La neocolonización de Argentina – .

La neocolonización de Argentina – .
La neocolonización de Argentina – .

En los últimos tiempos, Argentina ha acelerado su deslizamiento hacia una condición neocolonial. Si tuviéramos que marcar un hito de este proceso diríamos que esta tendencia estalla con fuerza durante el dictadura civil-militar con el estallido de la crisis deuda externa, en agosto de 1982. Esto se extendió como la pólvora por América Latina y el Caribe y acentuó la vulnerabilidad externa de nuestros países. Porque, como observó sagazmente John Quincy Adams, sexto presidente de Estados Unidos, “hay dos maneras de conquistar y esclavizar a una nación: una es la espada; el otro es la deuda”.

La recuperación de la democracia fue testigo de un intento inicial por parte del gobierno de Raúl Alfonsín enfrentar colectivamente el tema de la deuda externa mediante la creación de un “Club de Deudores” (el Grupo de Cartagena) para negociar, con cierta paridad de fuerzas, con el “Club de Acreedores”. El Administración Reagan tumbó esta iniciativa y poco después su radical cuestionamiento provocó la salida del Ministro de Economía, Bernardo Grinspun, y con ello el fin de los ensayos de gestión macroeconómica heterodoxa. El previsible colapso del gobierno alfonsinista allanó el camino para la reencarnación neoliberal del peronismo. En efecto, el menemismo fue el segundo acto de un proyecto cuyo primer capítulo había sido ejecutado por la dictadura genocida. Junto con las profundas reformas neoliberales del gobierno de Carlos Menemgran parte de los cuales aún sobreviven hasta el día de hoy, se acentuó La dependencia argentina de Estados Unidoss, reduciendo los márgenes de autonomía nacional en materia económica y de política exterior. Con el kirchnerismo, esta tendencia hacia la “neocolonización” de Argentina detuvo su marcha pero sin revertirse del todo, pese a avances indudables como el fin de la dictadura del FMI o la nacionalización del AFJP y la adopción de una política exterior independiente.

Actualmente existen múltiples indicadores de la creciente gravedad de este proceso de creciente heteronomía y subyugación neocolonial. El escándalo de la puertos privados en el río Paranáel absoluto falta de control sobre nuestras exportaciones agrícolas (pero también la minería) y la debilidad del Estado para controlar la dinámica devastadora de la mercados (el caso de la inflación, por ejemplo) son otros tantos indicios, a los que se podrían añadir muchos más, de esta progresiva pérdida de soberanía. Pero en los últimos días se han añadido algunos elementos más: la sorprendente magnanimidad de las autoridades gubernamentales y de las corporaciones estadounidenses durante la gira del Ministro de Economía, Sergio Massa¿No nos exigirá una compensación? ¿O se ha convertido en una entidad filantrópica sin que nos demos cuenta? No me parece. Sería un parteaguas geopolítica, pero hasta ahora no se ha advertido.

Si miramos de cerca algunas noticias recientes, encontraremos fuertes indicios de la mencionada “neocolonización”. Por ejemplo, Argentina está consintiendo la instalación sigilosa de un Base militar de Estados Unidos a pocos kilómetros de Vaca Muerta, sin que el tema haya sido discutido en el Congreso Nacional ni en la Legislatura de Neuquén, y sin haber sido informado a la opinión pública. Segundo: la abierta injerencia del embajador de los Estados Unidos, Marcos Stanleyrecomendando una estrategia de “construcción de coaliciones”, donde convergen todas las fuerzas políticas a excepción del treinta por ciento que, casualmente, es el flujo electoral del kirchnerismo. Injerencia que, lamentablemente, no recibió de nuestra Cancillería la respuesta que requerían las normas diplomáticas de la Convención de Viena. En tercer lugar, las reiteradas declaraciones del jefe del Comando Sur, Laura Richardson, sobre la necesidad de preservar este verdadero emporio de recursos naturales que es América Latina para uso exclusivo de quienes vivimos en esta parte del mundo y no para, en sus palabras, “nuestros adversarios y competidores que también conocen nuestros riquezas y venir a nuestro vecindario para apoderarse de esos recursos”. Es decir, un monroísmo sobrecargado y de ahí la necesidad de instalar una base en Neuquén. Cuarto, y más reciente, la insolente intervención pública del amcham (la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina) que el 22 de septiembre difundió un documento en el que textualmente dice: “Dependiendo del posible tratamiento hoy en el Honorable Senado de la Nación al proyecto de ley que pretende sustituir el artículo 21 del Decreto Ley 1285 /58, proponiendo la ampliación sustancial de los miembros del Suprema Corte de Justicia de la NaciónLa Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (Amcham Argentina) expresa su preocupación ante la mera posibilidad de que esto suceda”. En otras palabras, las empresas estadounidenses ¡Se sienten cómodos con la Corte Suprema y el Poder Judicial que tenemos! Para ellos, el cáncer de guerra legal No existe, es sólo el delirio de algunos espíritus alucinados en el ámbito popular. Es urgente revertir estas tendencias y reconstruir la soberanía nacional porque sin ella la democracia termina convirtiéndose en una farsa.

* Publicado el 24 de septiembre de 2022.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV “Estamos orgullosos de acompañar a Milei” – Página Política –.
NEXT “Abajo el comunismo”, el grito de un cubano en un acto castrista en la isla