Inflación, impuestos, carga administrativa, comercio electrónico y costes de alquiler y suministro forman parte de una fórmula con resultado desfavorable para los pequeños negocios. En las grandes ciudades muchos terminan por echar el cierre a sus establecimientos ante el empuje de las grandes empresas.
Así está ocurriendo con comercios regentados por población china en España, que desde la década del 90 han visto un incremento en el país a medida que también ha crecido su población. A cierre de 2024, la comunidad china en España ascendía a 198.805 personas, según Statista.
Tradición de emprendimiento
Un rasgo que la distingue es su fuerte tradición de emprendimiento y es que ningún otro colectivo de extranjeros tiene un porcentaje tan elevado de autónomos. Un 14% de los afiliados extranjeros al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) son de procedencia china (66.515), de acuerdo con datos de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos.
Asimismo, más de la mitad de los ciudadanos chinos en edad laboral (55%) son emprendedores, frente al 45% que trabaja por cuenta ajena en el régimen general. Es la única comunidad que tiene más trabajadores autónomos que trabajadores por cuenta ajena en España.
Preocupación ante el cierre de bazares
En las redes sociales se ha difundido en las últimas semanas la preocupación por el cierre de bazares y ante la incertidumbre han aparecido muchas teorías. Entre ellas las relacionadas con la crisis arancelaria desatada por el presidente estadounidense Donald Trump, la circulación cada vez más reducida del efectivo y la amenaza de una guerra en territorio nacional.
Ante la duda, ciudadanos chinos como David Yao han querido contar su versión. En una publicación en su cuenta de TiKTok afirma que “hay dos puntos fuertes” a tener en cuenta: los costes de transporte marítimo y el empuje del comercio online.
Dos causas principales
“Hay muchos bazares que están abiertos desde la época covid en 2020”, afirma, lo que implica que el “valor de mercancías de sus tiendas ha bajado”. Al hacer una comparativa señala que en ese año un contenedor desde China hasta España tenía un coste marítimo de 14.000 o 15.000 euros y ahora costaría más o menos 2.500 euros.
“Antes montar un bazar a lo mejor costaba 800.000 euros, pero ahora mismo montar el mismo bazar te costaría medio millón, o sea, ha bajado mucho el valor de mercancía y los bazares que compraron cuando las importaciones estaban caras, ahora no quieren bajar sus precios porque eso supondría mucha pérdida”, comenta.
Yao, quien se nombra “proveedor de liquidaciones de Amazon, AliExpress, Shein y Temu” indica que estos comercios con los precios que tienen no pueden compararse con grandes cadenas.
El segundo punto a tener en cuenta es el comercio online y el auge de plataformas que envían las mercancías desde China directamente a consumidores de España y tardan a lo mejor siete días a precios muy baratos. “En China había demasiado stock y los mejores stocks los fabricantes los están vendiendo por Temu”.
También precisa que los fabricantes chinos no necesitan almacenamiento, pagar impuestos o contratar personal en España, una realidad que no solo atenta contra los bazares chinos, sino también contra comercios grandes y pequeños, “porque el mercado ha cambiado”, dice.