Esther Barranco
Madrid, 28 abr (EFECOM).- Room Mate está en conversaciones con dos cadenas hoteleras europeas para incorporar 32 establecimientos, que se suman a los 22 ya operativos, con los que su presidente ejecutivo y fundador, Kike Sarasola, cree poder alcanzar su objetivo de llegar a 100 hoteles en dos o tres años.
En una entrevista con la Agencia EFE, Sarasola también explicó que próximamente se sumarán otros nuevos hoteles a la marca, especialmente en Italia, donde están negociando con cinco, dos de ellos en Milán, dos más en Venecia y uno en Roma.
La cadena, que cuenta con 22 hoteles y cerca de 1.700 habitaciones repartidas en cinco países, es propiedad del fondo Angelo Gordon y de la cadena Westomond, ambas estadounidenses, que entraron en la capital en julio de 2022 y asumieron la participación personal de Sarasola y de Sandra Ortega ( hija de Amancio Ortega) tras la quiebra, aunque le mantuvieron como máximo ejecutivo.
“Estamos creciendo buscando hotel a hotel, con posibles compras grupales de 10 a 20 hoteles”, entre las que destacan las dos operaciones en Europa, una de ellas con 10 hoteles y otra, con 22, de compañías que no operan en España.
La cadena ha abierto una nueva línea de negocio, con la marca Collection, en el segmento de cuatro estrellas plus, al que actualmente tiene incorporados dos hoteles, uno en Barcelona y otro en Milán, pero al que próximamente se sumarán tres más. , ubicado en Italia.
De hecho, afirma Sarasola, de los nuevos que se van a incorporar a la compañía, la mayoría (en torno al 60%) se irá a esta nueva marca, que mantiene las características del Room Mate, como estar en el centro de las ciudades y haber decorado por nombres de primer nivel, pero suben un peldaño, dirigidos a clientes de entre 40 y 50 años con buen poder adquisitivo.
“Nuestros clientes en estos hoteles, especialmente los estadounidenses, están dispuestos a pagar más. No quieren el lujo ostentoso de un hotel de cinco estrellas, quieren un lujo tranquilo. No quieren pagar 1.500 euros por noche para dormir, ducharse y desayunar, pero sí quieren pagar 500 por unos servicios fantásticos”, afirma.
Está “encantado” con los propietarios de la empresa, aunque entiende que Angelo Gordon podría salir del capital en un plazo de 5 a 10 años, porque está en la naturaleza de los fondos, que siempre entran con vocación de salida, ” pero no lo soy”, asegura. Ni siquiera descarta volver a entrar en el accionariado.
Destaca los buenos resultados de 2023, que elevaron la facturación hasta los 106,5 millones, con Italia “disparándose” y España “evolucionando muy bien también” y destaca que en 18 meses la empresa ha pasado de estar en quiebra a estar en resultados positivos.
Este 2024 será un buen año y de hecho en el primer trimestre registraron un incremento de las ventas del 10%, aunque un crecimiento de dos dígitos “no es sostenible”, por lo que será un ejercicio de estabilización, con incrementos en la facturación de un dígito.
“El año pinta muy bien, parece que las guerras no le han afectado y la gente prefiere viajar antes que comprarse un coche o una casa, quiere vivir al día”, explica.
Las previsiones son buenas incluso en Turquía, donde tienen un hotel en Estambul, porque a pesar de la proximidad no han notado los efectos de la inestabilidad en Oriente Medio.
Sarasola se muestra muy crítico con la postura del sector ante la turismofobia, que desatará una ola de prohibiciones, y también con la falta de liderazgo tanto del Gobierno como del propio sector.
“Nos merecemos lo que nos pasa” porque “esto lleva cinco años y el sector no ha hecho nada para remediarlo”, afirma.
Los hoteleros han librado una batalla “estúpida” contra los apartamentos turísticos y contra plataformas como Arbnb. “Es una pelea ridícula y una pérdida de tiempo porque en Barcelona los pisos turísticos legales representan sólo el 2,1% de la población hotelera”.
“Por mucho que no les gusten, los apartamentos turísticos llegaron para quedarse. Regulémoslos, ya sean edificios enteros o impongamos cuotas, y los ilegales, por supuesto, quedan fuera, pero igual que yo estaría en contra de un hotel ilegal”, señala.
Defiende la necesidad de frenar el crecimiento desmedido del turismo, y se muestra radicalmente contra “quienes creen que es una maravilla que lleguemos a los 100 millones de turistas internacionales anualmente”.
Sarasola entiende que es difícil conciliar el deseo de viajar con el mantenimiento del equilibrio en la vida urbana, pero “claro que el camino no es esta carrera por ampliar los aeropuertos y poner más trenes”.
Predice nuevas prohibiciones –como la moratoria sobre la construcción de nuevos hoteles acordada en Amsterdam– que podrían haberse evitado si hubiéramos actuado de manera más proactiva.
¿Y cuál es el camino?: “No veo que desde el sector hayamos hecho el trabajo, hay que planificar, y ver con las ciudades qué modelo quieren y analizar soluciones. No tengo las soluciones pero no veo que haya movimientos para solucionarlo”.
“Hay que decidir si queremos un modelo como Venecia, Barcelona o Florencia, donde no han hecho nada, o el de Milán o Málaga”, explica.
“Tenemos que sentarnos, porque el problema lleva años llamando a nuestra puerta. Tenemos cinco cruceros al mismo tiempo en Barcelona, con 50.000 personas en las Ramblas y dos millones de personas en Venecia cada día. Es un horror”.
Milán es un modelo “inteligente, bien pensado, lo ha hecho muy bien, empezó con la Expo de 2015, porque lo planificaron bien” y han conseguido difundir el turismo durante todo el año.
Otro modelo es, para el máximo ejecutivo de Room Mate, Arabia Saudí, que lo ha planeado “de maravilla”. Cuenta que asistió a una presentación sobre el sector del ministro de Turismo de ese país, Ahmed al Jatib, “y parecía más bien un consejo de administración de una empresa del IBEX. No veo eso en ninguna parte aquí”. EFECOM
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