o uno existente que ha cambiado de color, forma o tamaño.

Luego de este diagnóstico, se sometió a dos cirugías para extirpar el lunar canceroso. Le sorprendió un poco que los médicos no le hubieran informado de esto antes.

(Lea: Tuvo cáncer de piel y nunca se dio cuenta: estos fueron los síntomas que dejó pasar).

Con el procedimiento, le cortaron la piel en un círculo y le dejaron una herida abierta en la pierna. Además, se sometió a un injerto para disimular su agujero. Confesó que evita sacarse las piernas porque está consciente de la cicatriz.

​”El diagnóstico tuvo un gran impacto en nuestras vidas. La recuperación fue muy larga y estuve mucho tiempo de pie”, comentó.

Después de dos cirugías, su pierna quedó con un agujero.

Foto:Facebook: @megangrieves

Megan Grieves agradece a su abuela por alertarla

Megan Grieves contó a ‘The Sun’ que tenía el lunar desde muy pequeña, pero no le prestó atención hasta que su tamaño se volvió inusual. Recuerda mucho que su abuela siempre le decía que algo andaba mal.

“Mi abuela me instó a volver al médico una vez más porque estaba convencida de que algo andaba mal”, añadió.

La mujer llama para estar pendiente de algún lunar anormal.

Foto:Facebook: @megangrieves

Evans murió en 2020, a los 68 años, y su nieta siempre agradece su insistencia en cuidarla. “Si no fuera por ella, quizás nunca me habrían examinado el lunar. Ella me salvó la vida”, dijo.

Después de su cirugía de 2016, la derivaron para otra operación al año siguiente. Desde entonces, le diagnosticaron linfedema y fibromialgia, que provoca hinchazón y dolor crónico provocado por el melanoma.

Grieves admitió que su vida cambió: “Ni siquiera puedo ir a un parque temático con mis hijos porque hacer cola demasiado tiempo hace que se me hinche la pierna. El linfedema me acompañará por el resto de mi vida”.

La mujer instó a cualquier persona que tenga alguna inquietud sobre un lunar o su salud general a consultar a su médico de cabecera. “Siempre me he tapado y nunca me he subido a una tumbona, lo que demuestra que le puede pasar a cualquiera, pero no usar protector solar ni tumbonas aumenta el riesgo. Ningún bronceado merece la pena“él admitió.

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CAMILA SÁNCHEZ FAJARDO
​EDITORIAL ALCANCE DIGITAL
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