A más de una persona le ha pasado que tras una breve inspección en la cocina, encuentra uno o más alimento que ya se han arruinado. Las frutas, las verduras, los quesos y el pan son sólo algunos de los productos que están expuestos al desarrollo de moho.
Enfrentarse a esa escena puede resultar un poco incómodo ya que significa que de alguna manera los productos se desperdiciaron. Al mismo tiempo, podría plantearse la siguiente pregunta: ¿Qué pasa si solo corto la parte que tiene? hongo y consumir el resto?
Heinz Wuth, chef y experto en gastronomía científica, utilizó su cuenta de Instagram @soycienciaycocina para explicar si efectivamente es ideal cortar las partes mohosas de un alimento.
En primer lugar, el asesor gastronómico expresó que Los mohos que vemos en los alimentos “son micelios que brotan, es decir, es la manifestación visible, ya que estos microorganismos son invisibles al ojo humano”..
En vista de lo anterior, se podría creer que lo único que se encuentra en mal estado es la parte del hongo, pero no es así.
“Sucede que el hongo puede producir micotoxinas que penetran en el producto sin causar daños visibles”, argumentó. Esto quiere decir que consumir el alimento en cuestión podría ser perjudicial para tu salud, y por mucho que se cocine las toxinas no serán eliminadas.
Según Wuth, los microbiólogos recomiendan que si el producto tuviera moho blanco, se podrían cortar las zonas afectadas y luego comer el resto. Si tiene un color mucho más oscuro es preferible dejarlo de lado.
“La cuestión es que es imposible decir que el consumo de moho es seguro. La mejor acción es descartar y no correr riesgos”.concluye el experto.
Según el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS), La limpieza es un paso clave para minimizar la aparición de moho en los productos alimenticios. Esto, dado que las esporas “pueden acumularse en tu refrigerador, paños y otros utensilios de limpieza”.
