La historia no es contada por mujeres y mucho menos mujeres negras. Este fue el punto de partida del periodista venezolano Zinthia Palomino (Maracaibo, Venezuela, 37 años) para escribir Mujeres negras en filosofía (Babidi-Bú), un libro iluminado publicado a fines de 2024 esencialmente dirigido a una audiencia infantil, en la que desmenuzan las contribuciones de 12 filósofos, historiadores o negros y afro-descendientes antropólogos.
“La historia está llena de cientos de mujeres y mujeres negras que han pensado en el mundo”, argumenta el autor. Pero sus voces “han sido relegadas al fondo” y a menudo asociado con una “inferioridad intelectual”. “Esto nos ofrece una historia narrada principalmente por los hombres”, agrega, en una entrevista con este periódico, coincidiendo con la presentación de su libro en el espacio afro en Madrid.
Palomino tardó dos años en investigar, o como ella dice, “desenterrar la historia” para encontrar 12 perfiles que hicieran visibles la importancia de “la mujer negra como la creadora de una narrativa filosófica lejos del paradigma eurocéntrico”.
En las páginas de su libro hay grandes mujeres que ya fallecieron, como la filósofa nigeriana Sophie Bosede Oluwole, un gran defensor de las tradiciones orales de su país, o la Lélia Brasil González, que promovió una visión afroamericana del feminismo. Pero también voces vivas como el ensayista jamaicano, Sylvia Wynter, investigadora de colonialismo y poscolonialismo, o el filósofo brasileño Djamila taís Ribeiro, autor del libro Pequeño manual anti -racista.
Sophie Bosede Oluwole, filósofo nigeriano
Sophie Bosede Oluwole (Nigeria, 1935-2018) fue la primera mujer en obtener un título de doctorado en filosofía en Nigeria. Se centró en su investigación sobre la lucha por el reconocimiento y el despido de la filosofía africana, e investigó cómo el imaginario occidental, que afirmó que los africanos no tienen filosofía, lo ha dejado a un lado e invisible. Promovió el valor filosófico de las tradiciones orales nigerianas, a través de la filosofía yoruba, que proviene de un grupo étnico (con mayor presencia en Nigeria), y lo comparó con la occidental para demostrar que eran igualmente válidos.
Lélia González, filósofo brasileño
Lélia González (Brasil, 1935-1994) fue filósofa, antropóloga, maestra y feminista. El movimiento negro brasileño fue líder. Sus reflexiones fueron enmarcadas en la raza, el género, la sociedad y la cultura, y en la desigualdad de las mujeres afro -descendientes latinoamericanas. Propuso el concepto Amefricanidad Para los descendientes de africanos que llegaron por el tráfico transatlántico de esclavos. Hizo una crítica a Hegel por afirmar que África carece de historia.
Palomino, que llegó a España desde Venezuela a los 22 años, comenzó a autoestate como afro descendiente cuando migra. En esta búsqueda de identidad acelerada por exilio, era consciente de que tres circunstancias eran esenciales: ser mujer, migrante y afroamericana.
-En ese camino creó la plataforma Mujeres negras que cambiaron el mundo, y Proyecto educativo dentro del cual se enmarca su primer libro Mujeres negras en la ciencia, y también el último. “Hemos pensado en el mundo a través de razones como el género, la clase y la raza, y desde ese lugar hemos hecho filosofía, pero hemos sido invisibles porque hemos negado el derecho de hablar en ciertos espacios”, explica Palomino.
La diversidad no está normalizada ni presente. Es una urgencia poder mirar hacia el futuro de una manera más integrada y global.
Según el autor, el racismo que “impregna” las sociedades y la “inferioridad” con la que se contempla los migrantes son “más evidentes” en España que en su país natal. Los datos son correctos: los discursos de discriminación y odio en las redes sociales medidas por el Observatorio Español contra el racismo y la xenofobia (Oberaxe) desde enero de este año muestran que de los más de 33,000 mensajes detectados, más del 70% tienen tan blanco para las personas en el norte de África, el 11% a los musulmanes y del 10% a los defensores afro.
“España se ve Blanca y niega la diversidad en su territorio, refiriéndose solo a la migración de los años sesenta. Pero la diversidad étnica y cultural es anterior y se ha instalado en los siglos de la sociedad española”, dice el autor venezolano.
Palomino estima que el racismo afecta especialmente a los niños, por ejemplo, en espacios educativos, donde el autor considera que la diversidad no siempre está presente. “La ausencia de referentes sin duda limita el proceso de construcción de identidad. La diversidad no está normalizada o presente, pero es una urgencia poder mirar hacia el futuro de una manera más integrada y global”, enfatiza. Por lo tanto, su libro está dedicado a un público público, con la esperanza de que también llegue a “el adulto que lo ayudará a leerlo”.
Palomino termina la entrevista recordando el video que recibió con la reacción de una niña de siete años para ver la portada de su libro. “Es como yo”, dijo la niña mirando la iluminación, que representa a Djamila Ribeiro, con su libro Pequeño manual anti -racistaen una mano y con un micrófono en el otro. Para el autor, no solo tiene la representación del color de la piel o el cabello, sino que es crucial que las niñas puedan ser reconocidas en el retrato de una mujer científica o filósofa. “Te permite tener más posibilidades de proyectar en el futuro. Porque ¿cómo podemos anhelar algo que no hemos visto?” Él pregunta.
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