El 28 de abril de 2025 sucede algo y cambia las circunstancias de millones de personas. Alrededor de las 12:33 de la mañana, un apagón generalizado afectó a toda España, excepto la “isla” de Oseja de Sajambre.
La radio analógica, y la digital, en las áreas donde se mantuvo la conexión a Internet, también funcionó como una “isla”, no solo para su sistema de emisiones o sus generadores de emergencia, sino porque la base del medio de comunicación sólida es la voz humana y la posibilidad de crear comunidad con otras voces y oyentes. “Encender la radio fue la ventana de la libertad. Lo que me permitió sentir un ser humano”, dice Ingrid Betancourt, secuestrado por el FARC durante seis años en la jungla colombiana.
En el episodio 2 de la primera temporada de la audiencia El gran apagón“Un padre y su hija de 14 años han sido aislados durante varios días en la costa gallega y, aunque tienen suficiente comida, comienzan a quedarse sin agua potable. Con una vieja radio como el único medio de contacto con el exterior …”.
Las bases tan ancestralmente humanas, tan frágiles y heroicas al mismo tiempo, permiten que la radio acompañe, conecte y transmita información esencial cuando el resto de las comunicaciones fallan. Puede hacerlo gracias a las características del canal de radio, es decir, gracias a la temporalidad y la linealidad del mensaje de radio que nos permite sentir que somos testigos de la crónica de la historia de la época presente, incluso contribuyen a ella; Gracias a su alta penetración temporal y espacial (la radio transmite las 24 horas del día 365 al año, no se calla, mientras llega y ocurre en cualquier lugar, circunstancia o empresa); Y gracias a su velocidad y agilidad como un medio informativo (instantaneidad, inmediatez, Saber cómo de radio periodismo).
Desde la llegada de la democracia a España, la radio general española, aunque hoy da demasiadas alas a la opinión, es esencialmente informativa. Un medio cuyos servicios informativos pueden saltar por el aire la programación más consolidada y el contenido preproducido, para comenzar un especial informativo antes de una última hora que se intente, tendrá consecuencias (criterios informativos, enfoque, jerarquía, orden).
Esta reacción de radio no siempre es una reacción a la circunstancia o la “aventura” se enfrenta a las mismas garantías de éxito (el músculo informativo no está igualmente capacitado en todos los escritos o los mismos recursos humanos están disponibles), pero se supone a partir de la responsabilidad social que implica la práctica periodística.
El apagón nos recordó que la digitalización no elimina la vulnerabilidad, sino que la mueve a otros puntos críticos. Y que ese mundo supuestamente llevamos en nuestros bolsillos, el móvil, a veces también se derrumba y nos deja solos frente al peligro o la aventura (recuerde El viaje del héroe?).
En ese momento, necesitamos encontrar nuevos aliados que nos conecten con la comunidad y, sobre todo, que nos proporcionen información, incluso nos brinden soluciones.
Leer más: no solo durante un apagón: el valor de la radio en las crisis
-El 90 % de las personas escuchó la radio durante el apagón
“I cannot live without the radio” (it sounds like an exaggeration), “the radio can with everything” (more exaggeration), “the radio no longer listens to it” (pure exaggeration, and lie: more than 23 million Spaniards listen to it from Monday to Sunday, with a penetration of 55 %), “the teléfono inteligente Es el nuevo transistor. ”
Rodrigo Cortés dice que “la realidad exagerada te permite verlo” y probablemente esas exageraciones formuladas en forma de frases funcionan como una lupa. Muestran que los seres humanos necesitan circunstancias extraordinarias, aventuras, realidades casi imposibles para evaluar lo cotidiano, lo que desempleó los fuegos artificiales del último recién llegado, “del amante recién lanzado”, para regresar, en resumen, como en el viaje clásico del héroe (y de la heroína) con la lección aprendida.
Sergio del Molino escribió, unos días después del apagón eléctrico, que “España redescubrió la radio convencional cuando todo lo demás falló”. La encuesta destello Realizado por el Centro de Investigación Sociológica lo confirma: el 62.1 % de los encuestados escucharon la radio durante ese día para informarse de lo que estaba sucediendo. Casi el 90 % de las personas que lo hicieron ese día, como de costumbre o como un evento aislado, valoran la información recibida por la estación que sintonizaron.
Otra encuesta realizada por Appinio para Atresmedia reveló que el 71 % de los encuestados usó la radio durante el apagón, en comparación con el 40 % habitual.
Este evento respondió patrones de comportamiento ya identificados por diferentes investigaciones durante la crisis de Covid-19, el filomena Nevada o las recientes inundaciones de Valencia. En momentos de incertidumbre, en situaciones de emergencia, aumenta el consumo de radio, cambian los hábitos de escucha y la confianza revalidada en el entorno sonoro.
IMPOPEOVERSEBRAS PARA
La radio se ha convertido en heroína después del apagón (nuevamente una exageración literaria para ponernos a todos frente al espejo de nuestra fragilidad). Las fotos de los transistores, los paquetes de las baterías, las calles nuevamente reflejan la escucha colectiva y los periodistas de radio y radio se convirtieron en influenciadores De repente para muchos reflejan que todo lo que es sólido siempre vale la pena regresar. La caricia auditiva.
Más allá de la resistencia y penetración del medio ambiente, de su flexibilidad técnica, la lección que la radio ha dado en estos días es mucho más radical para estos tiempos: una demostración de para qué sirve el periodismo y cómo hacerlo cuando todo lo demás falla.
La sabiduría ancestral de la comunicación oral y saber cómo hacer que el periodismo de la radio española (la radio reportera) llevara a este medio a ser el más confiable. Ha estado agregando evidencia de que siempre está allí, tejiendo un hilo de herramientas invisible de todo tipo. Somos notificados.
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