El Comando Sur de EE.UU. informó que el USS Helena, un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear, llegó este jueves a aguas cercanas a la base estadounidense de Guantánamo, en Cuba, apenas un día después de que llegaran a La Habana buques de guerra y otro submarino nuclear.
La parada del USS Helena es parte de una “visita al puerto de rutina” mientras viaja a través de la región del Comando Sur, dijo en una publicación en las redes sociales.
“La ubicación y el tránsito del buque fueron planificados previamente”, dice la publicación.
Los barcos estadounidenses también han estado rastreando y monitoreando los ejercicios rusos, que según los funcionarios del Pentágono no representan una amenaza para Estados Unidos.
“Esto no es una sorpresa. Los hemos visto hacer este tipo de escalas en puertos antes”, dijo el miércoles la portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, cuando se le preguntó sobre los ejercicios rusos.
“Por supuesto que nos lo tomamos en serio, pero estos ejercicios no representan una amenaza para Estados Unidos”.
La tensión entre EE.UU. y Rusia aumenta tras la decisión de Biden
El inusual despliegue ruso a sólo 90 millas de la costa de Florida se produce en medio de crecientes tensiones por la guerra en Ucrania, un país que cuenta con el apoyo occidental en su lucha contra una invasión rusa.
Los ejercicios se producen menos de dos semanas después de que el presidente Joe Biden autorizara a Kiev a utilizar armas suministradas por Estados Unidos para atacar dentro de Rusia y proteger Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania.
El presidente ruso, Vladimir Putin, sugirió más tarde que su ejército podría responder con “medidas asimétricas” en otras partes del mundo.
Singh dijo que no será una sorpresa ver más actividad rusa en Estados Unidos en ejercicios globales de este tipo.
Los simulacros se están llevando a cabo en aguas internacionales y los funcionarios estadounidenses esperan que los barcos rusos permanezcan en la región durante el verano y posiblemente también hagan escala en Venezuela.
Crédito: Arial Ley/AP
Barcos rusos han atracado ocasionalmente en La Habana desde 2008, cuando un grupo de embarcaciones rusas entró en aguas cubanas en lo que los medios estatales describieron como la primera visita de este tipo en casi dos décadas.
En 2015, un barco de reconocimiento y comunicaciones llegó sin previo aviso a La Habana un día antes del inicio de las conversaciones entre funcionarios estadounidenses y cubanos sobre la reapertura de relaciones diplomáticas.
Curiosos, residentes rusos y cubanos atentos a la llegada de los barcos rusos
Este miércoles en La Habana, cubanos y familias rusas se reunieron en el paseo marítimo para esperar a los barcos rusos.
Cuando el petrolero de la flota de Pashin empezó a verse a lo lejos, empezó a formarse una multitud en el muelle.
Como en un partido de fútbol, en el que los aficionados visitantes entran primero al estadio y, conforme se acerca el pitido inicial, acaban en desventaja numérica en las gradas, el paseo comenzó a llenarse de rusos. Todos vinieron en grupos. Sobre todo, las familias.
Los cubanos curiosos también se reunieron y compartieron espacio con padres que llevaban en hombros a niños rubios con la bandera pintada en las mejillas y otros con pequeñas banderas rusas en las manos.
A cada barco que llegaba se le celebraba un gol y se gritaba en su lengua materna “¡Ru-si-a, Ru-si-a!”.
El júbilo nacionalista alcanzó su punto más alto con la llegada de la fragata Gorshkov, ya alrededor de las 9:00 hora local (13:00 GMT) y una hora más tarde con la llegada del submarino de Kazán.
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