Francesco Acerbi vive la mejor etapa de su vida como futbolista. Estaba cerca de dejar el deporte de alto rendimiento después de sufrir dos veces cáncer y superar otros obstáculos, y ahora, a los 37 años de edad, es finalista del Liga de Campeones con el Inter de Italia.
El minuto 93 del juego, su equipo está perdiendo 3-2 en el estadio de San Siro contra el talentoso joven de Barcelona.
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En la televisión, los catalanes ya se centraron en la celebración del pasaje a la última instancia del concurso máximo de clubes de Europa y el ‘tifosi’ llorando en las gradas.
Pero Máterbi detuvo las lágrimas de impotencia por momentos de felicidad y expectativa.
Overturned to attack as a desperate crazy, after the new jewel of Barcelona and world football, Lamine Lamine, crashed a stick ball, which would have sealed the ticket to the final of the Spanish painting, Acerbi, with an exquisite definition, to the front, after assistance of another defender, Denzel Dumfries, scored the tie and sent the ball to the bottom of the network and the game to the extension, in which After an annotation of his partner Davide Frattesi, Inter, a 99 ‘, ganó el juego 4-2 para la increíble clasificación. Fue el primer objetivo de Acerbi en Europa.
En medio de las celebraciones, las cámaras en San Siro se centraron, entre muchos, Acerbi, un jugador que permanece en la alta competencia de Milagro.
-Y no fue por menos, porque el atleta ha pasado por momentos complicados en su carrera, sin embargo, sigue de pie, sinónimo de superar.
En la temporada 2012/2013, en medio de preguntas sobre su bajo rendimiento y cuando se alistó para moverse de AC Milan a Sassuolo, se diagnosticó un tumor en los testículos. Él superó la enfermedad, pero pronto, reapareció; Sin embargo, gracias a su talento, la ayuda de colegas y familiares, tomó fuerza para continuar luchando.
“El cáncer fue mi suerte. Cuando supe, solo podía pensar en todas las oportunidades que desperdicié en los años de fútbol debido a los excesos. Decidí que quería compensar todo lo que perdí. Si no hubiera sido por eso, probablemente jugaría en la segunda división, o mi carrera ya había terminado”, dijo el atleta en ese momento, en una charla con la revista L’The Uome, en la que él confesó en el mismo tiempo.
“Antes de no respetarme a mí mismo, ni mi trabajo ni las personas que me pagaron mi salario. Tuve que parecer borracho en el entrenamiento después de irme por la noche. Estaba en mi mejor momento físico y solo tuve que dormir unas horas y luego salir a la hierba. Solo quería divertirme, no quería saber nada sobre el resto”, agregó el jugador, quien a la misma hora tuvo que superar la muerte por la muerte de su padre.
Años más tarde, centrado en su carrera profesional, vio los frutos a su esfuerzo por lograr la Copa y la Supercopa de Italia con Lazio, en 2019. Además, fue llamado a la selección de su país en 2020 y ganó el Eurocup.
Luego, con Inter, que llegó en 2022, siguió su etapa triunfal. Ese año ganó la Supercopa italiana, en 2023 levantó la Copa de su país y Supercopa y en 2024 la A.
Ahora, gracias a su liderazgo, eficacia en defensa y goles, salvó a Inter en la Liga de Campeones. Pero también gracias a su voluntad fue salvado de perderse por el fútbol. Hoy el mundo disfruta de sus habilidades, aquellas que tienen su equipo cerca de la gloria europea.