El pasado jueves 23 de febrero, Juan y su esposa salieron del Hospital Niño Jesús de Madrid con su bebé de 9 meses en brazos y aliviada de tener ya un diagnóstico para su pequeño. «Llevaba varios días enfermo, con fiebre constante. Se despertaba mucho por la noche y se llevaba la mano a la oreja”, cuenta este padre a ABC.
Tras la primera consulta en Atención Primaria con su pediatra hace unos días, quien le recetó el popular analgésico y antipirético Apiretal para bajar la fiebre, el menor no mejoró. En el hospital vieron que tenía otitis y le recetaron un antibiótico. Aliviados, salieron del centro hospitalario rumbo a la farmacia más cercana. Su sorpresa fue cuando el farmacéutico les dijo que no tenía el medicamento y que era muy probable que ni lo encontraran porque hay escasez.
Justo un día antes de que Juan visitara urgencias con su pequeño, las principales asociaciones de pediatría emitieron un comunicado conjunto advirtiendo de la “escasez de preparados antibióticos pediátricos”. “Es – continúa el texto firmado por el Asociación Española de Pediatríael Asociación Española de Pediatría de Atención Primariael Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas Pediátricasel Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria y la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría– de una situación que afecta a la práctica totalidad de los antibióticos de uso comunitario ya todas las Comunidades Autónomas. No estamos hablando de medicamentos restringidos o de poco uso, nos referimos a los antibióticos que son de primera elección para tratar los procesos bacterianos más frecuentes en la población pediátrica.
Así, Juan, su mujer y su bebé comenzaron un viaje por el centro de Madrid. Tras acudir sin éxito a varias de las farmacias más cercanas al Hospital Niño Jesús, comenzaron a llamar a quienes estaban de guardia en cualquier zona de la capital. “Necesitábamos el antibiótico y en todas nos decían que se les había acabado y que nos iba a costar mucho encontrarlo”, recuerda. Al final, localizaron una farmacia de guardia que sí lo tenía. Aunque eran casi 20 km. de distancia, fueron hacia ella sin pensar.
solo con receta
“Es muy preocupante porque no sabemos las causas que están provocando este desabastecimiento”, admite a este periódico Jorge Muñoz, médico pediatra. “Es la primera vez en mucho tiempo que sucede algo así”, continúa. Ya llevamos varias semanas en esta situación y estamos hablando de medicamentos que son de uso diario y que son distribuidos por diferentes compañías farmacéuticas.
El antibiótico es un medicamento que sólo debe tomarse con receta médica. «Los pediatras valoran a los niños y los prescriben en los casos en los que hay una sobreinfección bacteriana cuando, por ejemplo, una gripe se complica y acaba en neumonía; cuando los pequeños tienen fiebre de varios días y se ve otitis media o cuando hay un impétigo fuerte, por ejemplo, usar una pomada para tratar esa infección de la piel”, ejemplifica Muñoz.
---«No disponer de presentaciones pediátricas de estos fármacos supone, en primer lugar, la falta de recursos para tratar adecuadamente a nuestros pacientes con el consiguiente riesgo para su salud. Diluir o fraccionar preparados no pediátricos conlleva un mayor riesgo de errores, tanto en la prescripción como en la administración, que se agrava cuando existe una barrera idiomática entre el prescriptor y la familia. El uso de otros fármacos no adecuados empeora la calidad de la prescripción con el riesgo de aumentar las resistencias bacterianas, lo que supone un riesgo para la Salud Pública y, finalmente, la elección de antibióticos menos adecuados incide negativamente en la educación sanitaria de la población”, se lee. la declaración de las Sociedades Científicas firmantes.
“Esta es la primera vez en mucho tiempo que sucede algo así”.
En este sentido, la pediatra confiesa que “se están dando soluciones que no comparto”. Señala que es una “muy mala alternativa darle a un niño la medicación de un adulto y dejar que la familia ajuste la concentración al peso del niño. Esto no puede ser. Es una mala solución ya muy corto plazo, pero esta escasez lleva semanas y no podemos seguir así.
El pediatra insiste en que “no estamos hablando de fármacos raros o de tercera generación sino de fármacos tan habituales como la amoxicilina. Y esto nos preocupa a los profesionales y más cuando se desconoce el motivo» porque «no es por la pandemia ni por la guerra de Ucrania», afirma tajante.
De momento, los profesionales reclaman una respuesta y una solución que, de momento, no ha llegado y parece que ni siquiera se escucha, ya que nadie se ha pronunciado. Las familias, por su parte, se quedan sin saber qué hacer y se enfrentan a un peregrinaje farmacéutico de difícil salida.