Su lucha tenía un sentido, si dejáramos de ser colonia dejaríamos también de transferir riqueza a la metrópoli y como dijo Belgrano “vamos a dejar de exportar cuero y vamos a empezar a exportar zapatos y carteras”. Lamentablemente, la actual clase política argentina (incluida Milei, que también es política) lo ha olvidado o prefiere olvidar, y lo peor es que está empeñada en profundizar este modelo de transferencia de riqueza, desde nuestra patria hacia el exterior, evidentemente el Las “comisiones” que reciben bajo la mesa son demasiado jugosas y se disputa quién llega más lejos en la entrega del país.
Si la Ley de Inversiones Mineras del gobierno de Carlos Menem, que está en plena vigencia, es funcional a este saqueo, el RIGI (Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones) es mucho peor: ya que involucra gigantescos beneficios tributarios, aduaneros, cambiarios y de garantía a los Estados que violan y perjudicar gravemente nuestra soberanía, es en definitiva la entrega absoluta de los recursos naturales y la imposibilidad de desarrollarse como nación industrializada en el corto y mediano plazo.
Este régimen va a apoyar firmemente la brutal primarización y extranjerización de nuestra economía, la destrucción del tejido industrial nacional, aceptando dócilmente el papel que el mundo nos dio, en el marco de la División Internacional del Trabajo, de ser meros productores de materiales. . primos.
La RIGI es peligrosa para nuestra economía, porque partiendo del argumento habitual de que es necesario generar empleo y atraer inversiones, se utiliza el mismo de siempre, que la inseguridad jurídica y el exceso de regulaciones son los que impiden que llegue la inversión extranjera. a nuestro país, pero establece beneficios y exenciones sin precedentes a nivel mundial que no brinda ninguna nación desarrollada.
• Libre importación de bienes de capital e intermedios, sin control de dumping ni impuestos (maquinaria, tecnología, insumos, servicios) (art. 187 y siguientes);
• Se reducen los impuestos al mínimo (art. 180 y siguientes), discriminando a otras empresas locales;
• No están obligados a introducir al país las divisas que obtienen mediante la exportación (art. 195), generando un saldo negativo de divisas;
• No existe obligación de abastecer el mercado interior, ni siquiera en casos de fuerza mayor como catástrofes, pandemias o guerras (art. 197);
• No existen obligaciones de desarrollar investigación y desarrollo local, ni de agregar valor, ni de transferir tecnología;
• No establece controles sobre el origen de los fondos;
• No tiene requisitos de contratación de mano de obra local;
• Garantiza que no se producirán cambios normativos (tributarios, aduaneros, cambiarios) a nivel nacional, y que en caso de controversia se dirimirá en tribunales internacionales (art. 162, 198, 218 y otros).
No hay duda de que esto actuará como un poderoso desincentivo para la producción, la industria y la adición de valor locales y es, sin duda, una competencia desleal para las PYME locales.
Al no establecer controles sobre el origen de los fondos, nuestro país se convierte en una zona libre para el lavado de dinero proveniente del narcotráfico, la venta ilegal de armas y otras actividades ilícitas.
En este contexto, es lamentable que los gobernadores de la mesa del litio hayan manifestado su apoyo a esta iniciativa, que otorga condiciones leoninas a las empresas extranjeras y que reduce a la Argentina al estatus de colonia económica en el sentido más estricto del término.
Cuando en el siglo XIX la Argentina aceptó integrarse al mundo bajo los designios de Gran Bretaña, aceptando la división internacional del trabajo que ésta imponía y que nos condenaba a ser sólo el “granero del mundo”, es decir, productores de materias primas. y no bienes. productos industriales, que teníamos que importarlos de Inglaterra, la burguesía terrateniente de Buenos Aires, que fue la que hizo este acuerdo, se guardó el privilegio de ser los importadores de esos productos industriales, obteniendo así jugosas ganancias en la entrega de el país . Lo mismo ocurre ahora con la riqueza minera, cuando vemos que la burguesía política que gobierna Catamarca es socia de corporaciones extranjeras, proporcionando bienes y servicios con sus empresas en las áreas de salud, construcción, gastronomía y subcontratación. trabajadores, que son explotados pagándoles menos de la mitad de lo establecido en los convenios.
Es fundamental constituir un grupo de oposición de líderes políticos, empresarios, científicos, intelectuales, periodistas, líderes sindicales, representantes de comunidades indígenas, etc. Que planifiquen una estrategia para evitar la aprobación e implementación de este nuevo estatuto colonial y comenzar a avanzar en sentido contrario, intentando estatizar o provincializar, según establece la Constitución, la mayor cantidad de recursos básicos de nuestra economía.
Hugo Ávila.
