Reunión clave para definir si hay huelga esta semana

Reunión clave para definir si hay huelga esta semana
Reunión clave para definir si hay huelga esta semana

Este miercoles Podría ser un punto de quiebre en el sistema de transporte público automotor del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Tras dos medidas de fuerza por parte de los conductores en lo que va de año -la última, hace dos semanas-, Habrá definiciones económicas. con efectos duraderos en el servicio.

Habrá, a partir de las 13:00 horas, una audiencia en el Ministerio de Trabajo con las cámaras empresariales y la Unión del Tranvía Automotor (UTA). El gremio que lidera Roberto Fernández quiere que lo reconozcan más de 50.000 conductores un salario básico mensual de al menos 987.000 dólares, un acuerdo conjunto que implicaría una mejora del 83% trimestral en marzo respecto a diciembre y eso le gana a la inflación en 32 puntos, muy por encima de lo que el Gobierno busca validar.

La estructura de costos reconocida por la Resolución 15/2024 del Ministerio de Transporte sólo autoriza a las empresas a pagar $737.000 a los conductores o sacar la diferencia de tu bolsillo.

Hace dos semanas, La UTA instó a las empresas a resolver el conflicto antes del jueves 25, o retomaría la “retención de tareas” (una huelga, específicamente, que no puede lograrse mediante conciliación obligatoria) el viernes 26.

La crisis del sistema de autobuses

La crisis del sector dura más de 20 años y comenzó después de la Convertibilidad, cuando las tarifas dejaron de reflejar los costos. Pero se profundizó a mediados de 2022, cuando Argentina inició otro régimen de inflación superior al anterior. Hoy el Estado (Nación, Ciudad y provincia de Buenos Aires) cubre con subsidios el 70% de los costos reconocidos y usuarios 30% con tarifas, relación que alcanzó el 90% y 10%, respectivamente, en enero de 2024.

En el Ministerio de Economía, del que depende el Ministerio de Transporte, Luis Caputo se resiste a otro aumento en las tarifas de los autobuses (después de un aumento del 410% entre enero y febrero) por su posible impacto en la inflación, cuyo descenso a un solo dígito mensual es su prioridad número uno. Sin embargo, permitió un aumento del 54% en los trenes AMBA para mayo.

Caputo tampoco está dispuesto a validar mayor gasto público en subsidios al transportelo que podría complicar la meta de lograr un superávit fiscal primario equivalente al 2% del Producto Interno Bruto (PIB) a fin de año, con equilibrio financiero luego de pagar los intereses de la deuda.

A falta de ajuste de precios, se producirá un ajuste de cantidad. En el sector advierten que si no hay una nueva estructura de costos que reconozca correctamente los precios de salarios, combustibles (diesel) e insumos, Las empresas propietarias de los autobuses empezarán a bajar las frecuencias de forma más notoria. En marzo, esta reducción fue del 5% interanual. Si ampliamos la mirada a 2015, año en el que la estructura de costes “era correcta” -según fuentes del sector-, la brecha es del 16%.

Incluso interpretan que los funcionarios, sin decírselo abiertamente, los presionan a tomar decisiones difíciles. “Reducirse, brindar un servicio acorde a un país con 60% de pobreza” es el lema oficial.

Ese ajuste vendría con menos unidades en la calle -unos 15.000 autobuses, frente a los 18.500 que es el total del parque- y unos 10.000 despidosReducir la plantilla en un 20% hasta un máximo de 40.000 conductores.

El modelo, lamentan fuentes del sector, es la Ciudad de México: Autobuses en mal estado, con bajas frecuencias y pasajeros abarrotados.. Una situación que en el mediano plazo, anticipan, podría generar violencia de la sociedad contra los propios conductores, que son la cara del servicio, donde las decisiones suceden en otros lugares.

Según la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), cámara en la que grupo metropolel segundo más importante del AMBA detrás de DOTA-, En marzo el precio “real” de un billete debería haber sido de 1.198 dólares.

Los pasajeros cubrieron un mínimo de $270 con tarifas -pero un promedio menor, debido a los descuentos integrados-; y el Estado, con subsidios, otros $354 hasta llegar a los $624 reconocidos.

La diferencia, de $574, fue la “pérdida” de las empresas, que ajustan frecuencias, unidades, extienden la renovación del parque en años de antigüedad y reducen la seguridad del servicio. Son casi $93.000 millones mensuales que no son reconocidos por el Estado.

Una salida que podría tomar el Gobierno es correr detrás del aumento del metro, que en junio costará $757. En ese momento, la Nación podría decidir ajustar las tarifas de los buses para reducir esa brecha y sostener el sistema por unos meses más.

Según datos de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), en el primer trimestre de 2024 Los subsidios al transporte de automóviles en buses alcanzaron $230.142 millones y tuvieron una disminución del 17,6% interanual en términos realesdescontando el efecto de la inflación.

 
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