El actual ajuste ultraderechista tiene como víctimas prioritarias, entre otros, a los sectores indigentes, trabajadores, estudiantes, clase media y jubilados, es decir, los adultos mayores. El siglo XX y el surgimiento de nuevos liberalismos conspiraron contra la vejez. ¿Evidencia empírica? Por primera vez en la historia se empezó a encerrar a ancianos y ancianas por el mero hecho de ser ancianos. Se inventaron las residencias de ancianos.
Sin embargo, en nuestro país destaca un creador que reivindicó a este grupo de edad discriminado y otras exclusiones sociales. Su postura antiviejo, antimisógina y antihomofóbica se construyó y brilla en las pantallas. Aquí están sus propias palabras metafóricas. “Traje un vaso de agua, escupí el agua, ahora bébela”.
Entonces surge la pregunta: ¿por qué esa acción nos repugna? ¿Por qué nos da asco? Si es algo que proviene de nuestro propio cuerpo, como los morbos de la sexualidad, las expectativas y pasiones de la vejez, los anhelos sexual-afectivos, o las formas barrocas o escuálidas de los cuerpos agrietados que esconde el cine tradicional y que en el El artista en cuestión se muestra sin límites, con respeto y ternura.
Jorge Polaco (1946-2014) construye una poética del deseo que enciende la llama de la vida y –a pesar de las “buenas costumbres burguesas”– las muestra a su manera. No son muchos los creadores que inventan y forjan sus propios mundos.
este director poner en imagen y sonido el deseo sensual de las personas mayores, no lo sintió en su vejez. Murió joven a causa de la enfermedad de un anciano. Hoy lo revive María Onís que, como un Virgilio contemporáneo, nos invita a explorar el purgatorio, el cielo y el infierno deseante que constituye esta inconmensurable obra del cine argentino (¿con qué otro podríamos medirla?). María lo hace cinematográficamente, es decir, con el mismo medio que utilizó en la director de la única película censurada en democracia en nuestro país tras la dictadura cívico-militar (Jardín de infancia, JP, 1989).
Jorge Polaco, es el título del documental de María Onis que se estrenó en el BAFICI 2024. Es producto de once años de investigación. Una penetración en un mundo barroco, colorido, refinado, loco, hiperbólico y poético. Estupor y elegancia, universo polaco. El artista al que la verdad se le revela en los cuerpos desnudos y múltiples como el de la infancia, la vejez y los seres vivos en general (más el de un cadáver móvil). Estos cuerpos se muestran, bebiendo su propia saliva sin asco.
María Onis realizó su documental como tejedora componiendo un tapiz. Construyó la urdimbre con fragmentos elegidos de la filmografía completa de Polaco. Materiales filmados por él mismo. La directora entrelazó hilos de breves entrevistas que ella misma realizó y que contribuyen a las interpretaciones caleidoscópicas de una creación rica en significados. Produce una especie de armonía preestablecida entre el material de archivo y el creado. ad hoc.
Y el tejedor se convierte en colorista. Alcanza cierta serenidad cromática a pesar de la estridencia colorista de algunos fragmentos del cine luminoso de Polaco. Pero hay otra vuelta de tuerca, Onís consigue trasladar la pátina de los originales del siglo pasado e impregnarla en el material reciente, consiguiendo fluidez narrativa.
Como si de música se tratara, el documental fluye analizando la obra de Polaco, pero se muestra esquivo sobre su vida privada. Simplemente abre algunas ventanitas. La película derrama estética polaca, pero no copia, recrea con originalidad. Lleva el sello de su autor y sigue el espíritu libre de su inspiración.
Esa libertad creativa le arrancó pedazos de vida al exótico director. ¿La causa principal? La moral de su tiempo que, ante los tiempos grises que suelen azotar nuestras vidas y nuestra cultura, podría repetirse. Se sabe que el porno de ayer es el erótico de hoy y será –no sin esfuerzos liberadores– el ingenuo del mañana..
El pecado de Polaco fue haber enfrentado con un espejo la mojigatería clerical y social. No porque sea provocativo, sino porque es frontal. Arte puro, sin concesiones. Se atrevió a ser original, a quitar los velos de las morales insustanciales, a mostrar ancianos criados y ancianas desnudas ante una sociedad patriarcal.
Hay temas que las culturas ocultan y –lo que es peor– demonizan. Como el deseo en las personas mayores, la sexualidad entre personas del mismo sexo y la exposición a alucinaciones masturbatorias. Polaco los instó a salir del armario y correr felices por campos claros y luminosos.
María Onis, en una hibridación entre arte y artesanía, revive esos momentos luminosos y también muestra –a través de material de archivo y testimonios personales– las sombras y persecuciones que cayeron sobre el director y algunas de sus estrellas: Graciela Borges, Isabel Sarli, Manuel Puig.
Estuvo a la vanguardia y, hasta la fecha, es la única obra cinematográfica nacional en la que se centraliza y reitera la desnudez de dos grupos de edad normalmente marginados de las vallas publicitarias: la infancia, la vejez. Así como Mujeres empoderadas que recorren sus películas sin pudor hipócrita.
Los genitales de los niños prácticamente no se ven. Sin embargo, los penes flácidos de los ancianos y las tetas caídas de las ancianas son sacudidos como frutos maduros o marchitos de quienes asumen su cuerpo en plenitud. Una anciana en pañales de adulto muestra alegremente su tutú, los octogenarios se pasean con los jóvenes y los octogenarios se besan.
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Polaco fue un gran ironista. María Onis muestra algunos episodios donde se muestra esta ironía socrática. La exhumación que hace la directora de esta joya semioculta del cine argentino contiene el mismo rigor metodológico que Polaco puso en sus producciones y, independientemente de la intención de la directora al crear su obra, hoy -abril de 2024- el hecho de que tanto películas polacas como las de Onis han sido proyectados en el BAFICI con el apoyo del Incaa, y que se exhiben en momentos en que la barbarie libertaria quiere destruir el cine argentino son, Además de ser una obra de arte, una acción micropolítica de importante alto voltaje. luchar contra quienes intentan destruir nuestra educación, nuestra cultura, nuestro cine y nuestra soberanía.
