Bartolomé Sancho, periodista balear radicado en La Habana – .

Por Néstor Martí Delgado. Resumen latinoamericano, 27 de abril de 2024.

Última Hora, diario de las Islas Baleares, entrevista a Bartolomé Sancho, periodista balear afincado en La Habana desde hace décadas y columnista de Cubainformacion.

“La Revolución Cubana sigue hoy vigente y más fuerte que nunca”

Vea el original en Última Hora aquí

Tomeu Sancho, ‘nuestro hombre en La Habana’, está convencido de que el movimiento liderado por Fidel Castro no caerá.

Después de dos días en cama luchando contra un resfriado a base de Frenadol, ajo rojo machacado y una especie de pócima a base de limones, rúcula, tomillo y miel, me dirijo a pie por la calle Gilabert de Centelles, hasta el barra de cristal. Allí conocí a ‘nuestro hombre en La Habana’, Tomeu Sancho, que me había llamado el día anterior diciendo que estaba en Mallorca viendo a la familia. Antes de parar en la Casa del Libro, donde compro El poder del ahora, de Eckhart Tolle, un libro muy leído porque, dicen, provoca milagros. Te diré.

Yo sigo. Tras salir de Marquès de la Fontsanta, en el primer semáforo cruzo las Avenidas y llego a la Plaza de España, aún en construcción. Junto a la parada de autobús hay una mujer evangelista, que con la Biblia en una de sus manos y alzando la voz, camina de un lado a otro hablando de Dios a los transeúntes ante la mirada atónita de tres testigos de Jehová que, a los pocos minutos lejos. metros, han instalado su pequeña ofrenda bíblica. Junto al predicador veo a otro miembro de la Iglesia Evangélica de Filadelfia entregando a los que pasan un tríptico plegable que anuncia que “seguir estas señales puede salvar tu vida”, porque –añade en otra parte del documento– que “la Biblia” Es un conjunto de señales de tráfico que Dios nos ha dado para guiar nuestra vida hacia la salvación”.

Guardo el tríptico en mi bolsillo y sigo avanzando. Dos minutos después de las diez entro al bar Cristal, pido una cerveza y me siento cerca de la puerta de entrada. Y tres minutos después llega Sancho, 88 años (¡quién lo hubiera pensado!) y se para frente a mí. “Pero eres un niño, hombre”, le digo a modo de saludo. Me invita a cambiar de lugar, sugiriéndonos sentarnos alrededor de una mesa al fondo, a la derecha, lejos de la corriente. “Para los de mi edad”, dice, después de pedir té, “los borradores no nos sientan bien”.

Pasando o no

Juan Torres, que fue fotógrafo de Última Hora y con quien viajé mucho por el mundo, dijo de Sancho: «El día que veas que llega a Palma con las maletas preparadas para quedarse a vivir aquí, significará que la Revolución Cubana, Por eso está ahí, se acabó”. Por eso le pregunté si estaba de paso o si había venido para quedarse.

Tomeu Sancho ha pasado más de la mitad de su vida en La Habana, donde se siente feliz viniendo de vez en cuando a Mallorca para ver a su familia.

«No, por cierto. “Pero ahora voy a regresar a La Habana”, dijo. ¡Cómo pasa el tiempo, eh! Lo digo porque fui a La Habana cuando en España todo el mundo pensaba que la izquierda estaba en decadencia y que el comunismo tenía los días contados… Bueno, ya ves, cayó el Muro, se desmembró la URSS, cayeron dictaduras de derechas y de derechas. . izquierda… Y, sin embargo, la Revolución sigue vigente y más fuerte que nunca. Y les digo más: el régimen cubano no caerá, todo lo contrario. Sí, hay gente por ahí que todavía piensa que no vamos a durar, pero… ¿Cuántos años llevan diciendo eso? Es más, se decía que cuando desapareciera Fidel Castro, desaparecería la Revolución. Fidel ya no está, pero nosotros seguimos. ¿Porque? Porque en Cuba hay trabajo, hay comedores, hay educación… Todo el mundo va a la escuela, hay médicos, hay inversores, hemos superado la COVID-19, hemos creado nuestra propia vacuna… hay un futuro, en pocas palabras. Sí, como en todas partes, también hay gente que protesta, que alza la voz contra el régimen, pero ¿en qué país no pasa eso? El único problema que tenemos es el bloqueo. Y no es una excusa, sino una realidad. Aunque, afortunadamente, todos los países de Centro, Sudamérica y el Caribe, e incluso Canadá, están en contra de que vivamos bajo este bloqueo de Estados Unidos. Y como es así el que realmente está bloqueado es Estados Unidos.

La silla de Maceo

¿Y si hablamos con Tomeu de la silla de Antonio Maceo? ¡Por supuesto que sí! «La silla sigue ahí. Tras sufrir una pequeña restauración, ha vuelto al lugar que le corresponde en el Palacio de los Capitanes Generales de La Habanadonde pueda ser visitado por los cubanos… Y la verdad es que ha sido visitado mucho –aclara- desde que llegó allí.

Una de las cosas en las que coincidimos con Sancho es que, respetando todas las opiniones, la silla de Maceo debe permanecer en Cuba. Para el Mallorca es sólo un trofeo que trajo el general Valeriano Weyler tras derrotar al Ejército mambí, comandado por Maceo, en los campos de San Pedro, derrota que le costó la vida. Es más, cuando lo encontramos aquella mañana olvidado y arrinconado en una sala del Museo de Mallorca, a la que el visitante no tenía acceso, muy pocos sabían –en Cort, claro, nadie– quién era Maceo y mucho menos qué. aquella silla hecha de tronco de palmera con las letras ‘A’ y ‘M’ y el escudo de Cuba grabado en el respaldo. En cambio, Para Cuba sí tiene mucho significado.. Incluso para los cubanos en Miami. Es más, una representación de ellos, poco después de que la cátedra saliera de su ostracismo, se desplazó a Palma con la intención de adquirirla, a lo que se opuso el Ayuntamiento, entonces presidido por Joan Fageda. Y hoy Maceo sigue siendo muy importante para los cubanos, ya que sigue siendo el símbolo de la Independencia. Conocido como ‘El Titán de Bronce’, es una de las personas más veneradas por el pueblo cubano de ayer, hoy y siempre. Entonces, sabiendo el valor que tiene para ellos, y dadas las buenas relaciones existentes, especialmente comerciales y de negocios, que existen entre ambos países, ¿por qué no devolvérsela, como el ex presidente Felipe González le devolvió la silla de Maceo a Fidel Castro cuando fue eso? presidente del Gobierno español? Se lo devolvió personalmente en un viaje que hizo a La Habana, si no recordamos mal.

Jaime Martínez, alcalde de Palma.

Jaime Martínez, alcalde de Palma.

Hace unos meses le propusimos al actual alcalde de Palma, Jaime Martínez, que viajara a La Habana y hablara con quien debía y en nombre de los palmesanos para que les entregara oficialmente la silla, su silla.

–¿Y crees que lo hará? –Pregunta Tomeu.

-No lo sé. Nunca se sabe lo que decidirá un político. La decisión no depende sólo de él.

Fuente: Cubainformación

 
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