Javier Herrero
Madrid, 21 nov (EFE).- El que por su valor simbólico podría calificarse como el último gran concierto de Pablo Milanés, el que le unió en medio de su enfermedad y tras cuatro años de ausencia con su “público más extraordinario” ”, ve la luz este miércoles, justo un año después de su muerte.
Titulada “Días de Luz – Pablo Milanés en La Habana”, llega a Movistar Plus+ de la mano de la codirección de su hijo Fabien Pisani y su viuda Nancy Pérez, quienes también han llevado a cabo las tareas de producción de lo que definen no tanto como una documental, sino sino como “la fiel constancia” de aquel encuentro celebrado el 21 de junio de 2022 en la capital cubana.
Su publicación, según informó públicamente Pérez en declaraciones recogidas por EFE, fue una de las últimas voluntades de su marido, que pasó “sus últimas mañanas” revisando todo el material con una única petición a su familia: “Que lo publiquen pronto”.
Lo hace exactamente un año después de la muerte de aquel trovador “profundamente cubano”, como lo definió el periodista Carlos Galilea, quien supo “vincular la vieja trova con la nueva, recuperando figuras olvidadas como Compay Segundo”, siempre con la determinación de siendo “un cronista de su tiempo”.
“Cantar fue para él un triunfo sobre el sufrimiento de las más de 30 operaciones que sufrió, además de la pobreza y otras cosas de las que nunca habló en vida, como el abandono de su padre”, confesó Pisani en la presentación del documental. . esta semana.
Con el único acompañamiento de un piano y un violonchelo, Milanés llegó al escenario de la Ciudad Deportiva de La Habana en silla de ruedas con toda su dignidad. Su movilidad disminuida fue contrarrestada por la solidez de su voz cálida al acercarse a los 80 años y la felicidad evidente en su rostro y en sus palabras.
“¡Buenas noches mi querido público cubano!” irrumpió justo después de realizar el telonero con “Marginal”, para reivindicar a las miles de personas que habían acudido a verle, probablemente también para despedirse: “Siempre he dicho que es mi mejor público por la atención y el respeto que me dan a mí.
Según su viuda, Milanés “nunca imaginó que podría haber un último concierto para él” y por eso “nunca perdió la esperanza de cantar a pesar de su enfermedad”, pero, según afirmó su hijo, concibió esa fecha en La Habana “con cierta halo de despedida, como cerrando cosas”.
El documental apenas alude a los constantes problemas y retrasos en su celebración, en parte por complicaciones derivadas de la covid-19, en parte bajo la sombra de que fueron maniobras de las autoridades cubanas frente a un repertorio que, junto a temas románticos atemporales como como “Yolanda” o “El breve espacio en el que no estás”, también estuvo llena de recortes que cuestionaron al régimen.
Definido como un ser “sumamente cariñoso” por quienes lo conocieron, su ausencia constituye aún hoy “un desamor” para amigos como Víctor Manuel, que conoció a Milanés en su primer viaje a Cuba en 1976, en el que pasaron una noche entera en su casa. . “cantando canciones deslumbrantes”.
“Fue como entrar a otra dimensión, no se podía cantar ni componer mejor; A partir de ahí todo se volvió pobre para mí”, destacó el músico español, quien compartió con el cubano la gira “En blanco y negro” y produjo su disco “Querido Pablo” (1985). “No hay un día que no me acuerdo”, dijo Víctor Manuel al cubrir la presentación este lunes de “Días de Luz”.
Más optimista en su ausencia, otra íntima amiga como la escritora nicaragüense Gioconda Belli celebra este material que refresca la memoria de “un personaje terrenal, amable sobre todas las cosas y con un profundo amor por la historia de su país con todas sus cosas”. “.
“La gente como Pablo nunca se pierde y en esta película se ve su fuerza, la belleza de la voz de ese hombre, está ahí en todo su alcance”, destacó sobre un concierto que también constituirá el punto final de otro documental, en formato largometraje y con imágenes grabadas desde 2009, que su hijo Fabien Pisani tendrá listas en 2024. EFE
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