Nanni Moretti y la esperanza en el séptimo arte

Nanni Moretti y la esperanza en el séptimo arte
Nanni Moretti y la esperanza en el séptimo arte
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Treinta años después Caro diario (1993), la obra de culto que le consagró como uno de los grandes referentes del cine de autor europeo, Nanni Moretti (Brunico, 1953) regresa con un testamento cinematográfico, un buen compendio y una actualización de su obra a los nuevos tiempos.

El sol del futuro, que tuvo una muy buena acogida en el pasado Festival de Cannes, ha llegado este fin de semana a los cines españoles, tras su paso por la taquilla italiana. En la película, Moretti interpreta a Moretti, que es lo que viene haciendo desde hace décadas y lo que esperamos de él, una especie de Woody Allen transalpino que recorre Roma en Vespa, se ríe de sus obsesiones y le preocupan fundamentalmente dos cosas: hacer buenas películas y la deriva de la izquierda.

Cartel promocional de ‘El sol del futuro’

Esta es una comedia encantadora con diferentes capas. Por un lado, Giovanni, transcripción del propio Moretti, intenta registrar una película sobre la posición del Partido Comunista Italiano durante la invasión soviética de Hungría en 1956. Este proyecto, cine dentro del cine, permite al autor hacer un lamento por una izquierda italiana (y europea) que ya no existemientras rinde deliciosamente homenaje al cine clásico.

Las dificultades que encuentra el director a la hora de producir la película, y asistir al rodaje de una película violenta dirigida por un joven director, le permiten también captar una radiografía crítica del cine actual, en gran medida carente de estructuras originales y arriesgadas, tendiendo a la violencia gratuita y para que carajo, lo que le exigen los directores de Netflix para financiar su película cuando su productora quiebra. En distintas entrevistas, Moretti insiste en que su idea es sorprender al espectador con historias diferentes, planteando siempre el problema de un posible nuevo lenguaje para una nueva sociedad distinta a la heredada. En este sentido, él mismo reconoce la influencia en su obra de Bertolucci, Pasolini, los hermanos Taviani, los Nueva ola francés o Cine gratis Británico.

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Crítica de los nuevos tiempos

De esta manera, en El sol del futuro Nos encontramos con un personaje más maduro, el cine de Moretti discurre paralelo a su propia vida, lo que añade una gran dosis de ternura a su habitual ingenio y humor. Moretti es en la película, como no podía ser de otra manera, un director que no entiende, ni quiere entender, los nuevos tiempos. Como Scorsese, a quien grita en una de las escenas, la mayoría de las cosas que hacen las plataformas que dominan el panorama cinematográfico actual no son cine.

Escena de ‘El sol del futuro’

El drama familiar de un matrimonio agotado y de una esposa aún más exhausta, que anhela, después de cuarenta años, tener una vida propia, gravita en torno a las obsesiones del personaje exigente, a veces intransigente. Giovanni no se entera de su fracaso sentimental, o no quiere enterarse, mientras se indigna ante las escenas sin sentido de una película que no es suya (la llamada al arquitecto Renzo Piano en busca de una opinión autorizada es maravillosa) o en el joven miembro de su equipo que pregunta: ¿Pero había comunistas en Italia?

Como en proyectos anteriores de Moretti, La música es fundamental, convirtiendo la película, por momentos, en un musical.. Por ejemplo, en un momento dado, como ya hizo en Palombella Roja, el mundo se detiene para honrar a los grandes Franco Battiato. Las escenas hilarantes, pero llenas de un trasfondo crítico (subversivo, exagerado en la propia película) son numerosas, como aquella en la que, como ejemplo del ridículo de la época, Moretti cambia su clásico recorrido por Roma en Vespa por un paseo en scooter eléctrico.

Cuando Moretti comenzaba su carrera, un periodista preguntó al gran Federico Fellini qué pensaba de él: lo definió como un nuevo Savonarola, el predicador que bramó contra las corrupciones de la Iglesia durante el papado de Borgia. Fellini, con sarcasmo, se definió entonces como un Papa gordo y corrupto del cine. Décadas después, Moretti sigue contándole al mundo a través de sí mismo, un autor que tiene cosas que decir y que las dice siendo fiel a un estilo, frente a tantos productos efectistas y vacíos. Moretti sigue levantando la mano señalando los males sociales, pero también defendiendo el arte como el mejor canto de esperanza. Vale la pena ir al cine a verlo. El sol del futurouna reconciliación con el buen cine antiguo.

 
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