Guáimaro, 21 nov.- A pesar de la formación vocacional implementada en los diferentes niveles educativos, de acuerdo a las necesidades del municipio, la orientación profesional de los estudiantes guaimareños no responde a la demanda laboral del territorio, eminentemente agrícola.
La mayoría de los estudiantes preuniversitarios prefieren carreras universitarias en el área de humanidades, mientras que otras, priorizadas en la demarcación, como Agronomía, Veterinaria, Economía y Pedagogía, no son del interés de los estudiantes.
Lo anterior revela la necesidad de potenciar en las instituciones educativas el proceso que coadyuva en la elección de una profesión, la preparación para ella, el acceso a su ejercicio y su posterior evolución y progreso.
Este esfuerzo se puede materializar a través del intercambio entre profesionales de los sectores más demandados y las nuevas generaciones y, también, con la planificación de visitas a lugares de trabajo donde se necesita mano de obra cualificada.
Los adultos tienen la responsabilidad de garantizar un clima de amor, respeto, comprensión y buenas costumbres dentro del hogar, además de ser entes activos en el intercambio con la escuela, lugar donde se fortalece la conducta del niño.
Dentro del proceso de formación educativa, los valores constituyen un aspecto esencial para los niños; les permiten afirmar su identidad y adquirir un sentido de honestidad, patriotismo, responsabilidad, respeto y sinceridad.
Otro compromiso imprescindible de los padres es establecer en sus hijos una adecuada posición ética y moral, para lo cual su ejemplaridad debe ser la mejor manera de demostrarles cómo comportarse en la vida.