¿Cómo será la reconstrucción de Cuba? – .

¿Cómo será la reconstrucción de Cuba? – .
¿Cómo será la reconstrucción de Cuba? – .

Han pasado casi 13 años desde que publiqué un artículo en este periódico sobre ¿Cuánto costaría reconstruir Cuba en la época post-Castro? y comentó que, más de castrismomás difícil y costosa será esa tarea en un país “que ya está en ruinas y se está soltando los pedazos”.

Eso fue en noviembre de 2011, y en mayo de 2024 siguen ahí Raúl Castro y su pandilla Cuba devastadoraque ahora en ruinas no le quedan más pedazos que soltar. Cuba ya no es Cubapropiamente dicho.

El 4 de enero de ese año, el sitio web oficial Cubadebate comentó con optimismo “el ambiente de 2011, un año que marca el inicio de un período de cambios estructurales y conceptuales en la economía cubana”. Y asumió que “se mejorarían los empobrecidos cañaverales”.

Bien con “cambios estructurales” socialistas la cosecha en cuba pasó de 1,4 millones de toneladas de azúcar en 2011, a 350.000 toneladas en 2023, y a unas 300.000 en 2024, menos de la mitad de las 696.000 toneladas que, en promedio, se produjeron anualmente durante la Guerra de los Diez Años (1868 -1878). La industria azucarera en el mundo desde la época de Simón Bolívar hoy tiene que importarlo incluso para el consumo nacional, que apenas cubre entre el 50% y el 55%.

Los cubanos en la Isla pasan hambre, y el 88% de ellos vive en pobreza extrema, según parámetros del Banco Mundial. Cuba constituye hoy, junto con Haití, el dúo de las naciones más pobres del mundo occidental.

No sólo reconstruir, sino construir lo que no se hizo durante el castrismo

Es imposible hacer un inventario completo de la destrucción cuasi apocalíptica causada a los cubanos por el castrismo-comunismo-fascismo, con particular saña precisamente en los 13 años transcurridos desde 2011.

Sin embargo, se pueden citar ejemplos elocuentes casi al azar. Por ejemplo, la destrucción de la industria azucarera, que da dramática vigencia a la frase “sin azúcar no hay país”, atribuida al terrateniente cubano José Manuel Casanova, el “zar del azúcar cubano” en los años 30 y 40 del siglo. XX.

Él El sistema nacional de energía eléctrica está arruinado, con apagones diarios de hasta 18 horas. Industrias, escuelas, hospitales, instalaciones deportivas, puentes y carreteras están desmoronados o en estado deplorable. La agricultura produce cada vez menos y la escasez de alimentos aumenta día a día.

Hay una déficit de 1,2 millones de viviendas. De los que existen, más del 60% están en malas condiciones, necesitan reparaciones importantes o están colapsando. En La Habana unas 1.000 viviendas se derrumban cada año. Estudios independientes revelan que el 67% de la población cubana no recibe agua estable en sus hogares.

ÉL Miles de toneladas de productos agrícolas se pudren y se pierden. en el campo porque no hay camiones ni gasolina para recogerlos. Él el transporte de pasajeros prácticamente colapsó por falta de combustible y autobuses, trenes, automóviles, camiones, aviones e incluso bicicletas. Las carreteras y ferrocarriles están en pésimas condiciones. De más de seis millones de cabezas de ganado en 1958, hoy apenas quedan 3,7 millones, con el doble de habitantes.

A esta catástrofe hay que añadir que La reconstrucción de Cuba es particularmente difícil y costosa. porque no se trata sólo de la destrucción que provocó la dictadura, sino de lo que no se ha hecho en estos 65 años de comunismo.

Primero tendremos que regresar a Cuba en 1958.

Por lo tanto, lo primero que tendremos que hacer es meter a la Isla en la máquina de HG Wells y llevarla tres tercios de siglo atrás, al nivel de desarrollo socioeconómico que tenía en 1958, ya que hoy está muy por debajo del de aquella época. , cuando el ingreso per cápita cubano era el doble que el de España e igual al de Italia.

Quiero decir, La reconstrucción tendrá dos etapas: 1) sacar al país del atraso por debajo de 0 (tomando el año 1958 como 0), llevarlo a 0 y construir lo que no se ha hecho en 65 años; y 2) luego construir un nuevo país sobre bases tecnológicas, científicas y económicas modernas.

Para empezar, el primer Gobierno poscomunista venderá las fábricas, hoteles, centros comerciales, bancos comerciales y todas las instalaciones estatales no públicas a empresas privadas, ya sean extranjeras, cubanoamericanas o cubanas en la Isla.

Usted debe privatizar la agricultura, ya que hoy más del 75% de las tierras cultivables cubanas son propiedad del Estado. Los hoteles y toda la infraestructura turística, así como las instalaciones mineras, pesqueras y deportivas, pasarán a manos privadas.

También Se debe privatizar el sistema eléctrico.. Recordemos que hasta 1958 estuvo gestionada por una filial de la empresa estadounidense Electric Bond and Share. Recuerdo que lo anunciaban con un dibujo de un muñequito llamado Kalixto Kilowatt.

Asimismo, El Gobierno debe deshacerse de las armas soviéticas obsoletasde hecho, ya inútiles, y desmovilizar a los miles de reclutas del Servicio Militar Obligatorio, casi esclavizados para realizar duros trabajos en la construcción y la agricultura.

Reparará y construirá carreteras, líneas ferroviarias, puertos, aeropuertos, sistemas de telecomunicaciones, edificios públicos, alcantarillas, acueductos y redes de abastecimiento de agua, puentes, carreteras, avenidas, calles, oficinas de correos, hospitales públicos, redes de servicios sociales, recolección de basura, vertederos. , incineradores.

Las inversiones extranjeras, no sólo necesarias, sino imprescindibles

¿Y de dónde saldrá el dinero para ello? será necesario miles de millones de dólares en inversiones en infraestructura e inversiones extranjeras directas en toda la economía y la vida nacional. Económicamente no es posible hacer ni siquiera una estimación. Además de eso, creo de manera conservadora que el costo no puede caer por debajo de 160 mil millones de dólares, o más, en los primeros diez o 15 años.

Con el privatización de la propiedad estatal En la economía, el Estado post-Castro recibirá grandes ingresos, pero no los suficientes. Tendrá que recibir préstamos y créditos internacionales, que se pagarán con la recaudación de impuestos y otros ingresos estatales a medida que avance la economía de mercado.

Y así llegamos al sector privado, porque el pollo de arroz con pollo en este titánica tarea de resucitar a Cuba de sus cenizas lo dirá la “mano invisible” de Adam Smith.

El invasión de capital extranjero No sólo será inevitable, sino imprescindible, especialmente al inicio del nuevo país. Serán inversores privados, muchos de ellos cubanoamericanos y de otros países, quienes renovarán o construirán plantas industriales tecnológicamente avanzadas.

Desarrollarán la producción agrícola y ganadera, la industria del níquel, el comercio mayorista y minorista, almacenes, equipos de transporte de carga y pasajeros, nuevas vías de comunicación de todo tipo, fábricas de cemento, siderurgia, servicios tecnológicos, pintura, alimentos, petroquímicos. , calzado, muebles, materiales de construcción.

Construirán cientos de miles de viviendas, salas de cine, gasolineras, farmacias, centros comerciales, restaurantes, hoteles, compañías de seguros, edificios de oficinas.

Lógicamente, El Estado debe apoyar al sector privado con ciertas ventajas aduanas, exención de impuestos en casos puntuales, o incluso crear un banco estatal de crédito a bajo interés para los agricultores, hasta que el nuevo capitalismo cubano gane fuerza.

¿Una posible nueva autocracia militar?

Pero ten cuidado, Todo este proceso no estará libre de obstáculos.. Habrá falta de mano de obra profesionalmente cualificada o no cualificada. La fuga de capital humano cubano siempre ha existido, pero se convirtió en crisis con la emigración de más de 700.000 cubanos en los últimos años, la gran mayoría de ellos en edad de trabajar.

Otro problema será Ausencia de un verdadero mercado interior.. Pero en la medida que se creen fuentes de empleos bien remunerados, aumentará el consumo de todo tipo, se revaluará el peso cubano y se formará el mercado nacional que hoy en día no existe.

Y por último viene “el podrido” (como dicen en la Isla). Dejando de lado los sueños, podríamos toparnos con una realidad diferente, donde una vez extinguida la dinastía Castro Ruz, los militares compartirán el poder e impondrán un gobierno autoritario mafioso de capitalismo de estado militar, hibridación del “socialismo de mercado” chino menos abierto, el modelo postsoviético (putinista) ruso y componentes fascistas. Es decir, dictadura arriba y abajo. capitalismo fuertemente regulado por GAESA.

Pero la buena noticia aquí es que, como muestra la historia, las predicciones casi nunca se hacen realidad en materia política. En definitiva, como siempre me decía el inolvidable Carlos Alberto Montaner: “Roberto, en Cuba cualquier cosa puede suceder”.

 
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