corrupción de menores, estafas y violencia de género – .

Corrupción de menores, estafas, demoras excesivas en la sentencia y violencia de género extrema fueron algunas de las causas de despidos en la última década en el Poder Judicial de Río Negro. El Consejo de la Magistratura encabeza la estadística en comparación con otras provincias. En señal de buena salud: el control sobre el comportamiento y la celeridad de los magistrados es exhaustivo.

Una multitud de mujeres se reunió a las puertas de los juzgados de Viedma el 27 de marzo de 2017 para sigue el fallo contra el ex juez Carlos Bernardi, acusado de abusar sexualmente de niñas en una situación vulnerable.

Alrededor del mediodía, un tribunal lo condenó a cinco años de prisión por el delito de corrupción de menores. Meses antes, en 2016, el Consejo de la Judicatura de Río Negro lo había sobreseído en el que es hasta el momento el caso de conducta más grave de un funcionario judicial en la provincia. Fue un escándalo sin precedentes para el sistema de justicia de Río Negro. lo cual tuvo un fuerte impacto a nivel nacional.

Pero hubo otros varias causas que conmocionaron a la opinión pública y tuvieron el mismo resultado. También en 2016, el despido del camarista de Roca Diego Broggini acusado de retrasar las sentencias.

Atribuyeron retrasos en seis acciones de amparo, seis expedientes de procesos de escasa cuantía y 58 casos en los que intervino como magistrado de la Sala II de la Cámara del Trabajo, además de seis expedientes en los que intervino como magistrado de la misma Sala, con segunda votación. el es yoa la misma acusación que hoy hace el juez laboral recientemente suspendido por Viedma Gustavo Guerra Labayén: demoras en sentencias con riesgo de pérdida de competencia.

El caso del ex camarista Carlos Villa Llanos también es muy recordado en el mundo jurídico. Fue despedido en 2013 por trastornos de conducta. Había sido denunciado por lesiones y amenazas de muerte en contexto de violencia de género por parte de su pareja. Incluso intentó quitarle un ordenador al Poder Judicial tras la primera suspensión.

La votación entre los concejales quedó empatada y se definió por el doble voto del entonces titular del STJ, Enrique Mansilla. Al igual que Bernardi, fue condenado en un tribunal penal, a 2 años de prisión suspendida. De estos nombres, Vila Llanos es el único que sigue activo y recientemente participó en dos juicios de mucho impacto social en la región: el asesinato de Facundo Castillo en Cipolletti y la causa por fraude contra Ipross en Roca: En ambos ejerció de defensa.

A diferencia de Neuquén, donde los miembros del Consejo de la Judicatura tienen un salario, en Río Negro es un trabajo gratuito. El Poder Judicial paga el salario de una secretaria y una plantilla mínima de empleados que se encargan de tramitar los concursos.

Más casos

Un caso muy recordado y uno de los pocos con decisión unánime fue la destitución del ex juez Guillermo Leskovar Garrigós de Roca en 2006. El magistrado era prestamista y un ex empleado judicial lo denunció. “Acusado de haber actuado con avidez, sin fines humanitarios, donde lo reprobable es su excesivo intento de cobrar el préstamo y comprar bonos a empleados del Poder Judicial al que pertenece”, dice parte de la resolución del Consejo.

Fue el segundo despido en Río Negro, ocho años después del caso de Fernando Bajos en 1998. Bajos era juez penal en Roca y estaba acusado por la investigación de un doble homicidio en Río Colorado.

En un informe publicado por el STJ, se reveló que entre 1996 y 2017 se realizaron 19 juicios políticos. en el ámbito del Consejo de la Judicatura de Río Negro. Seis de ellos terminaron en suspensiones de entre 3 y 60 días. Otros cuatro culminaron con la absolución de los magistrados o funcionarios sometidos a proceso. Un juez fue amonestado y ocho fueron destituidos.

“La explicación de este fenómeno requiere múltiples enfoques y excede el alcance legal”, dijo el entonces presidente del STJ, Ricardo Accarian, aunque no descartó que entre las variables a tener en cuenta estén una mayor participación y conocimiento ciudadano y la aceleración de los llamados “juicios paralelos” llevados a cabo en los medios y la opinión pública.

La historia reciente marca un intenso flujo de investigaciones contra funcionarios judiciales que pasan por el control del Consejo de la Judicatura, órgano encargado de revisar la conducta de los magistrados.. En diciembre de 2020, la jueza Daniela Zagari fue suspendida por 50 días por su desempeño en la investigación del asesinato de Atahualpa Martínez Vinaya, mientras se desempeñaba como fiscal en Viedma.

Hace unas semanas se resolvió el primer juicio político de 2024: la destitución de la jueza de Familia Roca Moira Revsin quien fue acusado por gran parte del personal judicial de malos tratos y acoso. Pese a las disculpas que la abogada presentó ante el jurado, el tribunal no tuvo piedad de ella y la expulsó del Poder Judicial. Además, el fiscal Jorge Crespo remitió las diligencias a la Fiscalía para que investigue si incurrió en algún delito penal.

No es la primera jueza destituida: en 2021, la jueza multijurisdiccional de El Bolsón Erika Fontela fue destituida de su cargo por mal desempeño en su cargo y graves trastornos de conducta: por mayoría, 6 a 2. Otra mujer, la jueza María del Carmen García, fue destituida por incapacidad mental sobreviviente..

Para el Consejo de la Judicatura fue casi un trámite porque el magistrado venía de una extensa baja psicológica a raíz de la investigación por el feminicidio de Otoño Uriarte. Por consejo médico, ni siquiera compareció en su propio juicio político. Posteriormente denunció al Estado por haberla sobrecargado de trabajo, aunque el STJ no le concedió ninguna indemnización.

En 2018, el Consejo suspendió por 60 días al fiscal Daniel Zornitta quien, en el Día de la Mujer, publicó en su Facebook: “¡puedes dedicarte a limpiar, cocinar y planchar! “Tienen todo el día”. Lo acusaron de bajo rendimiento y de graves trastornos de conducta.

2021 fue el año con más juicios políticos en la provincia, además de la destitución de Fontela, el Consejo destituyó al juez penal de Garantías de Villa Regina Federico Dalsasso. También suspendió por 25 días a la defensora de Villa Regina -Ana Gómez Piva- y a un funcionario de la misma organización -Cristian Klimbovsky- por 15 días por haber “restringido indebidamente” la atención al público. Ambos sin paga.

En noviembre del año pasado, el titular de la Defensoría del Pueblo Descentralizada de Río Colorado, Gerardo Grill, recibió la misma sanción: 50 días sin sueldo.

Actualmente la causa más fuerte es contra Guerra Labayén. Además del sumario que se le inició en su contra, el legislador Lucas Pica solicitó un nuevo informe que fue remitido a la auditoría para determinar si incurrió en otro delito con una serie de fallas que también salpica a sus compañeros de cancha: Rolando Gaitán y Carlos Marcelo Valverde.

En estas resoluciones, la Cámara Laboral de Viedma cuestionó la labor de los abogados que forman parte del Estado pero también en casos contra el Poder Ejecutivo.


Otra investigación en curso, que también solicitó Pica, es contra la defensora pública de Cipolletti, Silvana Ayenao
por filtrar información sensible en el caso del feminicidio de Agustina Fernández. En este procedimiento también se investiga la conducta del fiscal jefe de Cipolletti, Santiago Márquez Gauna.

Desde hace un tiempo, el STJ ha incrementado los controles, especialmente con los tiempos de resolución.. La máxima audiencia provincial resuelve los casos en un tiempo casi récord y con ese estándar exige la misma respuesta al resto de organismos. El papel del interventor Juan Manuel Montoto Guerrero es central en este control.

De hecho, el funcionario tiene a casi todas las Cámaras Laboral y Civil de la provincia con planes de recuperación. También acudió a un Juzgado Civil de Cipolletti. Sin ir más lejos, un camarero de Roca dimitió porque sabía que no podría evadir los controles de Montoto. Se especuló que Guerra Labayén iba a seguir el mismo camino pero el juez respondió al ataque y Llevó a sus dos colegas al campo del enfrentamiento.

El juez de Cipolletti que renunció tras ser absuelto

Pablo Iribarren, el juez del triple crimen de Cipolletti, salió victorioso del juicio político. Aunque había sido acusado de varios cargosno todos sus comportamientos pudieron demostrarse y el Consejo de la Magistratura lo absolvió.

La exgobernadora Arabela Carreras y Broggini participó como legisladora en ese juicio en representación de los jueces.. Iribarren dejó facultado al jurado y renunció a su cargo de juez. Como no probaron la acusación, fácilmente podría haber regresado a los tribunales. Desde entonces ejerce su profesión libre.

El juez de Ejecución Penal de Roca, hoy defensor, Juan Pablo Chirinos salió con suspensión de un juicio cuya acusación podría haber terminado en sobreseimiento. El Consejo de la Judicatura resolvió suspender por 30 días al juez de ejecución de Roca, Juan Pablo Chirinos, por encontrar responsabilidad funcional en una de las causas imputadas, mientras que también lo absolvió por unanimidad en otras dos causas.

El magistrado fue acusado de mal desempeño en sus funciones por autorizar las salidas temporales de Jonathan Luna y Ramón Geldres, quienes asesinaron al comerciante cipoleño Claudio Araya. Jonathan Luna es el joven que obtuvo autorización para salir de su lugar de detención en Roca, Se escapó y luego asesinó a Micaela Ortega, de 12 años, en Bahía Blanca.

También lo acusaron de un cálculo de sentencia mal realizado que dejó a un hombre llamado Lara detenido más tiempo del esperado. Por unanimidad, el magistrado Roca fue absuelto en los casos Geldres y Lara. En el caso Luna fue suspendido por 30 días.

En el fuero de Ejecución, el juez de Cipolletti Lucas Lizzi también evitó el impeachment. Su expediente llegó al Consejo de la Judicatura pero contó con el apoyo político de los legisladores y del Colegio de Abogados. El STJ votó para enviarlo al jurado, pero estaba en minoría.

Lizzi quedó en el ojo del huracán tras las irregularidades observadas en el control de la ejecución de la pena de Matías Baldebenito, quien se encontraba en libertad condicional cuando asesinó al rugbier Joaquín Vines. El auditor Montoto lo tiene en la mira con varias investigaciones, aunque ninguna concluyente.

Otro cipoleño que evitó el impeachment fue Guillermo Moyano, en ese momento juez de Choele Choel. Lo acusaron de demora en la justicia y mal desempeño pero renunció a su cargo cuando el proceso ya tenía fecha de juicio.

Luego intentó ingresar al Poder Judicial y se presentó a varios concursos. En el último desistió de su postulación a juez de garantías debido a su compromiso con el Colegio de Abogados que lo había citado, de manera gratuita, para integrar el Consejo de la Judicatura en materia penal. Desde entonces es director suplente.

 
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