“Parece que hemos llegado al techo” – .

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Los mercados mundiales están de suerte, la fortaleza del dólar parece haber terminado. Tras un repunte desde el verano apoyado por la resistencia de la economía estadounidense y la dureza de la política monetaria de la Reserva Federal, la moneda norteamericana ya se encuentra en clara caída. Dado que la Reserva Federal optó por no subir los tipos en la última reunión e insinuó que Es posible que ya se haya alcanzado un límite máximo con respecto a los tipos de interés, Los contratiempos no han dejado de sucederse. Esto, sumado a datos macroeconómicos como la inflación y el desempleo, han desatado una clara depreciación.

Respecto frente al euro, ya cede un 4,1% desde sus máximos de octubre, aunque la caída respecto a otras monedas es aún mayor. El índice de referencia de divisas MSCI EM registró este martes otra ligera subida que, sumada a la buena racha que acumula, ha elevado sus ganancias este año hasta el 3,4%. Desde sus mínimos anuales, ocurridos este octubre, se firma una revalorización del 8,18%. Esta situación es un verdadero bálsamo, especialmente para los países emergentes, que vieron el aumento como una amenaza tanto para su estabilidad monetaria como para sus mercados.

Joaquín Robles, analista de XTB explica que “estos países se benefician de esta situación, ya que parte de su deuda está emitida en dólares (también lo hacen sus empresas) y esa debilidad hace que tengan que cambiar menos moneda local”, en cierto sentido “es una deuda más barata”. Además de este punto, la propia Fed de St. Louis advirtió en los meses de mayor fortaleza del dólar que “una subida de la moneda podría desencadenar una fuga de inversores de las economías (y mercados) emergentes hacia EE.UU.”, afectando tanto a su bolsa mercados y sus monedas. Finalmente, el FMI advirtió que “una apreciación del 10% del dólar representa un golpe del 1,9% del PIB para estos países”.

A todo ello, los mercados han reaccionado con claras subidas y, de hecho, los expertos dicen que es una tendencia que podría establecerse para los próximos meses. Robles defiende que “Es probable que el dólar siga debilitándose mientras los inversores siguen descontando el fin de los aumentos de las tasas de interés y el comienzo de los recortes”. En ese sentido, señala que continuará su senda bajista hasta cotizar el euro entre 1,12 y 1,15 dólares.

Por su parte, Chris Turners y Francesco Pesole, analistas de ING, destacan que “vemos una relajación de la Fed que (a lo largo de 2024) conducirá a una tendencia bajista del dólar”. Según ellos, esta caída “normalmente favorece a las monedas ligadas a las materias primas” que son las que hasta ahora estaban “más infravaloradas”. En ese sentido, destacan que “su extrema subvaluación proporciona una protección muy necesaria contra cualquier fortaleza continua del dólar”. “El dólar y los rendimientos estadounidenses han seguido una fuerte tendencia al alza durante los (últimos) dos o tres meses… pero parece que hemos llegado a un punto en el que los rendimientos y el dólar han alcanzado su punto máximo”, dijo Lee Hardman, jefe de divisas de MUFG. hablando a Reuters.

María Marcos, analista de mercado cambiario de Monex Europa, explica que “los mercados han centrado su atención en valorar un inicio más temprano del ciclo de flexibilización de la Fed en 2024”. Lo que, para la experta, justifica las recientes caídas, aunque destaca que los datos económicos recientes también han sido claves para que se produzca esta nueva tendencia. “A pesar de que la Reserva Federal quiere mantener una retórica dura, la inflación fue más débil de lo esperado en octubre (3,2%) y datos posteriores como el PPI, ventas minoristas y solicitudes de desempleo confirmó la depreciación del dólar”.

Los mercados emergentes vibran

Esto se está notando en los mercados que celebran cada paso atrás del dólar. Sólo en los últimos 30 días las ganancias de la El MSCI Emerging Markets se situó en el 8,41% y el índice que reúne a los principales índices de estas regiones podría subir aún más si el dólar continúa retrocediendo. Aunque la región que realmente ha capitalizado más intensamente esta situación ha sido América Latina. Todos estos países han lanzado un ciclo de aumentos de tasas para contener la inflación desde antes de Estados Unidos. Pese a ello, la fortaleza del dólar estaba frenando el avance de sus monedas, hasta que las recientes dudas les han dado margen para volver a despegar, algo que se ha reflejado en su renta variable.

Un ejemplo de este auge es el mercado de valores brasileño. El principal índice de la nación sudamericana avanza un 10,86 % en noviembre y, sólo hasta el momento, habría cerrado el mejor mes desde finales de 2020, con la llegada de las vacunas tras meses de confinamiento e incertidumbre por el coronavirus. Con esta subida, la bolsa de valores de São Paulo está en su nivel más alto en dos años. Desde octubreel real brasileño se ha apreciado un 6,4% respecto a su homólogo norteamericano, manteniéndose en máximos de agosto, uno de los elementos clave para el buen comportamiento de su bolsa.

“No será probable que se produzca un repunte mayor, al menos, hasta finales de año”

Sin embargo, es un ejemplo que se repite en todo el continente sudamericano y otros países latinoamericanos, pues tienen algunas de las monedas que más han subido en el último mes. El peso colombiano no sólo se ha acelerado un 7% desde octubre, pero, con este aumento, retoma la gran subida iniciada a principios de año. En ese sentido, la moneda, desde sus mínimos de 2023, ya se ha apreciado un 21% frente a su par norteamericano, mientras que su principal índice ha subido un 7% este mes. Las apreciaciones del peso mexicano frente al dólar han sido prácticamente idénticas, con un incremento del 6,7% desde octubre. Desde los mínimos del año, la revalorización es del 12%. De igual forma, este mes también ha sido muy bueno en la Bolsa de Valores de la Ciudad de México con un incremento del 7.39%.

En estos países el ciclo de aumentos de tasas ocurrió antes que en Estados Unidos y sus bancos centrales se embarcaron en un poderoso ciclo de aumentos en el “precio del dinero”. En muchos de ellos las tasas de interés se mantuvieron altas, en el caso de la nación liderada por López Obrador estas Se sitúan en el 11,25% actualmente, mientras que en Colombia están en 13,25%. Por su parte, el Banco Central de Brasil los mantuvo en 13,25% hasta agosto, cuando comenzó con los recortes, y actualmente están en 12,75%.

En este sentido, las diferencias han sido notables según las regiones, con el rand sudafricano ganando sólo el 1,7% en el mes o la lira turca cayendo un 1,6%. Desde Monex Europa destacan la subida del yuan por primera vez en cuatro meses después de que el banco central de China redujera las operaciones de mercado abierto en 105.000 millones de yuanes, “lo que sugiere una clara apuesta hacia un yuan más fuerte”. Sin embargo, Monex cree que todas las monedas emergentes están atadas a China y hasta que no haya una mejoría en sus datos “no será probable un rebote mayor, al menos, hasta finales de año”. En cualquier caso, ven una tendencia al alza, aunque puede estar contenida por las dudas de Pekín.

Europa, la gran duda

Sin embargo, la caída del dólar no es necesariamente buena para todos. De hecho, en el caso de Europa es un arma de doble filo. Por un lado, abarata la compra de productos, especialmente de materias primas. Sin embargo, desde XTB advierten de que para muchas empresas europeas, que tTienen un gran negocio en dólares, “provocará un ajuste en los beneficios”. En ese sentido, también destacan que un euro más fuerte perjudicará las exportaciones de estas firmas al país norteamericano.

Pese a ello, los expertos dejan claro que es pronto para hablar de una subida del euro comparable a la que están experimentando los mercados emergentes, porque, a diferencia de la mayoría de ellos, Europa también está en una situación similar a la de EE.UU.donde podrían llegar recortes de tipos a medio plazo que lo cambien todo.

De hecho, Monex Europa explica que todo depende de los próximos datos de actividad económica. “Si hay una mejora marginal en los indicadores, como sugiere el consenso de los economistas, veremos el euro claramente por encima de 1,1 dólares”. Sin embargo, la firma destaca que “si los datos reflejan que la desaceleración económica aún no se ha llegado al fondoComo esperamos”, la situación puede cambiar repentinamente y “veríamos una caída desde su máximo actual por debajo de 1,08, es decir, perdiendo casi la mitad de lo que ha podido recuperar tras los datos del IPC estadounidense”.

 
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