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Mundo laboral: sellos vacíos vacíos -.

Se volvió harto de promesas,
harto de buenas palabras
Y ahora debe estar perdido
Porque en algún lugar del mapaa.
José Labordeta

en 2016 el escritor Sergio del Molino publicó su ensayo España vacía. Viaje a través de un país que nunca fuePremio de Calamo al mejor libro del año, era como si alguien hubiera arrojado una piedra en el estanque de despoblación cuyas olas no han dejado de expandirse hasta hoy.

Es un libro desmitificador, poco común con ese aspecto meramente nostálgico con el que, desde la civilización urbana, a veces se contempla ese supuesto paraíso perdido del mundo rural … Y en Arcadia yo. Del Molino deja en claro que tal paraíso nunca existió, que la realidad era mucho más prosaica: habla de una España débilmente débil, una agricultura de subsistencia y un esperanzador con el esperanza y sometido a los más poderosos. Todo esto, junto con el fracaso de la autarquía de Franco, condujo al desplazamiento masivo de la población del campo a las ciudades que ocurrieron en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.

Las palabras de Sergio del Molino son duras y agudas, pero no menos necesarias: «los habitantes de esta España vacía se sienten abandonadas a su destino. Muchos están resentidos. Inventan un pasado de vida, niños y personas. […] Pero la verdad es que la España vacía nunca estuvo llena. […] La despoblación existe, es un fenómeno confirmado, pero la percepción del vaciado tiene más que ver con una población estancada, mientras que en las zonas urbanas ha crecido brutalmente y sin precedentes históricos.

Sin embargo, en la actual España, entregada con frenesí al consumismo de la revolución digital, aún resuena el eco que vincula a muchos de sus habitantes con esos pequeños lugares que sus padres o abuelos tuvieron que irse. Es difícil escapar de la emoción que causa canciones de José Antonio Labordeta como La anciana, Todos repiten lo mismo O Volveré a casa. Tal vez es porque, como Joan Manuel Serrat escribió en su Blancos“Los muertos están en cautiverio y no nos dejan salir del cementerio”.

En este contexto de una España a punto de desaparecer, es el que el joven dibujante David Sancho Novellón (Teruel, 1997) ha tejido la deformación de su cómic BarbechoPremio FNAC-Salamandra Graphic 2024. En palabras del propio autor, «Barbecho En parte, de dar voz a ese debate interno entre quedarse o irse. Plantear la pregunta de por qué las personas que lo han hecho y por qué no la que no lo hace. […] Reflexione sobre qué razones nos han llevado a los habitantes de España vaciados para tener siempre que elegir.

La trayectoria vital de David Sancho es un ejemplo perfecto de lo que explícita en su trabajo. Nacido en la capital de Turolense, aunque descendiente de la pequeña ciudad de Pancrudo, se graduó en bellas artes en la Universidad Politécnica de Valencia y expandió sus estudios en , ​​una ciudad en la que se ha basado.

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La ardua tarea de documentación realizada por el autor es impresionante, con la intención de ordenar y completar las historias que había escuchado durante su infancia. Ha habido las principales fuentes con las que ha podido contar: la pequeña revista de la Asociación Pancrudo Cultural “El Calabozo”, la biblioteca de periódicos Diario de Teruel y los testimonios orales de amigos y familiares.

A partir de este material, Sancho ha ordenado su trabajo en cuatro partes, “siembra”, “cosecha”, “labranza” y una coda final sin nombre, para la cual vemos la vida del protagonista, Emilio, acompañado por su familia y amigos. Emilio crece en una ciudad llena de vida, asiste a la francoísta cuando se permiten las tareas del campo, ve cómo su mejor amigo, Vidal, parte de la emigración hacia Cataluña y asiste desempaquetado al cierre progresivo de casas y negocios, hasta que él permanece como el único inhabitante del lugar.

En la , aparecen los enemigos tradicionales de los habitantes del campo (los rigores del y las malas cosechas), pero también las nuevas amenazas que condicionan un futuro hipotético (el “buitre” que hace frente al mercado de la tierra, el viento y los parques fotovoltaicos que arruinan el paisaje o el deterioración progresiva de los servicios públicos). A pesar de todo, el libro cierra con una nota de esperanza, cuando Emilio, en su última conversación con Vidal, pronuncia estas palabras: «Tal vez esta gente esté en barbecho esperando que las lluvias germinen nuevamente. ¿No te parece? “

Formalmente, el trabajo de Sancho se destaca para la combinación sabia del uso intenso del color, utilizado en el presente de la narrativa, mientras que para los saltos hacia atrás usan una escala de grises, de colores descoloridos, que ayudan a marcar la diferencia en la línea de . Se puede decir que, en muchas ocasiones, el artista dibuja con el color en lugar de con la línea y con ella teje una red en la que la atención del lector atrapa poderosamente.

Author of «Víctor Mora. With French accent »(Acyt Ediciones, 2023);

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