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Evento por el 65 aniversario de la fundación de Casa de las Américas Foto: Juvenal Balan

Como el cumpleaños de una madre, llegaron todos sus hijos, desde los más disímiles rincones del continente. Al entrar se lee el cartel en alto que dice: “Esta es la Casa de Haydee Santamaría”, sin embargo, una vez más queda claro, como diría la propia fundadora, que esta es la casa de todos los intelectuales y amigos que, desde en cualquier punto del planeta, han participado en el trabajo diario por el desarrollo cultural de América Latina.

Han pasado sesenta y cinco años desde que el naciente gobierno de 1959 decidió crear la institución como una de las primeras medidas revolucionarias en el país.

Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias, señaló que “la creación de la Casa implicó un mayor acto de imaginación, ya que remitía a nociones como integración, independencia, intercambio y comunidad”.

En intervención especial, el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dijo que pensar en Casa de las Américas lo remonta a una época entrañable, cuando siendo adolescente visitaba a sus tíos en La Habana. y dice que “siempre pasé por aquí con la esperanza de ver salir a Haydée junto a alguno de los grandes nombres latinoamericanos de la literatura, el arte o la música”.

El encuentro, que reunió a la más alta dirección cultural y política del país, sirvió como excusa perfecta para entregar condecoraciones y medallas a varios artistas y trabajadores que han dedicado años de sus vidas a mantener el valor histórico del lugar donde vivió una gran Ha viajado parte de la intelectualidad latinoamericana del último medio siglo.

El propio Presidente colocó la medalla Haydee Santamaría, otorgada por la institución, en el pecho de los artistas Lesbia Vent Dumois, Víctor Casaus Sánchez, Amaury Pérez Vidal, Enio Alberto Faya Montano, Guido López Gavilán y el guatemalteco Arturo Arias, por su compromiso con la difusión de la cultura latinoamericana y caribeña más auténtica y su estrecho vínculo con la Casa.

La medalla Alejo Carpentier, que se otorga por una labor destacada en la creación e interpretación, promoción y organización artística cultural, fue recibida por siete personalidades que destacan en su labor dentro de la institución, entre ellas Silvia Gil López y María Luisa Salsamendi, fundadoras y miembros de aquella primera generación que habitó la casa en 1959. También recibieron la medalla otros trabajadores cuya labor ha destacado en la institución, como: Aurelio Alonso Tejada, Jorge Fornet Gil, María Elena Vinueza, Vivian Martínez Tabares y José Menéndez Sigarroa. .

Otros 27 trabajadores de la institución, por el trabajo esencial que desempeñan dentro de ella, garantizando así su funcionamiento, y por ende, el de la cultura latinoamericana, fueron galardonados con la Distinción a la Cultura Nacional, que es el máximo estímulo que otorga el Ministerio de Cultura del país.

Las voces melódicas del Coro Nacional de Cuba, bajo la dirección de la maestra Digna Guerra, llenaron la sala de temas emblemáticos de la trova cubana y latinoamericana, nacida en gran medida bajo la sombra del árbol de la vida que alberga la institución.

Silvio Rodríguez y Mercedes Sosa llegaron a oídos de todos los presentes, algunos, por su edad, quizás recordaron las veces que habían escuchado cantar a estos artistas en ese mismo salón; mientras que otros más jóvenes escucharon y vieron ante sus ojos los recuerdos de una historia que continúa escribiéndose, buscando comprender plenamente cómo cabe tanta memoria en tan solo 65 años.

Evento por el 65 aniversario de la fundación de Casa de las Américas Foto: Juvenal Balan
Evento por el 65 aniversario de la fundación de Casa de las Américas Foto: Juvenal Balan
Evento por el 65 aniversario de la fundación de Casa de las Américas Foto: Juvenal Balan
 
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