“Difundir contenidos de salud en redes sociales es otra forma de contribuir a la medicina preventiva” – .

“Difundir contenidos de salud en redes sociales es otra forma de contribuir a la medicina preventiva” – .
“Difundir contenidos de salud en redes sociales es otra forma de contribuir a la medicina preventiva” – .

Médico y profesor de medicina, el Dr. Sebastián La Rosa es un reconocido creador de contenidos educativos en salud con una audiencia de más de cinco millones de suscriptores y ciento cincuenta millones de visualizaciones anuales de su material en YouTube. A tan gran número de fans incondicionales que siguen sus mensajes creativos y educativos centrados en el bienestar, se suman un millón y medio de seguidores en Instagram y Facebook.

Decepcionado con los tratamientos convencionales, decidió dedicar su vida a alternativas terapéuticas, tanto antiguas como modernas. Es por eso que luego de graduarse como médico se especializó en esta disciplina en la Escuela Médica Homeopática Argentina y el Instituto Médico Argentino de Acupuntura. La Rosa no está acostumbrada a que los medios tradicionales transmitan información sobre él, por lo que esta entrevista tardó en concretarse. De paso por Buenos Aires, donde reside en ocasiones, habló con Clarín.

-¿Cómo es posible difundir salud a través de redes sociales y medios digitales que, mal utilizados, pueden resultar perjudiciales para nuestro bienestar?

Las redes tienen un papel hoy, evolucionan rápidamente y sirven según cómo se utilicen. Una cosa es que por el modo de uso dañan mi evolución cerebral, las conexiones neuronales y generan adicción, sobre todo en adolescentes donde no se tienen las debidas precauciones. Tenemos que utilizar la tecnología a nuestro favor. El uso de redes puede traer desensibilización, que es consecuencia del exceso de cualquier estímulo en el tiempo, y si se utilizan de forma exagerada agravan nuestro estado de ánimo.

-¿La atención al riesgo es deficitaria?

Sí. Es que cuando abres diez pestañas en el navegador y lo has hecho durante muchos años, necesitas más estimulación, lo mismo que pasa con las drogas, el azúcar y el café. Si no me deshago de eso, necesito cada vez menos ganas de cumplir con el esfuerzo que tengo que hacer para ganar lo que antes se hacía con esfuerzo. Lo vemos en aplicaciones de películas y series donde cada vez se visualiza más rápido contenido que busca retenerte para que prestes atención y la edición se hace más rápido y con más estímulos, lo que repercute negativamente en nuestro cerebro. Quienes producimos contenidos tenemos una responsabilidad y lo más importante es entender cómo utilizarlos sanamente y sin excesos. Pero también es cierto que al ser tan baja la barrera de entrada, hay muchos médicos que elaboran contenidos, aunque no siempre de interés público. En mi caso personal dedico muchas horas de estudio a mis publicaciones pero hay cientos de miles que no están dispuestos a invertir ese tiempo y solo promocionan un producto. Mi objetivo es hacer reducción de daños en muchos temas para que quien me vea busque la vida más saludable posible.

-¿Es un concepto nuevo en medicina?

Lo que hago es medicina preventiva, también conocida como medicina funcional. Se trata de optimizar la salud, conseguir que las personas no enfermemos y lo que nuestro cuerpo necesita para estar bien. Que la información sea gratuita es muy importante.

-¿El auge de este tipo de contenidos fuera de una consulta médica está vinculado a la crisis de los sistemas sanitarios que conocemos?

Hay un vínculo enorme. Hacer prevención tiene sentido para reducir los costos no sólo del sistema de salud argentino sino de muchos otros países que están en quiebra o aparentan no estarlo, porque no pueden sostenerse. La medicina preventiva es la que te dará calidad de vida. Como ya sabemos, una persona sana tiene mil deseos pero una persona enferma solo tiene uno. La prevención funciona y debe aplicarse, pero requiere que cada persona asuma la responsabilidad de su propio bienestar.

-Observando su contenido en las redes, observamos un peso importante en la dieta. ¿Es el gran paradigma de nuestro bienestar?

No es el gran paradigma pero hoy se le da mucha importancia porque es la variable que más podemos cambiar. El ADN tiene un peso gigantesco pero es lo que tenemos y hay mucha suerte. La alimentación es lo que más fácilmente podemos cambiar y luego está el ejercicio, cuyo potencial la gente subestima, justificando no moverse lo suficiente por el estrés y el trabajo. Para nuestra salud a largo plazo no importa si vamos a una clase de CrossFit a las ocho de la noche, sino qué parte del día estuvimos sedentarios. La alimentación no sólo apunta a quienes tienen sobrepeso o tienen algún trastorno alimentario, sino también a cómo podemos prevenirlo y mejorar nuestra calidad de vida en base a ello. La idea es pensar en una dieta que nos mantenga jóvenes por más tiempo y no tener que preocuparnos por realizarnos cirugías estéticas dentro de veinte años. Se trata también de entender cómo podemos mejorar la flora bacteriana para que produzca neurotransmisores que nos hagan sentir más felices.

-Hablaste de mantenernos jóvenes: ¿Existe una carrera para no envejecer que también tiene que ver con la cultura de la imagen, donde supuestamente todos parecen buenos y felices?

Sí, se observa más el concepto de anti-edad, lo cual es erróneo porque no se puede parar de envejecer sino envejecer bien. Veo personajes haciendo locuras para vivir más. La longevidad es otra cosa, se puede vivir más tiempo empujando la aparición de enfermedades crónicas lo más cerca posible del punto de muerte, que es lo que trato de promover. Si vives hasta los 90 años, es deseable que tus patologías crónicas aparezcan a los 86. Por otro lado, está el mundo anti-envejecimiento donde existen tratamientos estéticos sin sentido o rellenos de larga duración con efecto negativo.

-Como si el mensaje del envejecimiento fuera negativo…

El problema es cómo la sociedad ve la vejez como algo negativo que quiere evitarse. Es importante darle a la vejez el valor añadido de sabiduría que tiene. Esta carrera por escapar de la muerte es delirante, gastar un porcentaje de tu vida viviendo o sobreviviendo para evitar la muerte. Lo importante es preocuparse por la longevidad como una cuestión de costos, salud y calidad de vida. La vida tiene sentido mientras tengamos una buena calidad de vida.

-¿Se produce también un cambio con la prolongación de la vida y la actividad laboral activa?

Respecto a la longevidad: cuanto más vivamos, más tiempo tendremos para permanecer activos, con un propósito y trabajando. No es lo mismo dejar de trabajar a los 65 años y morir a los 95, que son treinta años de espera, cuando el ser humano es activo y curioso por naturaleza. La persona que funciona relativamente bien no hace nada en todo el día. Tampoco lo ves en ninguna otra cultura, donde el sabio es el que tiene el cerebro más largo, la referencia y la fuente de sabiduría que lleva un mensaje.

SEÑAS PARTICULARES

Sebastián La Rosa es médico y profesor en medicina, egresado de la Universidad del Salvador (USAL), el Dr. Sebastián La Rosa tiene especialidades en la Escuela Médica Homeopática Argentina y se graduó en medicina china en el Instituto Médico Argentino de Acupuntura. Estudió con profesores de todo el mundo desde Qi Gong con Mantak Chia en Tailandia hasta referentes en Filipinas o Bali. Es miembro activo y referente de la Sociedad Internacional de Investigación, Salud, Desarrollo Empresarial y Tecnologías (SIISDET) y de Mensa Internacional y Mensa Argentina.

 
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