Sentir un proyecto colectivo en sí es una de las construcciones más emancipatorias de la raza humana. El sujeto se convierte en un participante en una experiencia que lo trasciende, construido desde abajo y abajo, donde varios aspecto diferente enriquecen una idea. En este caso, un libro. Eso es Comunicación, deportes y derechos humanos, una nueva agenda de lo que no vemosTal el título del texto editado por la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la universidad Nacional de La Plata. Una obra coral de la silla que integro hace ocho años. Un objetivo que nos estimula a compartir a otros que vengan.
El propósito del libro es hacer derechos visibles donde no se perciban como tales. Como dice en la introducción: “El acceso al deporte lo demuestra. Ni siquiera tiene jerarquía constitucional en nuestra Carta Magna. Solo en algunas provincias se considera, junto con la recreación, como ‘objetivo fundamental’ que debe estar protegido”.
Los tres campos que teníamos la intención de integrar en la técnica de la universidad superior en periodismo deportivo, el primer y libre público del país, no producen sentido por separado. La comunicación, el deporte y los derechos humanos, como áreas de conocimiento que dialogan entre sí, nos llevan a preguntar: ¿por qué la percepción de la práctica deportiva es casi cero? ¿Por qué hay problemas en la comunicación de ese derecho? ¿Por qué el deporte no funciona como un significante de los derechos humanos, incluso cuando la carta olímpica lo define?
Debemos entender que cuando el estado no estimula la comprensión de esos derechos y da la iniciativa del mercado, nos considera solo consumidores de un producto. El deporte de mercancías.
“Creo que hoy, el sistema definitivamente ha encontrado en el deporte un argumento fantástico de dominación, frivolización, estupidez”, escribe Fernando Signorini en el prólogo del libro. El profesor nacional de educación física que trabajó once años en la preparación de Diego Maradona y hoy es un punto de referencia de buenas causas en la actividad en cuestión.
-La comunicación nos da el campo de los estudios y una perspectiva de enfoque indispensable. El deporte es el espacio de la producción sociocultural que nos obliga a pensar en las tramas sociales modernas y su relación con el estado. Los derechos humanos en un sentido amplio no son una declaración vacía, ni son sujetos a políticas de alquiler que colocan el producto del programa un paso por encima de las personas. Esa fábrica de atletas deshumanizada, profesionales robotizados, propagando comunicadores del impuesto, audiencias anestesiadas o asociaciones civiles sin fines de lucro reemplazadas por corporaciones.
Demasiado tiempo que las corporaciones con interés en el deporte han avanzado para construir individuos no críticos y posibles víctimas de juegos de apuestas en línea que conducen a comestibles. Debemos hacer visible lo invisible, lo que el capitalismo y su sociedad de consumo cautiva no muestran. Es imposible instalar y consolidar una nueva agenda de lo que no vemos.
[email protected]
Related news :