Se requiere claridad y unidad sobre la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Río de Oro

Se requiere claridad y unidad sobre la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Río de Oro
Se requiere claridad y unidad sobre la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Río de Oro

Las disputas políticas y administrativas deben dejarse de lado ante el impacto ecológico y de salud pública al que nos enfrentamos. Hay que buscar la unidad para sacar adelante la Planta Río de Oro.

Desde hace décadas, el Río de Oro se ha convertido en uno de los más contaminados de Colombia y por eso ha sido un referente cuando se habla de procesos de degradación ambiental, afectando no sólo a los habitantes de Girón y Bucaramanga, sino también a los de aguas abajo. y forman parte de la cuenca del río Lebrija.

Los malos olores persistentes y el severo impacto ambiental son sólo algunos signos de un problema mayor que requiere una solución inmediata: la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales.

La necesidad del Río de Oro Ptar es incuestionable. Este proyecto, además de ser un imperativo ecológico, es una cuestión de salud pública, ya que los niveles de contaminación han alcanzado tal magnitud que los efectos negativos en la calidad de vida de los ciudadanos son palpables y preocupantes, ya que no podemos seguir ignorando las enfermedades derivadas. de un ambiente contaminado.

La reciente polémica por la inclusión del proyecto en el Plan de Desarrollo del gobernador Juvenal Díaz ha generado justificada preocupación en la opinión pública. El representante a la Cámara por el partido Verde, Cristian Avendaño, ha señalado que la administración departamental excluyó de su hoja de ruta la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Río de Oro, a pesar de haber sido incluida en el Plan Nacional de Desarrollo. Esta contradicción, que el propio gobernador niega, deja abierta la interrogante sobre la verdadera voluntad política para abordar esta crisis ambiental.

El presidente ha afirmado que la EDAR Río de Oro está contemplada en su plan, aunque de forma general junto a otros proyectos hídricos del departamento, lo que demuestra la falta de concreción y siembra dudas fundadas sobre el compromiso real con la iniciativa. sobre todo porque la magnitud del problema y el gran número de personas a las que afecta exige una respuesta contundente y bien definida, en lugar de las ambigüedades que ahora se observan.

El costo estimado para construir la PTAR es cercano a los mil millones de pesos, suma que representa más de la mitad del presupuesto de Bucaramanga y muestra la necesidad de un esfuerzo conjunto de todos los niveles políticos, administrativos y ambientales para asegurar recursos y ejecutar el proyecto.

Las disputas políticas y administrativas deben dejarse de lado ante el impacto ecológico y de salud pública al que nos enfrentamos. No podemos permitir que se repita el pasado, donde los intereses políticos y la falta de coordinación de entidades frenaron el desarrollo de este proyecto. La unidad de todos los actores involucrados es crucial para superar los obstáculos y materializar una solución que beneficiará a cientos de miles de personas.

Es hora de que las palabras se conviertan en acciones concretas, ya que el futuro ambiental y la salud de los habitantes de Girón y el occidente de Bucaramanga y Floridablanca dependen de la voluntad y el compromiso de sus gobernantes.

La PTAR Río de Oro no es sólo un proyecto de infraestructura, es una apuesta por un futuro más saludable y sostenible. La historia juzgará a esta generación de líderes por su capacidad para responder a este desafío con determinación y responsabilidad.

 
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