“Hay que producir etanol, para Tucumán, el país y el mundo” – .

“Hay que producir etanol, para Tucumán, el país y el mundo” – .
“Hay que producir etanol, para Tucumán, el país y el mundo” – .

El legislador Seleme (UCR) puso como ejemplo la política brasileña de 1973.

Durante los últimos días las noticias no fueron las mejores en materia económica para los tucumanos. A la crisis general que atraviesa el país se sumaron los cortes en el suministro de gas que afectaron el transporte y la industria de la provincia. Sin embargo, el futuro presenta numerosas alternativas con las que Tucumán podría lograr la independencia en materia productiva y energética.

“Fortalecer la industria del etanol es, sin duda, la mejor salida a la crisis actual. Pero se requiere voluntad política para generar medidas de incentivo que permitan el crecimiento de este sector”, dijo el legislador a LA GACETA Rural. Jose Seleme (Unión Cívica Radical).

Agregó que si la zafra de la caña de azúcar durara al menos siete meses en nuestra provincia, los índices de pobreza, desempleo y marginación disminuirían drásticamente. “Debemos desarrollar políticas que fomenten el uso de esta fuente de energía renovable”, afirmó.

“La zafra debe moverse 100% con etanol, el transporte público debe ir reconvirtiéndose paulatinamente a etanol, los ingenios deben tener sus estaciones de servicio para abastecer todo tipo de vehículos. Esto podría incluso generar una nueva unidad de negocios que generaría nuevas fuentes de trabajo”, puntualizó.

Indicó que en el negocio también deben participar los cañeros. “Reinstalando la fábrica de alcohol, ya que ellos son los proveedores de la materia prima esencial para la producción de este biocombustible”, afirmó.

Actualmente existe una nueva tecnología para la producción de etanol, el E2G (etanol de segunda generación) reutiliza el bagazo de caña, los residuos de etanol de primera generación (E1G) y los residuos de cultivos, sometiéndolo a tratamiento, fermentación y destilación. En comparación con la gasolina, el E2G tiene una huella de carbono un 80% menor. En comparación con E1G, la reducción de dióxido de carbono es del 30%. De esta manera, la productividad puede aumentar hasta un 50% sin necesidad de aumentar el área de plantación de caña de azúcar.

En Brasil, después de la crisis del petróleo de 1973, el Gobierno creó el programa Proalcohol. En ese momento, el Estado transfirió tecnología, brindó subsidios y brindó el marco ideal para realizar inversiones, transformando la industria automotriz instalada en ese país. Cinco años después, el Fiat 147 se convirtió en el primer coche que funcionaba 100% con alcohol.

Entonces surgió el sistema Flex, que permite que los vehículos funcionen alternativamente con gasolina o etanol. El crecimiento fue tan abrupto que en 2022, el 80% de los vehículos patentados en el país vecino contaban con este tipo de avance.

“Hoy, la brecha con Brasil es aún más profunda. Los camiones que impulsan las zafras y transportan la caña de azúcar a los ingenios utilizan etanol como combustible. Incluso está previsto abrir 20 nuevas plantas para producir E2G. Es nuestra posibilidad de destacarnos en biocombustibles. ¿Qué estamos esperando? Transformarlo en empleo, ingresos y lucha contra las desigualdades debe ser la principal motivación de la provincia. Este es el camino, no hay vuelta atrás. Hay que producir etanol, para Tucumán, para la Argentina y para el mundo”, concluyó Seleme.

 
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