Buenos Aires, 5 de mayo (EFE) .- El Gobierno de Argentina prepara una serie de medidas para estimular que los argentinos usan dólares estadounidenses que atesoran fuera del sistema financiero.
“Lo que vamos a hacer es hacer que la gente sea mucho más
Las medidas en preparación tienen como objetivo inyectar dinero en la economía argentina, que ha sufrido el año pasado el impacto de un ajuste fiscal severo, al tiempo que ayudó a reconstruir las reservas monetarias aún escasas del banco central, que el lunes cerró a 38,949 millones de dólares.
En declaraciones al canal de video en vivo, Caputo dijo que para el gobierno el crecimiento de la actividad económica es una “prioridad” y dijo que, para que esta expansión se consolida, es necesario que haya una inyección de dinero en la economía.
El ministro explicó que esta ‘remuminación’ no será posible mediante la inyección de pesos argentinos, ya que el gobierno tiene como política la emisión monetaria ‘cero’, pero debe llevarse a cabo mediante inyección de dólares.
Según Caputo, ‘restante’ de esta manera es el más “lógico” porque “hay muchos más dólares que pesos”.
“Eso es lo que estamos señalando. Tiene que ver con las desregulaciones”, dijo el ministro, quien, sin dar detalles importantes, dijo que las resoluciones del Banco Central, el Ministerio de Economía y la Agencia de Recolección y Control de Aduanas (ARCA, Tesoro Argentino) “están preparadas para hacerlo más normales” en las operaciones en dólares.
“En un país normal, si gastas, nadie pide explicaciones todo el tiempo”, dijo el ministro.
-Argentina es una economía bimonaria “de hecho”, en la cual, aunque existe su propia moneda, es el precio del dólar estadounidense el que determina las decisiones diarias de los inversores, empresas y familias, una obsesión forjada en el calor de las crisis financieras recurrentes del país sudamericano.
Durante décadas, los argentinos se refugian en el dólar para encargarse de cuánto o poco ahorran.
El peso argentino es la moneda oficial desde su creación en 1992 y desde entonces y durante una década fue equivalente a un dólar, el famoso ‘uno por uno’ del régimen de convertibilidad que implosionó con el estallido de la enorme crisis económica, política y social de fines de 2001.
Depreciado por la sucesión de fallas en la política económica, actualmente el peso argentino vale poco menos de un décimo dólar al tipo de cambio oficial.
Esta historia ha reforzado la práctica de monopolizar dólares como un mecanismo para ahorrar y cobertura frente a la devaluación e inflación y, además, de mantener dólares fuera del sistema financiero argentino por miedo a la confiscación.
Según los datos oficiales correspondientes al último trimestre de 2024, Argentines atesoro 246,029 millones de dólares en cuentas fuera del país, en casillas de seguridad o en boletos guardados ‘bajo el colchón’, una cifra varias veces más alta que la de las reservas del Banco Central Argentino. Efusión
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