Durante varios meses de invierno ficticio y monstruos imaginarios, Ricardo Darín Y César Troncoso Entregaron a una épica que va mucho más allá del guión. La eternalutaUna de las obras más emblemáticas del cómic argentino, cobró vida en la pantalla con sus representaciones de Juan excepto Y Alfredo favalliY también detrás de ella. En su columna de Infobae viveel periodista Y eme Entrevistó a los actores, que desnudaron el alma de la filmación. No era solo actuar, era resistencia, era una comunidad. Fue, como dice el lema de la serie, la confirmación de que “Nadie salva solo“.
“Hay algo en ese lema que no es solo una frase bien escrita”, resbaló Darin. “La energía circula. Si te bajas, te levantan. Si fallas, te sostienen. Hay un pozo colectivo que no deja que uno se hunda solo. “Las palabras no se perdieron en el aire: el espíritu del set era con precisión quirúrgica.
Allí, entre las paredes verdes de Chroma, bajo la supervisión de técnicos y creativos, La nieve artificial cayó mientras los actores luchaban contra monstruos no existentes. Pero la ilusión no se rompió. “Tuvimos que estar jugando este extraño juego para hacer algo probablemente en el que éramos César (Troncoso) y yo contra algunos monstruos que aparecieron”, explicó Darín, con esa mezcla de humor y entrega que lo caracteriza.
TrompaUruguayo y veterano de mil batallas escénicas, se unieron con la convicción del tributo colectivo: “Fue un proceso largo, siete u ocho meses. Pero pero Lo que más me sorprendió fue lo que pasó detrás. El compromiso. El poder. Respeto por una historia argentina clásica. “
Y no fue solo el elenco. Detrás de la cámara, “Había otra pila de personas que respondieron con el mismo poquito”Troncoso advirtió. De aquellos que pusieron la nieve a aquellos que ajustaron la luz de un avión perdido en el medio del apocalipsis. Todos presionaron la historia como si dependiera más que una serie: memoria, símbolo, resistencia cultural.
La eternaluta No es ninguna historia. Es la crónica de un Buenos Aires arrasado por una nevada mortal, donde un grupo de sobrevivientes lucha por preservar la humanidad. Su creador, Héctor Germán Oesterhelddejó en ese trabajo un legado político, una advertencia, una oración.
-“Hay personas que están acostumbradas a trabajar solas y hacerlo muy bien, y a veces incluso dan premios por eso. Lo he visto innumerables veces y me parece bueno. Pero hay otras personas, de actores, que necesitan al otro. Soy uno de esos ”, Darín era sincero. En sus palabras, su filosofía de trabajo y la esencia de La eternaluta. Porque si algo muestra esa historia es que la soledad es una trampa, y que solo el enlace salva.
Cuando llegó el momento de enfrentar a los invasores, la irrealidad tomó forma humana. “Teníamos algunos caballeros a cargo de hacer monstruos. Pero no eran monstruos. Eran como pitufos vestidos de azul”, dijo Darín. Y, sin embargo, estaba el actor que jugó todo para que el espectador creyera en la amenaza. Porque, en el fondo, no importaba si eran extraterrestres o qué: lo que se le dijo fue la lucha de los Comunes.
En ese esfuerzo, el equipo lo fue todo. “Todos estábamos alineados a la misma frecuencia”, dijo Darín. Desde el arte hasta el maquillaje, desde la dirección hasta los disfraces, Cada equipo hizo la rueda de una historia de ciencia ficción con raíces profundamente humanas.
La filmación de La eternaluta Fue una prueba. No solo artístico, sino emocional. Un ejercicio de resistencia compartido que dejó en sus protagonistas más que fatiga.
“El equipo te rescata más de una ocasión”, Repitió Darín como una letanía. Y ese eco, en medio del silencio helado de la ficción, suena sinceramente. Nadie se salva solo.
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