La economía global vuelve a afrontar otra caída con el temor a una desaceleración de la actividad. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la brusca subida de los tipos de interés, la pérdida de confianza de los consumidores y la delicada situación de China supondrán una moderación del crecimiento económico en 2023 y, en particular, en 2024. El euro La zona euro será uno de los bloques más golpeados, con un magro avance del 0,6% este año y del 1,1% por la caída de sus grandes economías. Por otro lado, el organismo con sede en París vuelve a elevar en dos décimas, del 2,1% al 2,3%, las previsiones para 2023 para España, lo que casi multiplica por cuatro el crecimiento esperado para la zona euro. La OCDE también deja intactas las proyecciones para el próximo año (1,9%) y rebaja la previsión de inflación para ambos años.
Debilidad Es la nueva palabra de consenso de las organizaciones internacionales. El mundo, y Europa en particular, ha sabido adaptarse a las sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania. Sin embargo, las economías regresan de las vacaciones de verano sufriendo los martillazos asestados por los bancos centrales por las subidas de tipos en el último año y medio. La semana pasada, el Banco Central Europeo (BCE) dio otro paso y elevó el precio del dinero al 4,5%, la tasa más alta desde 2001. Las acciones de las autoridades monetarias mundiales han hundido el crecimiento económico al 3% en 2023 y al 2,7% en 2024. Sin embargo, la OCDE señala que la política monetaria debería seguir siendo “restrictiva” hasta que haya señales claras de relajación de la inflación subyacente.
Detrás de estas dos cifras globales hay enormes diferencias: India crecerá por encima del 6% y China, el 4%, mientras que Alemania o Italia cerrarán el año en números rojos. Y, sin embargo, las tasas de las dos potencias asiáticas son mucho más bajas que en otros años, lo que añade más incertidumbre a las ya complicadas perspectivas económicas. “Los signos de una desaceleración en la actividad económica china también son motivo de preocupación dada la importancia de China para el crecimiento global, el comercio y los mercados financieros”, indica el documento. Y detrás del debilitamiento económico hay otra preocupación que preocupa a los bancos centrales: los riesgos para la estabilidad financiera. “Los efectos adversos de las tasas de interés más altas podrían resultar más fuertes de lo esperado, y una mayor persistencia de la inflación requeriría ajustes de política adicionales que podrían exponer las vulnerabilidades financieras.
La OCDE eleva en seis décimas las previsiones de 2023 para Estados Unidos, que sigue aguantando la mano de hierro de su Reserva Federal. También los aumenta tres décimas de cara a 2024, cuando experimentará una expansión mucho más discreta, del 1,4%, con una inflación media del 2,6%. Sin embargo, la zona del euro ha entrado en una situación de atonía, muy cercana a la estanflación. El crecimiento del conjunto de los 20 miembros de la moneda única será del 0,6% este año -tres décimas menos- y del 1,1% el año que viene -cuatro décimas menos-, con la inflación todavía en el 5,5% este año y el 3% el que viene.
Por encima de la previsión del Gobierno
Alemania sigue siendo la economía europea –y prácticamente el mundo– más afectada por la crisis energética. La OCDE cree que este año cerrará con una caída del PIB del 0,2% y una inflación del 6,1%, mientras que el año que viene avanzará un 0,9% y la subida de precios será del 3%. Entre los grandes países de la zona euro, España vuelve a ser el país que mejor resiste la terapia de shock del BCE. Su tasa de crecimiento casi cuadruplicará la de la zona del euro en su conjunto este año. La OCDE vuelve a elevar su previsión y cree que la economía se expandirá un 2,3% este año (la previsión del Gobierno es un 2,1%) y un 1,9% el año que viene (el Ejecutivo cree que será un 2,4%).
La inflación también seguirá cayendo. Lo hará a un ritmo superior a sus socios este año (3,5%) y, en cambio, el incremento de precios será mayor en 2024 (3,4%, frente al 3% de la zona euro). La caída será más drástica si se analiza la inflación subyacente, es decir, la que excluye los elementos más volátiles de la cesta de la compra. La OCDE predice que seguirá siendo del 4,4% este año pero finalmente caerá al 3% en 2024.
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