La atención a las demencias está a punto de vivir una revolución. La Comisión Europea autorizó hace dos semanas la comercialización del primer fármaco para combatir la enfermedad de Alzheimer, el lecanemab. A la espera de que se concreten sus indicaciones, ya se sabe que solo se podrán beneficiar de él un grupo reducido de pacientes en fases muy iniciales de esta patología. Sin embargo, se mira con esperanza hacia esa puerta que se está abriendo y se espera que solo sea el primero de muchos otros fármacos. «El tratamiento de las demencias va a cambiar mucho en los próximos 5 o 10 años y nos tendremos que adaptar», avanza el jefe del Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi), el doctor José Luis Maciñeiras.
Y en la Unidad de Demencias del Chuvi —la única en la red del Sergas y, por tanto, la referencia que marca cómo hacer las cosas en la atención a las demencias en Galicia— ya se han puesto a trabajar para estar preparados cuando estos fármacos se puedan utilizar en la comunidad, aunque advierten que aún faltan muchos meses. «Estamos empezando a coordinarnos con todos los servicios implicados, como el laboratorio, radiodiagnóstico y medicina nuclear, así como con Atención Primaria para detectar los casos, ver cuáles serían candidatos y, una vez que tengamos los fármacos, aplicarlos», explica la doctora María José Moreno Carretero, responsable de la Unidad de Demencias, ubicada en el Meixoeiro.
Traslado al Cunqueiro
Precisamente, una de las cuestiones que se ha planteado a la Gerencia del Área Sanitaria de Vigo es la conveniencia de trasladar esta unidad al Álvaro Cunqueiro. «Son fármacos eficaces, pero tienen riesgo de complicaciones potencialmente graves, aunque sea bajo», explica el doctor Maciñeiras. «Pueden producir inflamación o hemorragia», detalla la doctora Moreno. Por eso el lecanemab no se podrá suministrar a personas que hayan sufrido un ictus y tampoco a los que estén a tratamiento inmunosupresor o anticoagulante. Pero, además, es necesario garantizar una respuesta ágil ante una complicación durante su administración, que se hará en hospital de día. Y el complejo preparado para intervenir los casos agudos es el de Beade. El doctor Maciñeiras es consciente de que la mudanza de una unidad tan grande —cuenta con 8 consultas de neurología, enfermería, neuropsicología y psicogeriatría, y es probable que tenga que crecer— es «imposible a corto plazo», pero lo ve «factible a medio».
José Luis Maciñeiras, jefe de Neurología del Chuvi
«El tratamiento de las demencias cambiará mucho en 5 o 10 años»
Es posible que estos tratamientos supongan una sobrecarga para otros servicios como radiología —ya que son necesarias resonancias de seguimiento cada 3 o 6 meses— y también en análisis clínicos— se espera la solicitud de más pruebas diagnósticas—.
María José Moreno, responsable de la Unidad de Demencias
«Empezamos a coordinarnos los servicios implicados y Atención Primaria»
En la actualidad, en el laboratorio de enfermedades de neurológicas de este servicio están realizando alrededor de medio centenar de pruebas de alzhéimer al mes. «De pérdida de memoria nos quejamos todos, pero hay que ver si es patológica», señala la doctora Moreno. Los neurólogos realizan primero una valoración clínica mediante un test de una hora, porque «hay que estar muy seguros» antes de solicitar la prueba indicada hasta el momento: una punción lumbar.
-José Mª Martínez Iriarte, responsable del laboratorio de enfermedades neurológicas
«En Vigo estamos muy avanzados en la prueba en sangre para diagnosticarlo»
En el Meixoeiro están «muy avanzados» en los análisis para diagnosticarlo en sangre, según cuenta el responsable del laboratorio de enfermedades neurológicas, el doctor José María Iriarte. De hecho, están entre los tres hospitales españoles más punteros en este ámbito. Desde hace un año, comparan los resultados de la prueba en líquido encefaloraquídeo con los de plasma para establecer los valores que permitan un diagnóstico con más de un 90% de fiabilidad en este último. Ya llevan 250 casos estudiados que les han da «unos datos robustos» con los que trabajan desde otoño. Son dos puntos de corte: por debajo del más bajo no hay alzhéimer; por encima del más alto, seguro que sí. Los van a presentar ahora en el Congreso Europeo de Medicina de Laboratorio. La idea es conseguir reducirlo a un solo punto de corte.
En el Chuvi usan estos test en sangre como complemento informativo. «La Sociedad Española de Neurología es prudente y dice que aún no es el momento de basarse solo en plasma», explica el doctor Iriarte, pero señala que está avanzando «muy rápido» y prevé que la comunidad científica logre consensuar unos test en sangre, que eviten técnicas más invasivas, antes de que lleguen los medicamentos.
Mari y Consuelo, mujeres con un diagnóstico temprano de Alzheimer’s. / Marta G. Brea
“Procuro no pensar en el futuro, vivo día a día»
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