Además, la conciencia sobre la gravedad del cambio climático está creciendo. En otra encuesta del europarómetro, el 88% de los europeos dicen que se toman medidas más graves para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que calientan el planeta. Y el 93% dice que han hecho al menos un cambio de comportamiento Para mejorar nuestra relación con el medio ambiente. Lo más común es reducir los desechos, reciclar y consumir menos productos de uso y atracción. Pero, ¿es esto realmente un síntoma de mayor conciencia ambiental?
“La conciencia ambiental es el conjunto de creencias que hacen que una persona sea interesada en conocer el medio ambiente y sus problemas, Eso siente preocupación y actúa en consecuencia “Explica José Antonio Corraliza, profesor de psicología social en la Autónoma Universidad de Madrid. “Pero en psicología tenemos otros conceptos estrechamente relacionados y no siempre fáciles de distinguir, como la sensibilidad ambiental, que sería la preocupación por el medio ambiente como resultado de que el individuo sienta empatía por él o un problema específico”.
¿Cómo surge la preocupación ambiental?
Los seres humanos son conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor. Lo vemos, lo sentimos y también podemos racionalizarlo. Sin embargo, comprenda los procesos que hacen que una persona termine teniendo Una actitud pro -environmental No es simple, ya que muchos factores entran en juego. Primero, existe la disponibilidad de información sobre los problemas ambientales y su experiencia directa, ya que si no sabemos que existen, apenas podemos preocuparnos por ellos. Pero la información en sí no es suficiente para alterar nuestras creencias y nuestros valores y cambiar nuestra actitud hacia el medio ambiente.
“Las personas generalmente no cambian su comportamiento solo por la información disponible. Lo hacen porque hay otras personas que valoran que cambian su comportamiento, por imitación o simplemente porque es fácil cambiarla”, agrega Correar. “También son importantes La situación y las normas sociales. Por ejemplo, si su entorno de reciclaje es más fácil de lo recicla, pero si está en un lugar sucio lleno de basura, es más probable que tire la basura en cualquier lugar. Finalmente, existe el costo del cambio de comportamiento. Cuanto más bajo, es más fácil de cambiar, más probabilidades cambiaremos. “
Además, la experiencia directa de los problemas es un factor mucho más decisivo que la disponibilidad de información sobre problemas abstractos o distantes. “Tendemos a pensar que una persona preocupada por el medio ambiente está preocupada por todo el medio ambiente. Sin embargo, la mayoría es sensible a aspectos específicos que percibimos, como la contaminación o eventos con los que sentimos una empatía especial, como la extinción de una especie, pero somos muy poco sensibles a los procesos que desencadenan esos síntomas”, dice el investigador.