Esteban Buch, el periodista que expuso al nazi Erich Priebke regresa a Bariloche para revisitar esa historia

Se cumplen 33 años de la publicación de “El pintor de la Suiza argentina”, el libro del musicólogo y escritor Esteban Buch que cuenta la vida y obra de Toon Maes, aquel “artista” que, tras participar en el liderazgo de la dominación nazi de su país se radicó en Bariloche hasta su muerte. Han pasado más de tres décadas, pero la historia que contó sigue vigente. Tanto es así que el libro será reeditado con una reseña del autor, quien viajará desde Francia, donde vive, para presentarlo el próximo sábado en Bariloche.

Publicado originalmente por Sudamericana en 1991, el libro sobre Maes reveló la participación del ex capitán de las SS Erich Priebke en el tiroteo de Ardreatine Graves, donde fueron asesinados 335 civiles en represalia por un ataque de la Resistencia contra la ocupación alemana.

El pintor de la Suiza argentina” fue punta de lanza no sólo de un proceso de revisión de la inserción social de los líderes del régimen nazi en Bariloche sino que sirvió para que, tres años después, la cadena norteamericana ABC presentara un reportaje que derivó en la exposición mundial de Priebke y su posterior arresto.

Este reconocimiento a Buch, quien también es profesor de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París, tTardaron 18 en llegar. Tanto Sam Donaldson, protagonista del reportaje, como el canal de noticias estadounidense, minimizaron durante casi dos décadas que la base de su investigación había sido precisamente el libro de Buch.

Fue la miniserie canadiense “Nazi Hunters” la que saldó esa deuda. En su capítulo dedicado al caso Priebke, el equipo de ABC reconoce que “El pintor de la Suiza argentina” fue utilizado como detonante de la investigación.

Apenas conoció aquella noticia, que dio la vuelta al mundo, Esteban Buch pensó en el ofrecimiento de información que había hecho al Centro Wiesenthal sin generar interés. “En realidad, medí claramente la distancia entre un trabajo que se hace localmente y lo que puede hacer una gran cadena de televisión norteamericana”, dijo Buch en ese momento al diario RÍO NEGRO, en una de sus visitas a Bariloche.

La diferencia entre estar en el centro y la periferia. Tras el informe de ABC, Priebke fue extraditado a Italia y condenado a cadena perpetua en 1998 por la masacre de Ardreatine Graves.
Cuando se publicó, en 1991, Priebke gozaba de un lugar privilegiado en la sociedad bariloche, incluso como director del Instituto Cultural Argentino Alemán de Bariloche y del Instituto Primo Capraro.

“El mismo ambiente de impunidad le dio tranquilidad a Priebke, no sólo para continuar con su vida de “buen vecino” sino incluso para decir que “la idea (del nazismo) era buena” aunque “el final fuera terrible”. frase que pronunció en esa misma entrevista. Quizás creyó que decir aquello sobre el terrible final era dar muestras de espíritu crítico, pero en realidad no era más que el discurso de un nazi convencido, lamentando la derrota. Además, su arrogancia reflejaba su estatus social, el de un líder acostumbrado a ser tratado con respeto y honores por gobiernos militares y civiles”, dijo Buch en un reportaje para “El extremo Sur de la Patagonia”, en el año 2022.

El libro tuvo un extenso recorrido y se convirtió en el más emblemático de la historia del periodismo bariloche.
Ahora, el libro es reeditado por la editorial Bajo la luna, e incluye una primera parte en la que Buch repasa las investigaciones que realizó en Bariloche previas a la publicación y el posterior recorrido de “El pintor:…”
El repaso de la vida de Toon Maes es una manera de comprender una herida moral colectiva: cómo el nazi fugitivo pudo transformarse en “un notorio bariloche”, un artista reconocido y apreciado por sus conciudadanos.


el nuevo libro


La reedición del libro es mucho más que eso. Se titula “Historia de un libro sobre los nazis de Bariloche”, Buch reflexiona sobre su investigación y mezcla una reseña personal, un diálogo con el autor que era entonces, y la experiencia periodística. Al mismo tiempo, establece la cadena de situaciones que llevaron a que ese libro fuera pieza esencial en la revelación del paradero de Priebke.

Esteban Buch nació el 330 de julio de 1963 y se convirtió en un especialista en las relaciones entre música y política en el siglo XX. Entre sus libros, escritos alternativamente en español y francés, se encuentran “Música, dictadura, resistencia” (Fondo de Cultura Económica, 2016), “La marchita, el escudo y el bombo” (con Ezequiel Adamovsky, Planeta, 2016), “ “ O juremos con gloria morir” (1994, 2ª ed. Eterna Cadencia, 2013), “El caso Schönberg” (FCE, 2010), “Historia de un secreto” (Interzona, 2008), “El caso Bomarzo” ( Adriana Hidalgo, 2003), “La Novena de Beethoven” (Acantilado, 2001) y “El pintor de la Suiza argentina” (Sudamericana, 1991). También es autor de libretos de ópera, para Richter de Mario Lorenzo (2003) y Aliados de Sebastián Rivas (2013). Fue Fellow de la Fundación Guggenheim, ganó el Prix des Muses en 1999 y 2007, el Premio Konex 2009, además de ser profesor de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (EHESS) de París.


“Entrevisté a Priebke”


Como dicen las fuentes al final del libro.Entrevisté a Priebke el 12 de septiembre de 1989 en la biblioteca de la Deutsche Schule Bariloche – Instituto Primo Capraro, la escuela de la Asociación Cultural Germano-Argentina de la que fue presidente durante años, mientras seguía atendiendo su especialidad de delicatessen alemana. Conservo la grabación, realizada con la pequeña grabadora que utilizaba habitualmente en mi trabajo como periodista. Es un documento que se publica aquí por primera vez, al final de este volumen. La entrevista tuvo dos partes, una formal, en la que Priebke me habló de los alemanes de Bariloche y dijo que “la idea [del nazismo] Quizás estuvo bien, pero el final fue terrible”, expresando de paso su entusiasmo por la próxima reunificación de Alemania; y una informal, cuando antes de despedirse, y sin duda creyendo que la grabadora estaba apagada, espontáneamente empezó a hablarme de su actuación durante la guerra. Transcribo esa última parte de la conversación, respetando su forma de hablar en español, con fuerte acento alemán y muchos errores gramaticales:

– Tuvimos un caso en Roma, pero nada con judíos, y… los comunistas tenían… o sea… una bomba, una bomba grande, y treinta y dos, treinta y tres soldados murieron inmediatamente, entonces hubo un acto de represalia, pero completamente legal en los anales de la guerra, pero entre otras cosas no lo hicieron… habían pedido a las personas que realizaron el ataque que se presentaran y naturalmente no se presentaron como comunistas, y después de la guerra ellos eran los héroes, era Por su culpa murieron trescientos italianos, no, porque por cada soldado fueron fusilados uno de cada diez. Hay una película famosa, Masacre en Roma, sobre esto. Pero todo el comando fue absuelto sobre esto porque era un…
– Tú. ¿Fue juzgado por ese motivo?
– No, yo no, no, no. Nuestro comandante [Herbert Kappler] estaba en él, pero era completamente legal.

ASí, en 1989, y de hecho hasta el final de su vida, Priebke atribuyó “la culpa” de la masacre cometida en las cuevas de las Trincheras Ardeatinas a los partisanos que habían atacado a las tropas de ocupación alemanas en la Via Rasella, y no a los Nazis responsables del crimen de guerra que fue el acto de represalia contra civiles ordenado por Hitler. Sin embargo, sabía muy bien que esos trescientos treinta y cinco asesinatos se cometieron antes de que los alemanes anunciaran las represalias, por lo que los autores del ataque no podrían haberlos impedido de ninguna manera, si hubieran querido. También negó a los ex SS la dimensión antisemita de su crimen, a pesar de la alta proporción de judíos incluidos entre las víctimas, consecuencia de su presencia en prisiones romanas tras sucesivas persecuciones por parte del gobierno italiano y de las tropas de ocupación alemanas.

(…)

Nunca sabré por qué en 1989 Priebke me hizo esa confesión. A veces pienso que fue la vanidad de haber sido protagonista de un evento digno de una película de Hollywood con actores famosos. A veces imagino que expresó así, como en un desliz, un inconsciente sentimiento de culpa, del que a decir verdad no se encontrará jamás rastro en lo que luego dirá ante jueces o periodistas. Es más probable que se dejara llevar por la sensación de impunidad que le habían proporcionado cuarenta años de vivir pacíficamente en Argentina, en un momento histórico en el que, luego de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, parecía que los crímenes del La dictadura argentina también quedaría en gran medida impune. Durante nuestra conversación, pudo haber sentido que decir la verdad daba cierta credibilidad a las mentiras sobre su pasado y el de sus camaradas que me había dicho en los cuarenta minutos anteriores. Eso sí, en la entrevista su confesión también surge de una mentira, cuando habló de una represalia que era “completamente legal en los anales de la guerra”. En cualquier caso, desde su punto de vista estaba seguro de que se trataba de un error, que tres años después le iba a privar de su libertad durante los últimos diecinueve años de su vida.

(Extracto del libro Historia de un libro sobre los nazis de Bariloche”, Editorial Bajolaluna)


La presentación en Bariloche


La presentación del libro “Historia de un libro sobre los nazis de Bariloche” (Editorial Bajolaluna), se realizará el próximo sábado 22 de junio a las 18 horasen el Aula Magna del Centro Universitario Regional Bariloche (CRUB) de la Universidad Nacional del Comahue, Quintral 1250.

 
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